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La Guardia Civil ratifica que la única causa del incendio de Guadalajara fue la barbacoa

La Guardia Civil ratifica que la única causa del incendio de Guadalajara fue la barbacoa COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN
La Guardia Civil ratifica que la única causa del incendio de Guadalajara fue la barbacoa

La investigación demostró que en el lugar donde fue avistado el coche que perdía gasolina no había rastro de fuego
Un experto asegura que el efecto lanzallamas mató al retén

EFE
TOLEDO.- El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara, teniente coronel Andrés Bachiller, ha confirmado que la única causa del incendio de Guadalajara fue la barbacoa de la Cueva de los Casares y manifestó que la identificación de las once víctimas del incendio se realizó en un "tiempo récord".
Bachiller se pronunció así en las Cortes de Castilla-La Mancha durante su comparecencia en la quinta jornada de la comisión de investigación sobre el incendio que arrasó, entre el 16 y el 21 de julio, cerca de 13.000 hectáreas del noroeste de Guadalajara.

El responsable del Instituto Armado relató las actuaciones llevadas a cabo por los efectivos de la Comandancia desde la tarde del día 16 de julio, cuando se activó un equipo para atender a las poblaciones y a las carreteras y otro para investigar las causas del fuego, hasta el 9 de agosto.
Según dijo, en las primeras horas una persona confesó "espontáneamente" ser el autor de la barbacoa que había prendido el fuego y el servicio de investigación de causas certificó posteriormente que esa fue la única causa del incendio.

A este respecto, matizó que el autor del fuego fue la única persona imputada por la Guardia Civil y puesta a disposición de la autoridad judicial, y explicó que fue la juez de instrucción quien decidió que el resto de los participantes también declarara como imputados, con el objeto de que pudieran ir acompañados por sus abogados.
El teniente coronel explicó que a raíz de la publicación del informe del 112 en el que se apuntaba la existencia de un coche que perdía gasolina en una zona cercana al incendio menos de dos horas después de que se declarara el mismo, la Guardia Civil realizó una ampliación de diligencias que puso a disposición del juez.
La investigación demostró que en el lugar donde fue avistado el coche no había rastro de fuego y que el conductor del mismo se había desplazado hasta allí con intención de colaborar en las tareas de extinción.
La rotura de un manguito les hizo dejar el coche para desplazarse a buscar un recambio, momento en el que se produjo la llamada al 112 alertando de la presencia de un coche cerrado y vacío que perdía gasolina a chorros.

Identificación de víctimas en tiempo 'récord'
Respecto a la identificación de las víctimas, relató que los cadáveres no pudieron ser rescatados hasta el mediodía del día 18 y agregó que a las 0.40 horas del 20 de julio los especialistas de la Guardia Civil ya habían completado la identificación, que se realizó en un "tiempo récord".

Bachiller mencionó que la incertidumbre sobre el número de fallecidos en el retén duró hasta la medianoche del día 17, cuando se confirmó que sólo había once personas que no respondían y se descartó que el número de muertos llegara a catorce.

A este respecto, hizo hincapié en que la patrulla que confirmó la existencia de al menos once cadáveres tuvo que abandonar la zona porque su vida corría peligro.

Por otra parte, el mando de la Guardia Civil sostuvo que "no se puede hablar de descoordinación" en la evacuación de los pueblos afectados por el incendio, aunque sí de resistencia por parte algunos vecinos a abandonar sus casas.

Bachiller concluyó su intervención pidiendo disculpas a aquellos ciudadanos a quienes la Guardia Civil "no haya prestado el servicio público que esperaban y sin duda merecían".

El efecto lanzallamas mató al retén
Por su parte, el experto Manuel Peinado, que también compareció ante la comisión, consideró que el efecto de lanzallamas que se produjo en el bosque fue "inevitable e impredecible" y que el inicio del fuego fue "la crónica de una muerte anunciada" por las condiciones meteorológicas habituales del clima mediterráneo.
Peinado explicó que el accidente fue causado por un efecto conocido como "blow up" o lanzallamas, que suele producirse durante los incendios de bosques mediterráneos y consiste en la propagación desde el lugar del incendio de un rayo de calor que a "velocidad supersónica" abrasa todo lo que recorre a su paso.
Este efecto, según aseguró el experto, suele propagarse hacia accidentes geográficos como el collado en el que se encontraban ubicados los miembros del retén siniestrado, que en un principio son seguros, pero que tienen una vegetación escasa y deshidratada por la sequía, lo que facilita su combustión.

También explicó que este efecto "blow up" desprende una tremenda ola de calor, que es la que produce la muerte.
Para escapar de este efecto, que ya ha provocado la muerte de varios bomberos en lugares del planeta con clima mediterráneo, Peinado aseguró que lo mejor era hacer lo mismo que Jesús Abad, único superviviente del suceso de Santa María del Espino, esconderse bajo un camión y esperar a que pase, aunque matizó que la velocidad de propagación del mismo reduce el tiempo de reacción de las víctimas.

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