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TURCÓN - Ecologistas en acción

El penúltimo encuentro en Veneguera

El penúltimo encuentro en Veneguera La Provincia, 29-9-2004

Veneguera celebró ayer su tradicional Encuentro con la incertidumbre de si habrá una nueva edición. Hevia, Las Hijas del Sol y Pedro Manuel ´foguetearon´ el ambiente. Hubo mercadillo y campamento.

Veneguera vale una excursión. El XVI Encuentro que celebra esta localidad del municipio de Mogán convirtió ayer este paraje escondido entre riscos en punto de encuentro de numerosa gente. Música en directo, ferias de artesanía y gastronomía, juegos, y un Sol enorme protagonizaron un atípico sábado que tuvo su punto grande con el concierto que protagonizaron Hevia, Las Hijas del Sol y Pedro Manuel.

No es normal ir hasta Mogán, ignorar la zona de costa y enfilar carretera arriba entre riscos de vértigo justo cuando el sol se hace más fiero. Pero Veneguera merece riesgos de este tipo
cuando llega la fecha del tradicional Encuentro. Este año que cumple la XVI edición la fiesta se vivió igual de jubilosa pero con la amenaza de ver cómo el proyecto se diluye por problemas económicos. Ayer sábado, muy pocos de los valientes que daban vueltas a la plaza entre puestos de comida y artesanía querían hablar de eso. Lo mejor era disfrutar a la sombra agradecida de los árboles mientras la tarde caía despacio. Unos llegaron de día para pasar la jornada disfrutando de la gastronomía local y otros optaron por tirar de caseta y saco de dormir. El camping, el servicio más agradecido del encuentro, tuvo un largo centenar de clientes. Muchos de ellos eran fijos en este Encuentro. El que va una vez, seguro que repite.
El gran temor de la organización no era la afluencia de público ni la competencia de otros dos festivales que se celebraban ayer sábado en la capital grancanaria y Arucas. El problema era el viento, el temible latigazo que hizo que el equipo de producción estuviera trabajando a destajo durante toda la mañana del sábado.

Hacía mucho calor, impropio para este año tan turbulento, pero nada que saliera de la norma a la que están acostumbrados lugareños y foráneos. El Encuentro y su maratón de actividades arrancó temprano, desde las 9.00 horas con el II campeonato de Bulder; una modalidad de escalada que tuvo su público que se batió piedra arriba desde media mañana. Al tiempo, el Centro Cultural de Veneguera, cuartel general de la organización, abría sus puertas a la exposición 25 años del derecho de asilo en España, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.

La música es lo que hace distinto a este Encuentro. Desde las 11.00 horas la plaza de Veneguera fue el escenario multicultural por el que desfiló un puñado de artistas entre músicos y bailarines sacudiendo el ambiente con ritmos del folclore canario, ruso, ecos de la Argentina canalla, y del jazz que se fabrica en Mogán, que también tiene su punto.

Las formaciones Blagovest Band y Co llegaban desde Rusia para mostrar lo mejor de una cultura que queda muy lejos de Veneguera.. Mientras hacían las presentaciones con traducción simultánea, otra banda afinaba instrumentos en el Centro Cultural. Era Venejazz que hacía de banda de un ruso de nombre Maxim que ayer descubría este sitio que no sale en los mapas turísticos. A ratos parecía que Tindersticks e incluso Yann Tiersen ponían la banda sonora
para que los mayores resolvieran el mundo mientras sus hijos sudaban lo suyo el parque de atracciones. Con la tarde y tras el largo aperitivo que se brindaron los que hicieron ayer de Veneguera su residencia, llegaba la hora grande del Encuentro. La Banda de Agaete animó un divertido pasacalles a modo de homenaje a una de las fiestas más grandes de la isla: La Rama.

Sobre las 22.00 horas, el público salía en peregrinación hacia el campo de fútbol para rematar una fiesta que tenía de protagonistas a Pedro Manuel, Las Hijas del Sol, y el gaitero
José Ángel Hevia. El moganero Pedro Manuel tenía una actuación pendiente con su gente. Las Hijas del Sol, Piruchi y Paloma, presentaban su ya sexto disco Vivir esta locura, y tenían ganas de agradar a un público que las ha visto crecer como artistas. Para cerrar, Hevia, su gaita elecrónica y el repertorio de su tercer y nuevo disco Etnico ma non troppo. Con él y dos parejas de discjockeys la noche enfiló hacia la madrugada.

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