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TURCÓN - Ecologistas en acción

Las quemas prescritas en Gran Canaria a debate

Las quemas prescritas en Gran Canaria a debate El Colectivo Turcón-Ecologistas en Acción ha presentado un escrito al Cabildo de Gran Canaria, solicitando información y explicando los motivos por los que se opone a una práctica con fines forestales, supuestamente de carácter preventivo, pero quizás su uso desmedido está ocasionando más problemas que beneficios.

No obstante, Turcón pide una reunión con los técnicos responsables para conocer con exactitud los criterios. Se reproduce a continuación el texto integro de la petición.

Sr. Consejero de Medio Ambiente y Aguas
Cabildo de Gran Canaria.
Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.-

A lo largo de los últimos 30 años en Canarias se ha llevado una política institucional comprometida, por lo menos en el plano legislativo, con la protección de Espacios Naturales, en concordancia con los enormes valores ambientales y paisajísticos que posee nuestra región. Ha sido una apuesta de futuro, una apuesta por la conservación. Una apuesta solicitada, secundada y alabada por todos los sectores ciudadanos y sociales.

Hemos trabajado muchos años para realzar y enaltecer la naturaleza canaria. Ha habido muchas cosas en juego, hemos apostado decididamente por la conservación, hemos plantado, hemos limpiado, hemos denunciado con riesgo para nuestra integridad física, hemos educado y concienciado, todo ha sido un signo común en el trabajo de los integrantes del Colectivo Turcón desde sus inicio en el año 1982.

Esto ha sido avalado por estudios en profundidad de la biodiversidad, que han ido desvelando el potencial de nuestros ecosistemas. Los estudios nos acercan a cifras sorprendentes sobre la cantidad de especies conocidas en Canarias de fauna, flora y hongos terrestres, incluidas las de hábitats acuáticos y sin contabilizar los microorganismos, asciende a 1.145 familias, 4.512 géneros, 12.661 especies y 936 subespecies, distribuidas en diferentes grupos de los cuales el 2,5% de los géneros, el 28% de las especies y el 62% de las subespecies son endémicas de Canarias. Esto significa que, en términos globales, por cada 20 especies o subespecies que podamos escoger al azar, 7 serán exclusivas del Archipiélago.

Los hallazgos de nuevos taxones endémicos han experimentado en los últimos años un incremento tal, que sólo en la recién finalizada década de los noventa se han descrito hasta 607 especies y 45 subespecies nuevas para la ciencia, lo cuál supone un valor medio de una especie o subespecie cada seis días. Todo esto induce a pensar que aún queda por descubrir una parte apreciable de la biodiversidad autóctona terrestre de las islas.

Con esta amplia diversidad biológica, llegamos a nuestra isla de Gran Canaria, donde no existen grandes masas forestales, donde la ausencia de una homogeneidad en las unidades territoriales es un factor común en la isla. Así y todo, protegemos más del 40% del territorio.

Por otro lado, una gran lucha del movimiento ecologista y de todas las administraciones, ha sido y es, la quema de rastrojos: quemas agrícolas que incluyen una variedad de eliminación de combustibles de postcosecha, de malezas, de podas, etc… Enormes esfuerzos y recursos se han destinados a la concienciación de los agricultores para evitar daños mayores, pero también se le “condiciona” enormemente con las normas preventivas y exigencias administrativas.

Con estos amplios antecedentes, provocar un incendio, realizar una quema (ahora llaman “quemas prescritas o quemas preventivas”). Quemar un terreno donde existen una variedad de vida, de flora, de fauna.,, poco menos resulta sorprendente e impactante para un colectivo ecologista con más de 23 años de lucha por conservar esta tierra y todos sus valores.

Evidentemente los criterios para tomar estas decisiones los queremos conocer. Pero compartamos algunos datos previos sobre los incendios (grandes o pequeños, preventivos, prescritos, inducidos, intencionados o accidentados):

