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TURCÓN - Ecologistas en acción

Nueva teoría del origen del nombre de Canarias.

Nueva teoría del origen del nombre de Canarias. Un historiador asegura que el nombre de Canarias proviene de los lobos marinos.

El historiador José Juan Jiménez defiende que el término Canarias con el que se denominó al Archipiélago no alude a la existencia de perros, sino de lobos marinos, y sostiene que Gran Canaria fue poblada con miembros de la tribu Canarii, deportados en tiempos del emperador romano Claudio.

EFE. Santa Cruz de Tenerife

José Juan Jiménez, que es el conservador del Museo Arqueológico de Tenerife, ha estudiado a los autores clásicos "con otra mentalidad" para sentar "las bases que explican de forma certera el poblamiento de las islas", lo que divulga en el estudio Canarii. La génesis de los canarios desde el mundo antiguo.

En la obra, editada por el Centro de la Cultura Popular Canaria, con la colaboración de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Fuerteventura, se plantean teorías alternativas a "mitos" históricos, como que todas las islas fueron pobladas a la vez, que el nombre aborigen de Gran Canaria fuera Tamarán o que los habitantes primitivos del Archipiélago tuviesen entre sus hábitos el de comer perros.

El investigador aporta además datos novedosos sobre la expedición del pretor romano Suetonio Paulino, que encontró en la provincia romana de Mauretania a la etnia de los canarii, denominación latina que podría corresponde al líbico knr, que luego evoluciona a canar, en la región de Qamnuri o Qamnuriya.

En la región de la Mauretania, y según la documentación consultada por José Juan Jiménez en el Archivo Vaticano y la Biblioteca Gregoriana, existió en el siglo V después de Cristo el Obispado de Ba-Canaria, cuyo titular actualmente es obispo auxiliar de Manila (Filipinas).

José Juan Jiménez indica que el que afirme algo sobre el poblamiento de Canarias sin ofrecer datos "vende humo, no certezas, que deben venir respaldadas por la documentación arqueológica e histórica".

"Ya no se puede seguir vendiendo que los pobladores vinieron con sus propios barcos o que eran de origen diverso, sin más datos. Con este libro se precisa algo que hasta la fecha no se había dado, como es la latitud y longitud de ubicación de esa tribu protohistórica norteafricana", asevera el historiador.

Para situar cronológica y geográficamente la procedencia de los pobladores de las islas hay que buscar en las fuentes más antiguas grecorromanas como Tácito, Dion Casio, Suetonio, Cicerón, César o Plinio, cuya cronología se sitúa entre el siglo II antes de Cristo y el I de nuestra era.

La investigación, explica el historiador, comienza con el estudio de cómo se relacionaban los romanos con las tribus protohistóricas del norte de África y, según Jiménez, hay que volver a los autores clásicos que hicieron una aproximación "generosa y amplia" de lo que pasaba en los territorios del Imperio, en el que Canarias ya ocupaba "una zona de la ultraperiferia" vecina de la Mauretania.

Plinio menciona una expedición realizada entre el año 25 antes de Cristo y el 23 después de la era, cuando en la Mauretania reinaba Juba II, coetáneo de Octavio Augusto, y en cuya época ya se conocían las islas y qué había de valor en ellas.

Jiménez sostiene que cuando Plino habla de que en las Islas había una gran cantidad de canes de enorme tamaño no se refiere a los perros domésticos, de los que se han encontrado en el Archipiélago restos arqueológicos de pequeños ejemplares parecidos al dingo australiano.

Por el contrario, en su opinión el romano se refería a los canis marinus, los lobos de mar que abundaban en las Islas pueden pesar 340 kilogramos y alcanzar los tres metros de longitud, que se apareaban dos veces al año, una de ellas en los meses de junio-julio, cuando los alisios facilitan la navegación a los barcos de la antigüedad.

Por esa razón, los enviados de Juba pudieron llevar dos canis como muestra de ejemplares para la explotación de pieles, pero no encontraron nada más de valor en unas Islas que dieron por desiertas.

Cuando en julio del año 40 después de Cristo el emperador Calígula manda asesinar al rey de la Mauretania Tolomeo, hijo de Juba II y de Cleopatra Selene, los romanos ocupan la región, que proporcionaba púrpura, marfil, maderas preciosas y era transitada por las caravanas del oro, añade el historiador.

La ocupación romana provocó la sublevación de las tribus que habitaban la región, parte de las cuales se refugiaron en las montañas del Atlas, por lo que a la muerte de Calígula, su sucesor, Claudio, envió al pretor Suetonio Paulino para que acabase con la rebelión y efectuase un reconocimiento de la zona.

Suetonio Paulino emprendió una expedición en el año 42 después de Cristo y entre las tribus que describe se encuentra la de los canarii, una etnia que podría haber habitado originariamente la zona sureste del actual Marruecos. Recuerda José Juan Jiménez que las tribus insumisas eran acantonadas, asimiladas o deportadas, en este último caso, a islas desiertas, lo que también era una forma de colonizar territorios.

Señala, además, que la afirmación de que los canarios comían perros procede de una traducción errónea de una descripción de las islas realizada por el tratante de vinos británico del siglo XVI Thomas Nichols, quien afirmó que en los países del noroeste se comían canes en lugar de ovejas, lo que se extendió por error a Canarias.

Viera y Clavijo recogió este texto de Nichols, lo mutiló y le dio carta de naturaleza, precisa Jiménez, quien aclara que otro mito es el de que Gran Canaria se denominaba "Tamarán", cuando en realidad este término corresponde a un apellido y un topónimo sevillano.

1 comentario

borja -

Osea que los canarios son moros!