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TURCÓN - Ecologistas en acción

Vuelve la ruta del barro

Vuelve la ruta del barro Canarias7, 17-8-2004

Beatriz García Cabrera

19 jóvenes venidos de diferentes comunidades autónomas han rehabilitado en un campo de trabajo los antiguos senderos que unen la zona alta del municipio de Santa María de Guía de Gran Canaria con la montaña de Ajódar.

Gabriel, Amaya, Lorena, Patricia o Sandra son algunos de los 19 jóvenes que trabajan en Hoya de Pineda para rehabilitar los centenarios senderos locales que van desde el municipio hasta lo más alto de la montaña de Ajódar. Para ello limpian los caminos de matorrales o hacen escaleras, tareas que son supervisadas por dos monitores. Este es el segundo año que el área de Juventud del Ayuntamiento lleva a cabo este proyecto en el que chicos y chicas venidos de toda España comparten unas alternativas vacaciones en la naturaleza, gracias a la financiación del Cabildo.

Con esta iniciativa del área de juventud de Guía se pretende que los senderos sean habilitados para que se recupere unas de las tradiciones más importantes del lugar: el uso de los caminos que antiguamente utilizaban los lugareños para obtener barro con el que crear utensilios de cerámica. Y es que en Hoya del Pinar existen varios hornos hechos con piedra, a la vieja usanza, de los que sólo uno, el de la hija de Julianita la alfarera, sigue utilizándose regularmente.

Los voluntarios, que se alojan en el albergue del municipio, han descubierto un paraje muy distinto al peninsular. Muchos de ellos se han sorprendido al encontar una Isla totalmente distinta a lo que esperaban- muy turística y con poco campo-. Algunos de los jóvenes son veteranos en esto del campo de trabajo. Por ejemplo, Mercedes lleva ya cinco años colaborando en proyectos medioambientales.

Pero el trabajo es duro. Se levantan muy temprano, a las ocho de la mañana, para trabajar el campo de nueve a dos del mediodía.Por las tardes realizan actividades en las que descubren otras zonas de Gran Canaria y sus tradiciones, como el Pinar de Tamadaba, la elaboración del queso, la realización artesanal de las cajas de madera. También tienen momentos de relax, como los ratos que se pasan en la piscina del municipio. Los jóvenes están tan encantados con la cultura canaria, que cuentan que les gustaría exportar a sus comunidades deportes autóctonos como el salto del pastor.

Aunque trabajen a pleno sol, la estancia trae sus recompensas, ya que los voluntarios han podido disfrutar de eventos como la Rama o la Traída del Agua. Para finalizar su voluntariado pudieron asistir a las fiestas del municipio que les ha acogido.Muchos de ellos, aunque acaben el 16 de este mes, seguirán con sus vaciones canarias visitando, mochila al hombro, otras islas del archipiélago. Gabriel, Amaya o Lorena, tras la buena impresión que se llevaron del campo de trabajo, animan a todos los canarios a que vivan esta experiencia.

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