 Incremento en la Emisión de Gases de Invernadero: el efecto inmediato de una quema es la producción y liberación a la atmósfera de gases y partículas resultantes de la combustión de biomasa. Los productos de la combustión instantánea de la vegetación quemada incluyen dióxido de carbono, monóxido de carbono, metano, hidrocarburos distintos a metano, óxido nítrico, cloruro de metilo y varias partículas. Durante la quema de un bosque, el dióxido de carbono que permaneció secuestrado por un período que varía entre décadas y siglos es súbitamente liberado y devuelto a la atmósfera en cuestión de horas. En consecuencia, las quemas tienen impactos a corto y a largo plazo sobre el presupuesto global del dióxido de carbono. Si la vegetación quemada no se regenera, el dióxido de carbono liberado permanece en la atmósfera. Si el ecosistema quemado regenera por completo, el dióxido de carbono es removido eventualmente de la atmósfera a través de la fotosíntesis e incorporado de nuevo en el crecimiento vegetativo. Sin embargo, si se evita la regeneración - como por ejemplo con el pastoreo y ramoneo excesivo del material en crecimiento, el dióxido de carbono no se reincorpora ni a la vegetación ni al suelo. Pese a lo anterior, otras emisiones gaseosas, permanecen en la atmósfera. Salvando las escalas, evidentemente, podríamos afirmar que una “quema ” fomenta el calentamiento global, salvando las escalas, decimos.

 Los índices pluviométricos en la isla de Gran Canaria son significativamente inferiores a otras regiones. Esto se toman como ejemplo, como referente de uso de innovadoras técnicas forestales. Aquí también, hay que salvar las diferencias porque si el Cabildo de Gran Canaria, hace una quema suponemos, que con un fin especifico…¿? O es para favorecer a algo o a alguien?. Pero cuál es el resultado. Existen ya datos y estudios de la evolución en la tierra y en el ecosistema grancanario afectado por la quema intencionada. Con el índice tan bajo de lluvias, ¿se regenera el suelo tan rápidamente como para seguir haciendo esas prácticas?.

 El efecto imagen. En un apartado anterior hacíamos referencia a las enormes trabas que se ponen a los agricultores y vecinos de la cumbre para realizar una quema de rastrojos. Ahora resulta que el Cabildo se convierte en el primer propulsor de técnicas que tradicionalmente hemos deplorado por los riesgos que conlleva. Qué imagen se da a esas personas que obligamos a trasladarse a LPGC para pedir permiso. Qué imagen da la institución encargada de gestionar y proteger los ENP con quemas aquí y allá. El efecto imagen se convierte en un efecto imitador, y esto podría ser ¿el inductor? de los 52 pequeños incendios del pasado verano.

 Pero hay cosas que aún nos siguen sorprendiendo, como por ejemplo, la realización de quemas prescritas en plena época estival. En condiciones de alta ignición, en condiciones climáticas adversas y poco propicias para realizar tareas de “quemas de rastrojos” (Disposición Adicional de la Orden 24 de marzo de 1995), operarios y agentes del Cabildo hacen quemas. Cómo es posible que el mismo Cabildo de Gran Canaria encargado de velar por la conservación y gestión de los ENP y aledaños, conculque sus propios principios y contradiga una filosofía de trabajo de respeto a la vida y a la legislación actual.

 Los referentes nacionales e internacionales que a veces se intenta imitar en las políticas forestales o de conservación, no siempre funcionan; o bien por las características de nuestros ecosistemas (altas temperaturas, baja pluviometría, terrenos abruptos,…); o bien, por errores de calculo, de dimensión, o de varias causas a la vez. Pero lo que sí es verdad, es lo arriesgado de esta política de imitación. Corroboran esta afirmación, algunos ejemplos; por ejemplo, cuando se intento realizar las reforestaciones con el Hidrogel, una espuma blanca que supuestamente retenía agua para las plantas y lo que terminó ocurriendo fue que absorbía el agua y se las robaba a las raíces. Tuvo que venir un ingeniero de la península para que reconocieran el error, u otro ejemplo, ahora con la introducción de la Pawlonia, que de manera experimental se quiere plantar por ser árboles de rápido crecimiento. Lo que queremos decir es que lo que funciona en otras latitudes no siempre tiene porque funcionar de la misma manera aquí como ya ha ocurrido.


En base a todos estos argumentos, nos gustaría tener un contacto más directo con los responsables de estos proyectos e intercambiar opiniones y conocer el verdadero alcance de esta política. Nosotros por nuestra parte hemos querido manifestar nuestra preocupación aportando datos y referencias que pueden ayudar a comprender nuestra posición inicial.

Estimado Consejero, quedamos agradecidos por su atención y esperamos su pronta respuesta.

Atentamente, en Telde, 14 de febrero de 2005.
Presidente del Colectivo Turcón

5 comentarios

Francisco -

Qué diferente se ve todo esto ahora, tras la catástrofe.

