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Los viveristas de la isla de Gran Canaria arrojan unas pérdidas en sus negocio de importación de palmeras

Los viveristas de la isla de Gran Canaria arrojan unas pérdidas en sus negocio de importación de palmeras

LA PALMERA, EN LA PICOTA. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE UNA CRISIS ECOLÓGICA

Los viveristas soportan pérdidas de más de tres millones anuales
tras la aparición de la plaga del picudo rojo

La Provincia.es
Juan José Jiménez
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Los viveristas de la isla de Gran Canaria arrojan unas pérdidas de negocio anual en torno a los tres millones de euros, como mínimo, por el parón de las importaciones y exportaciones que ha supuesto la entrada del picudo rojo en Canarias.

La plaga, que según los expertos tiene a Fuerteventura "totalmente infestada", como informa Roberto Góiriz, portavoz de la Federación de Exportadores y Cosecheros Hortofrutícolas de Las Palmas, Fedex, "ha frenado de golpe el tránsito de plantas". Así, mientras que en las importaciones la mercancía se reduce sólo a las palmeras, cuya entrada está restringida a los individuos adultos, en las exportaciones el problema se multiplica porque los contratos que se mantenían con compradores extranjeros se están cancelando, una vez han tenido conocimiento de que la plaga del escarabajo se está extendiendo en buena parte del Archipiélago canario.

El último de ellos, sólo a modo de ejemplo, es la rescisión de un importante contrato esta misma semana con un comprador de palmeras canarias en Dubai al que se disponía a exportar un empresario del Sur de la Isla. La gravedad de este caso estriba en que la partida a exportar también incluía otras plantas que nada tienen que ver con la plaga, por lo que la pérdida de negocio no sólo afecta a las palmeras en sí, sino al conjunto de las producciones y, en gran medida, a la caída de la imagen de suma calidad de los productos que enviaba hasta el momento la Comunidad Autónoma y que será muy difícil recuperar.

Las pérdidas previstas están calculadas basándose en el nivel de negocio del pasado año, en el que sólo la isla de Gran Canaria facturó tres millones de euros en la compraventa de palmeras, por lo tanto esta cifra puede quedar lejos aún del cómputo final por el citado efecto contagio que afecta a esos productos ajenos a las phoenix.

COMPLEJOS PRIVADOS. Además hay que estimar que algunas grandes empresas constructoras e incluso ayuntamientos también importaban grandes remesas por cuenta propia, para ajardinar promociones, avenidas o rotondas, lo que genera un movimiento económico muy difícil de cuantificar.

La Fedex es muy pesimista, y califica la situación de "gravísima" porque "no sabemos cuándo va a durar esta plaga. De hecho, en Gran Canaria "el escarabajo ya está volando, y desde Fuerteventura las noticias que nos llegan son alarmantes". Hay que destacar que en las tres islas de Las Palmas existen unos 25 empresarios dedicados al sector, que esperan -cuando ya hace ocho meses que se declaró oficial la plaga y muchos más desde que se detectó el primer escarabajo en Fuerteventura y Gran Canaria-, la ayuda de 2,9 millones prometida por la administración para la adquisición de materiales y la contratación de personal dedicado en exclusiva a combatirla. "Porque, es a día de hoy", explica Góiriz "y no tenemos ni escaleras para estudiar los ejemplares".

Pero los augurios de las pérdidas económicas son aún más alarmantes a corto plazo, porque comienza el calor, que es el principal factor que reactiva el ciclo vital del picudo rojo, de ahí que para los expertos este verano que empieza "será la prueba de fuego para nuestros palmerales", ello en un contexto en el que la administración regional y la central "no han tomado conciencia, al igual que ocurre con el resto de las decenas y decenas de enfermedades que están afectando gravemente a la biodiversidad endémica del Archipiélago canario, además de los cultivos en explotación -como el tomate, principalmente con el virus de la cuchara-, destinados al mercado, señala Góiriz.

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