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La Consejería de Medio Ambiente encarga actuaciones para combatir la plaga del picudo rojo

La Consejería de Medio Ambiente encarga actuaciones para combatir la plaga del picudo rojo

Los trabajos se realizarán en un periodo de cuatro meses, por lo que deberán estar culminados el 30 de junio del presente año
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial encarga actuaciones para combatir la plaga del picudo rojo en Canarias

Se hará un muestreo intensivo para conocer la distribución actual de la plaga, el establecimiento de unos corredores o perímetros de seguridad en torno a los principales palmerales naturales de Canarias

También se desarrollarán actuaciones de gestión directas de diagnosis, control y erradicación de ejemplares afectados
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, que dirige Domingo Berriel, ha encargado a la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan) la realización de una encomienda de cuatro meses de duración denominada “Medidas preventivas y paliativas ante la presencia del Rhynchophorus ferruguneus Olivier (picudo rojo) en los palmerales de Canarias”, que se justifica por la necesidad de contar con los medios precisos para determinar con exactitud el alcance real de la afección de la plaga, establecer perímetros de seguridad en torno a los palmerales naturales y desarrollar actuaciones de urgencia en los focos conocidos de la plaga.
Uno de los objetivos que persigue este encargo es la realización de un barrido/muestreo intensivo en palmeras naturales, así como en las palmeras no naturales pero susceptibles de albergar la plaga, mediante el empleo de trampas de capturas de adultos. Esta actuación permitirá tener una primera aproximación del alcance real de la plaga en el Archipiélago, así como empezar a trabajar en las posibles acciones de intervención.
También con esta encomienda se pretende caracterizar, mediante cartografía digital, las posibles vías de entrada de la plaga en los palmerales naturales, para lo cual se establecerá un perímetro alrededor de éstos de 2 kilómetros de radio, caracterizando las palmeras de las especies Phoenix canariensis Chabaud, Phoenix datylifera L., Washingtonia filifera (Linden) Wendland, Washingtonia robusta Wendl. y Cocus nucifera L., que se encuentren en el interior de este perímetro de seguridad.

Igualmente, se contempla la contratación de un equipo específico para la isla de Fuerteventura con la función de actuar con medidas de diagnosis, control y erradicación de ejemplares afectados por la plaga en los focos conocidos.
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, Domingo Berriel, ha destacado al respecto que “la estrategia frente al picudo rojo es acotar los lugares donde está establecido, localizar los ámbitos de distribución y elaborar perímetros de seguridad en torno a los palmerales naturales”. Además, el consejero del Gobierno de Canarias recordó que “las islas son muy sensibles a la introducción de plagas y que la existencia del picudo rojo no implica que en Canarias nos vayamos a quedar sin palmeras, ya que vamos a adoptar medidas al respecto y controlar los focos”.

Fases de la encomienda
La primera fase de la encomienda consiste en la caracterización del ámbito de distribución actual de la plaga, para lo que se prospectará en las poblaciones naturales de palmeras presentes en Canarias. Además, también se examinarán los palmerales implantados por la mano del hombre con palmeras importadas y que se consideren susceptibles de albergar la plaga.

Para el desarrollo de esta actuación se empleará el trampeo de feromonas estableciéndose muestreos por islas, de manera que, en la isla de Fuerteventura, el número de muestreos se elevará a 200; en Gran Canaria, 250; en Tenerife, 200; en Lanzarote, 100; en La Gomera, 100; en La Palma, 40 y en El Hierro 10.
Todos los muestreos se realizarán a una distancia superior a 5 kilómetros de los focos conocidos de la presencia de la plaga, en las islas de Gran Canaria y Fuerteventura.
La segunda fase consistirá en la ubicación georeferenciada de los diferentes ejemplares de palmeras de las especies Phoenix canariensis Chabaud, Phoenix datylifera L., Washingtonia filifera (Linden) Wendland, Washingtonia robusta Wendl. y Cocus nucifera L. en un perímetros de seguridad de dos kilómetros determinado alrededor de las poblaciones naturales o entornos poblacionales naturales establecidos al efecto.
En cuanto a la actuación de diagnosis, control y erradicación de ejemplares afectados por la plaga, se ha establecido una cuadrilla para la isla de Fuerteventura por ser la isla con mayor número de palmeras afectadas por la plaga en la actualidad.

Plazo
Los trabajos deberán estar realizados el 30 de junio de 2006, correspondiendo la finalización de la primera fase o realización de muestreo intensivo de localización Rhynchophorus ferrugineus Olivier en el medio natural, con anterioridad del 30 de abril del presente año; y la segunda fase o entrega del documento cartográfico de localización de los ejemplares de las palmeras Phoenix canariensis Chabaud, Phoenix datylifera L., Washingtonia filifera (Linden) Wendland, Washingtonia robusta Wendl y Cocus nucifera L., en un ratio de dos kilómetros de los palmerales naturales, antes del 30 de junio de este año.

El trabajo de cuadrillas de diagnosis, control y erradicación para la isla de Fuerteventura se desarrollará durante los cuatro meses, entre marzo y junio de 2006.
Aspectos que justifican la urgencia de la encomienda
La reciente llegada de la plaga conocida como “picudo rojo de las palmeras” ocasionada por el coleoptero Rhynchophorus ferrugineus Olivier, originario de las regiones tropicales del sudeste asiático y Polinesia, está ocasionando una importante afección sobre los palmerales existentes en varios núcleos de las islas de Fuerteventura y Gran Canaria, siendo probable su presencia en otras islas del Archipiélago donde no se ha prospectado.
El desconocimiento sobre su distribución real en el Archipiélago, los elevados índices de multiplicación y distribución (en climas subtropicales, como el de Canarias, se podrían producir seis generaciones al año) y la dificultad de detección y control la convierten en un patógeno con un elevado nivel de peligrosidad, por lo que se hace necesaria la realización de esta encomienda.

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