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TURCÓN - Ecologistas en acción

Canarias y Kioto

Canarias y Kioto Eduardo Acosta Pérez*

Una reducción de un 15% de las emisiones de dióxido de carbono existentes en la tierra entre los años 2008 y 2012 respecto a las de 1990 es el compromiso que de un modo controvertido consensuaron las naciones en la ciudad japonesa de Kioto hace unos años. Nacía así, con más pena que gloria, el denominado Protocolo de Kioto, el único acuerdo que hoy por hoy supone un compromiso por parte de las naciones para preservar el medio ambiente para las generaciones futuras. Se trata de un objetivo asumible y podría abrir una vía de esperanza para un cambio progresivo en nuestros modos de desarrollo. Pero lo que hace falta es voluntad política.

Según la revista Nature, si la tendencia de emisión de gases de efecto invernadero no cambia, para el año 2050 desaparecerán entre un 15% y un 37% de todas las especies conocidas en las regiones estudiadas. En España, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando de un modo alarmante. Desde 1990 han crecido un 38%. En Canarias tampoco nos acordamos de Kioto, quizás porque habría que replantearse nuestro modo de desarrollo y no hay voluntad política.

El panorama actual es muy serio. El incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero en Canarias se debe principalmente a tres factores que han provocado que esta comunidad supere, en cinco veces, los límites mínimos fijados por Kioto: el modo en que generamos electricidad (40%), el modo en que nos desplazamos mediante el transporte privado (43%) y una mala gestión de los residuos que producimos (6,4%).

El futuro no es más alentador. Canarias, al igual que Occidente, es heredera de un modo de desarrollo económico que es totalmente dependiente de una actividad como es la combustión de elementos fósiles para generar energía, principalmente el petróleo y sus derivados. Esta dependencia se sitúa en un preocupante 96% a la hora de generar por ejemplo electricidad. Solo el 4% restante que se inyecta a la red insular proviene de las energías limpias o renovables. Sin embargo, nuestros responsables han optado, por lo menos a corto plazo, por la opción del gas, a través de la construcción de la estación de ciclo combinado (petróleo-gas) en Granadilla que aunque es una alternativa más limpia también degrada el medio ambiente. Teniendo unas ventajas climatológicas tan privilegiadas para potenciar las energías solar y eólica es una negligencia y hasta una temeridad que la participación de las fuentes de energía renovables sea tan exigua. Mientras, nos perdemos en decidir el trazado del tendido eléctrico hacia el sur.

Aunque existen esperanzadores proyectos de transporte alternativo al privado como son el tranvía Santa Cruz-Laguna y el tren hacia el sur, es difícil creer que estos medios logren disuadir del uso del vehículo privado para desplazarse, cuando al mismo tiempo existen proyectos como el cierre del anillo insular, la vía de cornisa o la circunvalación de La Laguna, que siguen potenciando el uso del vehículo privado.

Y por último, no existe una política decidida en Canarias de gestión de los residuos que generamos, a no ser que llamemos política de gestión de residuos a hacer acopio de nuestros desechos en el PIRS para luego quemarlos y hacerlos desaparecer convirtiéndolos en dioxinas y humos altamente contaminantes mediante el proyecto de incineradora que está previsto construir.

Sin embargo, el PIB canario se ha incrementado y el discurso institucional reivindica el desarrollo económico basado en las infraestructuras producto del contrato electoral con Madrid que desde hace unos lustros está en marcha. Sometidos a la tiranía de las cuentas macroeconómicas que manejamos, lo que calificamos como riqueza no es más que el resultado de una serie de indicadores que amparados en un concepto de desarrollo ortodoxo omiten con desidia los costes ecológicos y sociales que motivan. A este respecto es clara una de las certeras viñetas de El Roto en la que se ve a un ciudadano preguntarle a un político: “¿Cómo conseguís que parezca progreso lo que nos está matando?”. Y éste le responde: “Con muchos adelantos.”

Resultado: a partir de 2005 Canarias será penalizada por la emisión de contaminantes a la atmósfera.

Email: acostaeduardo@mixmail.com

* Miembro de la Asamblea por Tenerife

1 comentario

haruko -

muy buen articulo creo que algunas personas reflexionaran al leer este articulo.
me parecio muy interesante