Anonimo -

La selección natural vs La vida en una burbuja

Es ley de vida, en nuestra vida tenemos perturbaciones a diario, y no tan sólo a diario, sino en cada momento, la diferencia entre ellas es la intensidad, hay algunas de poca o baja intensidad y hay otras mucho más severas, frente a las cuales, sean del tipo que sean, los seres vivos nos hemos de adaptar.

La vida no es un camino de rosas y quién piense así, mejor que no siga leyendo y se replantee la vida y que empiece a bajar de la nube en la que está y toque con los pies al suelo. Cada día hemos de \"sobrevivir\" no sólo en la sociedad, sino en nuestro entorno físico y ¿quienes sobreviven al día a día? siempre los más fuertes, ¿cómo se le llama a esto? selección natural.

Si las perturbaciones o molestias que recibimos son de poca intensidad, los seres vivos que resisten son un porcentaje alto dentro de la sociedad, estos seres se adaptan a esa perturbación y continúan con el día a día. Por el contrario, los individuos más débiles mueren y desaparecen. Sólo se quedan los genéticamente mejor dotados y más cualificados ente ese daño de baja intensidad.

Si las perturbaciones son de alta intensidad, hay un porcentaje mucho mayor de seres vivos que no están preparados para esa molestia, con lo cual mueren más individuos, si esa perturbación la llevamos al extremo de intensidad y es descontrolada, lo llamamos desastre y el número de bajas es muchísimo mayor.

Bien, ahora pongamos nombres a las cosas, una perturbación de baja intensidad se podría identificar con una quema prescrita o controlada, un fuego que tiene un sustento técnico, un estudio y una clasificación de objetivos a conseguir, entre los que puede figurar esa selección natural para tener individuos más capaces genéticamente para que la especie perdure con mayor vigorosidad. Favorecer a unas especies en detrimento de otras, y esto no lucha en contra de la biodiversidad, tan sólo potencias a unas y no a otras.

Si evitamos la introducción de esas perturbaciones de baja intensidad, los individuos viven en “un mundo de rosas y algodones” ajenos a la realidad, así que cualquier molestia que les surja en la vida, por leve que sea, le afectará mucho ya que no están “preparados”, han vivido protegidos en una burbuja y ahora ésta se ha roto.

Continuando con el símil, un incendio forestal entendido como se redacta en la definición que hay en la Ley de Montes del 2003, es una perturbación de una intensidad no controlable, así que lo catalogamos como desastre frente al cual, hay pocos individuos (o ninguno) capaz de resistir, así que se acaba la vida y la perpetuidad de la o las especies que había en ese lugar, hasta que otros colonizadores invadan la zona....y ¿cuántos años han de pasar?

Mi pregunta y así dejo abierto el debate, ¿qué es preferible, una selección natural basada en perturbaciones de baja intensidad o la vida en una burbuja que protege pero es frágil y si se rompe se produce un desastre?

Anónimo -

Ya que vosotros no lo comentáis, lo haré yo; la fuente de una gran parte del texto (porcentaje elevado que no he querido determinar), es de
“Livestock, Environment and Development Initiative (LEAD)
Animal Production and Health Division, FAO, 1999” http://www.virtualcentre.org/es/dec/toolbox/Indust/BioBurEA.htm
Creo que es importante citar las fuentes, más aún si se realiza un \\\"copiar y pegar\\\", ah!!! por cierto, la generación de humos a la que se refieren en el texto original, es de un ecosistema totalmente diferente al que tenemos entre nosotros en las islas, incluso una situación social totalmente diferente...es interesante

Anónimo -

Prefiero las quemas a quedarme despues sin bosques porque el incendio no se pudo controlar. Desde lo que yo se, parece que solo se queman parcelas con fines justificados, como areas cortafuego, regeneración de pastos y proteccion de edificaciones con peligro de incendios, por cierto, los incendios son fuegos incontrolados, las quemas prescritas son fuegos controlados, donde se quema con una intensidad de fuego muy baja, controlando la humedad, la temperatura y el viento, ademas de otros parametros, pudiendo salvar cualquier planta que no se quiera quemar, ademas, al quemar un area, se queda totalmente esteril, exepto la primera capa del subsuelo, donde aun quedan restos naturales, lo que favorece la proliferacion de insectos. No es que quiera decir que las quemas prescritas sean lo mejor para la isla, pero si creo que bien utilizadas, sera beneficiosa para nuestra flora y fauna

carmelo -

es una buena manera de construir el futuro salvando vidas que a veces nos parecen muy pequeñas pero son importantes pera la humanidad

y que si cada uno va por su lado haciendo lo que quiere sin mas miramientos no llegaremos a buen puerto