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TURCÓN - Ecologistas en acción

Las lluvias torrenciales: una interpretación diferente

Las lluvias torrenciales: una interpretación diferente

LOS DESTROZOS DEL AGUA

Artículo de opinión de Loli Rodríguez Martín

Estoy impresionada por todas las emociones que la lluvia genera en esta isla. Todo un código dialectal que nos obliga a creer algo que aunque sea mentira, parece evidente. Después de esto y con lo que hemos visto que ha pasado en otras partes del mundo podemos convencernos de que el agua es mala, incompasiva, terrorífica.

Todos los años, unos más que otros, me parece pasar por una especie de péndulo que anda en los extremos. En verano escucho la máxima expresión de la sequía que se acompaña en ocasiones con la prolongación de los meses estivales por causa de la temperatura, y en invierno la máxima expresión de las lluvias que los viejos no recuerdan desde hace más de treinta años. Siempre hay alguno que nunca presenció cosa igual. Desde hace dos años parece que se observan fenómenos poco usuales, este año bastante palpable con el Delta que a los de a pie nos hace sospechar como cierta la tan traída y llevada frase del cambio climático, de los que pocos saben y muchos argumentan. Es una especie de expresión de gurús. Además para romper el silencio estamps sustituyendo la típica tópica frase de ¡cómo está el tiempo! Por la de ¡ esto es el cambio climático!.
Así surgen frases hechas que crean estado de opinión negativa sobre algo como el agua que yo suponía que era una bendición. Me apoyo en refranes populares tales como “nos vino como llovido del cielo”, “es como agüita de mayo”.

Relaciono algunas de las frases que he escuchado en el día de hoy : el mal tiempo nos acompaña; municipios afectados; falta de previsión; a pesar del mal tiempo…; tenemos atascos kilométricos y un largísimo etcétera. Sólo hay que ponerse a escuchar las noticias o leer algún periódico.

Salen titulares cebándose con los destrozos del agua. Esto es a raíz de unas lluvias “torrenciales” que descargan unas cuantas decenas de litros en doce horas y que lo único que quebrantan levemente son aquellas carreteras que diseñaron unos ingenieros que no pensaron en la climatología. Sólo paseando por la GC1 en el momento puntual de la descarga se pueden ver todos los puntos conflictivos que no son más que inexistentes salidas de agua, baches que son verdaderas lagunas, muros de contención que parecen pensados solamente para soportar la brisa marina, alcantarillas que se obstruyen, muros que se caen y así podría continuar con una larga lista de percances que colocan en una especie de epígrafe que titulan los destrozos del agua.

Luego se habla de los municipios afectados, pero siempre cuantificando las pérdidas inmobiliarias. Vehículos, garajes anegados, establecimientos inundados, puentes que se derriban para evitar que el agua haga un tapón y ponga en peligro a las familias que viven por la zona.
Ante toda esta manifestación derivada de la lluvia y a la que los canarios y las canarias siempre hemos agradecido, mi pregunta es sencilla. ¿es acaso esto que ocurre un destrozo del agua o el agua simplemente viene a hacer justicia para aquellos que destrozan a diario y se camuflan en la prensa mediática bajo la consagración del progreso y los puestos de trabajo?.

Otra observación que hago es que, curiosamente y en contra de todo pronóstico, los aeropuertos no dejaron de funcionar con normalidad ante tanta catástrofe. ¿Llueve menos en sus carreteras?.
Me alegra que el señor consejero estuviera en esos momentos circulando y pudiera presenciar una imagen que luego definió como espectacular porque corrían todos los barrancos. ¿No es eso lo natural?. Nuestros barrancos llevan muchos años siendo moradas de ocupas. Bien decía un señor ya entrado en años una frase que me viene como anillo al dedo “Si uno se apropia de lo ajeno el agua se lo lleva”.

La observación me hace pensar que estos fenómenos ocurren sin que sea la cantidad de litros hasta el momento la causante. Metafóricamente La isla es casi un plástico. Desde que llueve el agua no tiene manera de filtrarse especialmente en toda la zona Este y Sur de la isla. Demasiado asfalto, demasiado cemento. Así es como el agua forma riadas con bastante facilidad que se desboca buscando salida, abriendo caminos que ya estaban hechos y alguien les ha robado. Las lluvias que hemos tenido han sido complacientes, serenas, tranquilas. Pregunten al agricultor y que lo traduzca en regadas y en destrozos. Personal pensador dejen de culpabilizar a la lluvia y busquen los verdaderos responsables que han permitido y han promovido este desaguisado.

1 comentario

Jenni Hymoff Koeppel -

Felicidades por un artículo muy bienvenido porque pone el dedo en la llaga. Estas lluvias han sido las mejores de años porque no han venido tan acompañadas de vientos pero a la hora de la verdad, el agua siempre deja las huellas de por donde pasa, si nos fíjaramos en ellas, evitaríamos destrozos al no intentar ocupar los lugares de paso milenario y bloquear la naturaleza.

Gracias por compartir estos pensamientos. ¿Cómo los hacemos llegar a las autoridades incompetentes para que aprendan a hacer bien su trabajo?