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La contaminación frena el desarrollo pulmonar de los niños

La contaminación frena el desarrollo pulmonar de los niños El Mundo, 10-9-2004

Cuando se habla del protocolo de Kioto, de cuotas de emisión, de dióxido de carbono, de la capa de ozono... a menudo se olvida que con todo ello no sólo está en juego el medio ambiente, la salud infantil es otro de los aspectos más perjudicados directamente por la contaminación. Un estudio californiano viene a sumarse esta semana a la montaña de evidencias que se acumulan en este sentido, con una advertencia: el desarrollo pulmonar puede verse afectado por la acumulación de sustancias tóxicas presentes en el aire contaminado.

Científicos de la Universidad de Southern California (Estados Unidos) evaluaron anualmente el desarrollo pulmonar de más de 1.700 niños de diez años mientras, paralelamente, cuantificaban los niveles de sustancias en el ambiente en sus mismos lugares de origen. En total 12 comunidades de aquel estado participaron en este seguimiento, denominado Children's Health Study, que ha durado más de ocho años, uno de los más largos en esta materia.

Tal y como publica esta semana la revista 'New England Journal of Medicine' se midieron varios parámetros respiratorios que permiten evaluar el desarrollo pulmonar y la existencia de posibles patologías, como la denominada capacidad vital forzada o FEV, que mide el volumen de aire que una persona puede espirar tras una inspiración máxima.

Al cabo de ocho años se comprobó que existía una relación entre la exposición a sustancias como el nitrógeno, el vapor ácido o el carbono elemental y la disminución de los parámetros considerados 'normales'.

Concretamente, los autores, dirigidos por el doctor James Gauderman, del Departamento de Medicina Preventiva de esta universidad, estiman que la proporción de jóvenes de 18 años con una capacidad vital forzada menor de lo normal era cinco veces superior entre aquellos expuestos a mayores niveles de partículas en suspensión menores de 2,5 µm, las más peligrosas por su capacidad para permanecer en el sistema respiratorio.

Para descartar la influencia de otros factores diferentes, los autores valoraron la influencia de la exposición prenatal al humo del tabaco, el asma o la presencia de mascotas o estufas de gas en el hogar. Ninguno de ellos alteró significativamente los efectos del aire contaminado, "lo que demuestra que la mayoría de los niños son susceptibles", según los firmantes.

Repercusión a largo plazo

Pero no sólo eso, advierten además de que, precisamente porque en ese período de ocho años los seres humanos experimentan su máximo desarrollo pulmonar, estos déficits pueden tener una repercusión directa en su estado de salud durante el resto de su vida. "Las principales consecuencias de la contaminación atmosférica aparecerán más tarde", aseguran, al tiempo que insisten en la necesidad de diseñar estrategias para reducir la emisión de tóxicos.

En este sentido, el doctor Juan Antonio Ortega, de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital La Fe de Valencia, la única de estas características en Europa, compara estos resultados con las evidencias que hace unos años relacionaron el plomo con ciertos daños neurológicos.

En un editorial que acompaña al trabajo y que publica la misma revista, Arden Pope, de la Brigham Young University (en Utah, Estados Unidos), valora las contribuciones del Children's Health Study por la confirmación de evidencias anteriores y recuerda que el siguiente paso debe consistir en ahondar en el conocimiento de los mecanismos que subyacen detrás de estos daños pulmonares. "Reducir las concentraciones de sustancias contaminantes en el ambiente nos ofrece una oportunidad única para la prevención de enfermedades", concluye.

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