La ciudad con más coches
La Provincia, 22-9-2004
El municipio de Las Palmas de Gran Canaria es uno de los ocho de Canarias que celebra hoy el ´Día europeo de la Ciudad sin mi coche´ con el objetivo que reducir el tráfico privado e incrementar, así sea por una jornada, el número de pasajeros del transporte público. Algo que, hoy por hoy, no deja de ser una utopía. Y es que los números son tozudos.
La Memoria de Guaguas Municipales apunta un estancamiento, desde hace cinco años, en la cantidad de usuarios. Pese a la mejora de las guaguas y al incremento de líneas, los pasajeros sobrepasan a duras penas los cuarenta y seis millones anuales. Por contra, el transporte privado crece a pasos agigantados. En 2002 el parque de vehículos era de 221.269, 6.862 más que el año anterior y la tasa -que se obtiene dividiendo la cantidad de coches por la de la población- es de 585,99, 27 puntos más que en 2001, según la Dirección General de Tráfico. Unas cifras que corrobora la Asociación de Importadores y Vendedores de Automóviles (Aiva), quienes señalan un aumento de un 20% en el número de matriculaciones
el pasado mes de agosto en la provincia de Las Palmas.
Desde el punto de vista del concejal de Movilidad, Paulino Montesdeoca, enfrentar el significado de este día, y el de la Semana Europea de la Movilidad en virtud de la cual desde el pasado 16 de septiembre se han venido celebrando distintas actividades, con las cifras del número de vehículos que diariamente circulan por las carreteras del municipio no deja de ser una visión pesimista de la situación. Y la situación, es tan sencilla, explica el doctor en Economía de la ULPGC, Juan Carlos Martín, como que a mayor desarrollo, a mayor crecimiento económico, más tasa de motorización. "El transporte público ha mejorado, eso nadie lo pone en duda. En pocos años la flota de guaguas se ha modernizado y llega a casi
todos los puntos del término, pero eso no lo hace más atractivo.
"El coche privado", dice este miembro del equipo de investigación de Economía de las Infraestructuras y el Transporte, "siempre es más cómodo, sobre todo si su uso no supone además grandes costes en congestión o por tarifas de parkings muy caras, y ninguna de esas circunstancias se dan en Las Palmas de Gran Canaria". Algo en lo que coincide Montesdeoca. La utilización del vehículo privado es, además, la consecuencia lógica del crecimiento de la ciudad.
La creación de nuevos barrios en el distrito de San Lorenzo y Tamaraceite, además de los de La Minilla y Siete Palmas, los centros comerciales y deportivos apartados del centro urbano, y la conversión de municipios limítrofes -Santa Brígida, Arucas y Telde- en dormitorios suponen para los ciudadanos mayor dependencia del transporte. La elección entre el público y el privado vuelve a depender, dice Martín, del grado de comodidad y, en menor medida, de la capacidad adquisitiva. "Pero es evidente que quien se va fuera de la ciudad a vivir también dispone de coche propio".
Para Martín la Semana de la Movilidad no es más que un revulsivo social para mentalizar a los ciudadanos de que deben hacer un uso racional del transporte. Para Montesdeoca supone, además, hacer hincapié en la educación para ello. "Por eso", dice, "desde el Ayuntamiento optamos por colocar a dos niños junto a la margarita, que es el emblema europeo. Entendemos que el abandono del uso exclusivo del coche privado hay que inculcarlo desde edades tempranas y por eso nos volcamos en los escolares".
El municipio de Las Palmas de Gran Canaria es uno de los ocho de Canarias que celebra hoy el ´Día europeo de la Ciudad sin mi coche´ con el objetivo que reducir el tráfico privado e incrementar, así sea por una jornada, el número de pasajeros del transporte público. Algo que, hoy por hoy, no deja de ser una utopía. Y es que los números son tozudos.
La Memoria de Guaguas Municipales apunta un estancamiento, desde hace cinco años, en la cantidad de usuarios. Pese a la mejora de las guaguas y al incremento de líneas, los pasajeros sobrepasan a duras penas los cuarenta y seis millones anuales. Por contra, el transporte privado crece a pasos agigantados. En 2002 el parque de vehículos era de 221.269, 6.862 más que el año anterior y la tasa -que se obtiene dividiendo la cantidad de coches por la de la población- es de 585,99, 27 puntos más que en 2001, según la Dirección General de Tráfico. Unas cifras que corrobora la Asociación de Importadores y Vendedores de Automóviles (Aiva), quienes señalan un aumento de un 20% en el número de matriculaciones
el pasado mes de agosto en la provincia de Las Palmas.
Desde el punto de vista del concejal de Movilidad, Paulino Montesdeoca, enfrentar el significado de este día, y el de la Semana Europea de la Movilidad en virtud de la cual desde el pasado 16 de septiembre se han venido celebrando distintas actividades, con las cifras del número de vehículos que diariamente circulan por las carreteras del municipio no deja de ser una visión pesimista de la situación. Y la situación, es tan sencilla, explica el doctor en Economía de la ULPGC, Juan Carlos Martín, como que a mayor desarrollo, a mayor crecimiento económico, más tasa de motorización. "El transporte público ha mejorado, eso nadie lo pone en duda. En pocos años la flota de guaguas se ha modernizado y llega a casi
todos los puntos del término, pero eso no lo hace más atractivo.
"El coche privado", dice este miembro del equipo de investigación de Economía de las Infraestructuras y el Transporte, "siempre es más cómodo, sobre todo si su uso no supone además grandes costes en congestión o por tarifas de parkings muy caras, y ninguna de esas circunstancias se dan en Las Palmas de Gran Canaria". Algo en lo que coincide Montesdeoca. La utilización del vehículo privado es, además, la consecuencia lógica del crecimiento de la ciudad.
La creación de nuevos barrios en el distrito de San Lorenzo y Tamaraceite, además de los de La Minilla y Siete Palmas, los centros comerciales y deportivos apartados del centro urbano, y la conversión de municipios limítrofes -Santa Brígida, Arucas y Telde- en dormitorios suponen para los ciudadanos mayor dependencia del transporte. La elección entre el público y el privado vuelve a depender, dice Martín, del grado de comodidad y, en menor medida, de la capacidad adquisitiva. "Pero es evidente que quien se va fuera de la ciudad a vivir también dispone de coche propio".
Para Martín la Semana de la Movilidad no es más que un revulsivo social para mentalizar a los ciudadanos de que deben hacer un uso racional del transporte. Para Montesdeoca supone, además, hacer hincapié en la educación para ello. "Por eso", dice, "desde el Ayuntamiento optamos por colocar a dos niños junto a la margarita, que es el emblema europeo. Entendemos que el abandono del uso exclusivo del coche privado hay que inculcarlo desde edades tempranas y por eso nos volcamos en los escolares".
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