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TURCÓN - Ecologistas en acción

Qué peligro

Qué peligro Angel Tristán Pimienta

La Provincia, 20-11-2004

La sentencia del Tribunal Constitucional reconociéndole a las Comunidades Autónomas la gestión de los Parques Nacionales ha puesto a muchos ciudadanos los pelos como escarpias. La decisión del TC es lógica en la España refundada en la Constitución de 1978: la descentralización autonómica es de carácter progresivo, y esta encomienda a las regiones entra en lo lógico y natural. Pero dicho esto, la realidad es que la administración cercana no es ninguna garantía de que las cosas se hagan bien. La experiencia demuestra que en Canarias, y en materia de medio ambiente y patrimonio histórico, lo más probable es que se aplique un criterio desarrollista enfocado al aprovechamiento máximo. Mientras los mecanógrafos
judiciales pasaban la sentencia al ordenador y a los correos electrónicos, la Fundación César Manrique reclamaba la ayuda del humorista italiano Leo Bassi para que montara uno de sus números dentro de los actos de protesta programados en contra de la construcción de una carretera en medio de La Geria, que no hay que olvidar está dentro de la Reserva de la Biosfera.

Los ecologistas han tenido dos tipos de reacciones: unos prefieren que no se rompa la unidad y que los Parques Nacionales sigan controlados desde Madrid por una organización que no se contamina por lo próximo y que es inmune a las presiones de los políticos de todo pelaje que no quieren perder inversiones. En estos momentos hay varios contenciosos pendientes en la Península porque siempre aparece una urbanización, ahora con campos de golf, que necesita "unos pocos metros cuadrados de nada" de una zona protegida. No obstante Los Verdes-Partido Verde Canario tienen una actitud más posibilista: consideran que políticamente es inevitable la aplicación del modelo descentralizado en las competencias medioambientales, pero a la vez, y para evitar saltos mortales, que podrían dar lugar al vaciado de los Patronatos y del Consejo de la Red Nacional, defienden la potenciación de la Red Europea Natura 2000. "(...) El Gobierno de Canarias debe entender que esta atribución de competencia (...) no supone ninguna patente de corzo (sic) para aumentar la presión sobre los parques, sino una oportunidad para la integración de una gestión sostenible del territorio".

Pero, sin embargo, los temores no desaparecen. Otros ecologistas manifiestan su convencimiento de que "poco a poco" los intereses creados van a intentar ocupar parcelas protegidas "mediante diversas fórmulas de conquista, tratando de convencer a la población de que, hombre de Dios, tampoco es para tanto, que son muchos millones de metros, y que cómo se va a negar uno a crear riqueza". Lo cierto es que todas las sospechas en este sentido son, desgraciadamente, fundadas. Entornos extraordinarios formados a lo largo de cientos de años por la sabia combinación de la naturaleza y de la agricultura, como el valle de La Orotava, son ahora una urbanización con algunas huertas de plataneras a modo de decoración del conjunto. Desde el mirador Humboldt, en un recodo de la antigua carretera general, el cambio ha sido brutal. Cada día salen noticias en los periódicos sobre la fiebre constructora alrededor de enclaves sensibles
como la Albufera de Valencia o Doñana.

Sin duda la hegemonía de los gobiernos regionales - y sus grupos de presión- en este campo plantea serios riesgos. Hay suficientemente ´derecho comparado´ como para ir poniendo las barbas de remojo, porque la ambición aldeana es de miras cortas. La única contramedida posible es que funcione un gran pacto que garantice que los planes rectores y la propia esencia de estos espacios será resguardada y en la medida de lo posible ampliada. Pero no son buenos augurios los criterios sobre la presencia y los fines de la COTMAC, que como actúan de cortapisa a los caprichos del poder político
se ven amenazadas constantemente con avisos a navegantes. Todos los sistemas de control suelen estorbar a los que se creen depositarios permanentes y exclusivos de la fe y la voluntad popular, y que si no levitan es por la fuerza de atracción de la Tierra, algo que está fuera de su capacidad de manipulación.

Suele decirse, con no muy buenas intenciones, que Canarias es el territorio español y europeo con más metros cuadrados sometidos a protección. También tiene la mayor media de presas y de carreteras asfaltadas. Pero la clave es si lo protegido debe estarlo, teniendo en cuenta una serie de factores como la importancia del paisaje en el propio desarrollo económico. A este respecto puede establecerse una simple regla de tres: las expectativas turísticas son directamente
proporcionales a la mejor conservación de la naturaleza. Eso, con independencia de la necesidad de dejar suficientes espacios libres para que no se produzcan los problemas de crispación de convivencia suficientemente analizados por los expertos sociales. Puestos unos cobayas en una caja, vivían felices y contentos. Colocada otra pareja, se observan algunas muestras de incomodidad. Cuando aumenta el número, sencillamente se devoran entre sí. Esto es ciencia.

2 comentarios

Adolfo -

Absolutamente cierto.
Las administraciones, cuanto más cercanas más miopes, especialmente en temas medioambientales,para muchos asuntos es necesario tener una visión más global que la que puedan tener las CCAA 8pues es un problema global la proteccción de lanaturaleza). Es más seguro que la gestión siga siendo del ministerio, pues es más difícil que éste ceda a las presiones de lobbys locales, que son lo principales interesados en "protejer" los parques nacionales.

saludos a todos

carmelo -

que si que todos tenemos un poquito de razon y que no se deve dajar que los politicos lo hagan todo y a su solo criterio