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El ADN del pino canario

El ADN del pino canario El ADN del pino canario

EL CABILDO UTILIZA ÁRBOLES CENTENARIOS DE GÁLDAR Y ARGUINEGUÍN PARA SALVAR SUS GENES

Las yemas de los pinos de Gáldar se injertaron en patrones de tres años cultivados en Osorio.

El objetivo es que los pinos canarios del futuro no pierdan variedad genética.

Canarias7 - digital

Para que los genes de las poblaciones naturales de pinos canarios más aisladas y en riesgo de extinción no desaparezcan algún día junto con esos árboles, el Cabildo trabaja desde hace ya dos años en la conservación de ese tesoro botánico mediante su reproducción asistida. Las primeras piñas están a punto de brotar.
Los pinos de Gáldar más antiguos y los ejemplares centenarios que se convervan en el barranco de Arguineguín son las dos poblaciones singulares de pinus canariensis de Gran Canaria con las que el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo está dando los primeros pasos para la conservación de este recurso genético endémico. El ADN de los primeros, mediante injertos de sus yemas en pinos nuevos, y el de los segundos, a través de la plantación de sus semillas, quedarán para lo posteridad si el experimento botánico que se lleva a cabo en las fincas de Osorio y Tirma confirma los esperanzadores resultados provisionales que viene dando.

El objetivo de producir semillas de calidad para garantizar que los pinos canarios del futuro no pierdan variedad genética está cada día más cerca. De momento, se han desarrollado con éxito siete injertos, procedentes de tres ejemplares distintos, de los 200 practicados en 2003 en otros pinos de diferentes procedencias plantados en el año 2000 en el vivero de Osorio. Las púas de los árboles donantes se habían recogido dos meses antes de nueve de los 11 ejemplares más centenarios de Gáldar. Esos primeros descendientes están ya a punto de dar sus primeras piñas.

La directora del proyecto, la ingeniera de Montes Inés Calzada, explica que «cuando haya más cantidad y comiencen a florecer se podrá hacer la polinización arficial», el siguiente paso de esta iniciativa, desarrollada en convenio con la Universidad Politécnica de Madrid. Calzada participó en la recogida de las yemas de los pinos galdenses y también en la selección de las piñas de los árboles de Arguineguín que se plantaron en Osorio, una parte en condiciones de sequedad similar a la del barranco sureño. Algunas crecen ya en Tirma, confirmando así que las semillas que dan los añosos pinos del Sur todavía pueden garantizar su conservación genética.

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