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TURCÓN - Ecologistas en acción

Todas las palmeras podrían desaparecer en un año si no se logra frenar al picudo rojo

Todas las palmeras podrían desaparecer en un año si no se logra frenar al picudo rojo

La Provincia, 18-1-2006

P. Martín

La alarma ante el avance de la plaga del picudo rojo en Fuerteventura crece a medida que transcurren los días. Fuentes de Medio Ambiente señalaron ayer que, de continuar la progresión actual, con la localización de una veintena de plantas afectadas en un mes, "el picudo puede acabar con todas las palmeras en un año".

Los técnicos se han mostrado muy pesimistas ante lo que consideran una "catástrofe ecológica sin precedentes", ya que, a pesar de que hay unas 50 palmeras diagnosticadas, se calcula que alrededor de 200 podrían estar afectadas y, lo que es peor, el número sigue creciendo a medida que avanzan los días. "Se ha localizado un nuevo foco en Tarajalejo y palmerales emblemáticos como el de Gran Tarajal podrían verse dañados si el picudo sigue extendiéndose, lo que es probable, dado que no existen métodos para eliminarlo", añaden.

Por el momento, las únicas vías para acabar con este coleóptero son el corte y posterior quema de la planta, de ahí que el Cabildo prohibiese la semana pasada podar las palmeras. Una medida que, pese a su importancia, se está incumpliendo.

Para lograr una mayor concienciación social, la institución insular y el Gobierno canario estudian la posibilidad de aprobar un decreto para que las policías locales y la Guardia Civil a través del Seprona puedan abrir expedientes sancionadores a aquellas personas que sigan podando las palmeras.

Por el momento, la localidad más perjudicada por el picudo rojo, un coleóptero similar a un escarabajo, es Caleta de Fuste, donde técnicos de Medio Ambiente, en colaboración con el Ayuntamiento de Antigua, cortaron ayer dos ejemplares afectados que posteriormente fueron trasladados al vertedero de Zurita. En segundo lugar se encuentra Costa Calma, aunque el responsable del departamento, Toni Gallardo, insistió en que ningún municipio de la Isla está exento de este peligro, dada la voracidad y rapidez de propagación del picudo. "Es un problema muy grave para toda la Isla y para el resto del Archipiélago, ya que todas las islas han importado palmeras de la Península", puntualizó.

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