Brasil anuncia que no cederá el Amazonas a la comunidad mundial

1 mar (PNUMA)

Pascal Lamy, ex comisario de la UE, lanzó su propuesta durante una conferencia de las Naciones Unidas que se celebró esta semana. Lamy planteó que las selvas tropicales sean consideradas "bienes públicos mundiales" para que la comunidad internacional los pueda administrar en forma colectiva. Pero el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, condenó la sugerencia y la calificó de prejuiciada.

En un comunicado de la Cancillería, el funcionario aseguró que la propuesta de Lamy subestima la habilidad de los países en desarrollo de proteger sus recursos naturales. Corresponsales en Brasil señalaron que la sugerencia ha revivido temores entre nacionalistas brasileños que piensan que los países ricos intentan desacreditar la forma en que el país administra su selva tropical.

Ataque directo

En su respuesta escrita, Amorim, lanzó un ataque directo a las aspiraciones de Lamy, quien es el candidato francés para ser director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC). "Tales declaraciones son incompatibles con el cargo de director general de la OMC al cual el señor Lamy aspira", añade la declaración.

La propuesta de Lamy surge en medio de la reciente ola de asesinatos en el estado amazónico de Pará, incluyendo el de la monja estadounidense Dorothy Stang. En los días siguientes al crimen de la religiosa también fueron asesinados al menos tres campesinos y sindicalistas. Según datos de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), un total de 1.379 personas murieron en Brasil entre 1985 y 2004 por conflictos en zonas rurales, pero sólo 75 casos fueron juzgados, y se condenó apenas a 15 autores intelectuales y 64 ejecutores.

La vasta Amazonia brasileña, que tiene una extensión de 4,14 millones de kilómetros cuadrados, ha sido el escenario de constantes luchas por el control de la tierra. Algunos expertos estiman que 20% de este territorio ha sido destruida para explotar ilegalmente recursos madereros, o para hacer lugar a explotaciones ganaderas o agrícolas.

Por otra parte, se ha conocido que la explotación ilegal de madera en Brasil depreda 1,8 millones de hectáreas al año.Catorce de los 28 millones de metros cúbicos de madera que salieron el año pasado de la Amazonía brasileña fueron cortados de forma ilegal, según el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), citado este domingo por el diario O Estado de Sao Paulo.

El lucrativo negocio de exportación de madera acelera la depredación de los 1.8 millones de hectáreas de la Amazonía brasileña, teniendo como telón de fondo conflictos por la propiedad y explotación de tierras públicas, alertó el director de bosques de Ibama, Antonio Hummel. El caso más destacable es el de Pará, estado amazónico considerado el más violento de Brasil en materia de enfrentamientos agrarios, que por sí solo genera el 40% de la producción de madera en la Amazonía. Con una extensión de 1.24 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de Perú), Pará alberga en su territorio diversas especies tropicales de árboles, que han hecho de este producto el segundo de mayor exportación de ese estado y uno clave en la balanza comercial brasileña, mencionó el diario.

Las exportaciones brasileñas de madera sólida y productos de madera (paneles, puertas, pastas químicas y muebles) crecieron 44.4% en 2004 con relación a 2003, generando ingresos por 3,850 millones de dólares, según la Asociación Brasileña de la Industria de la Madera Procesada Mecánicamente, según datos de la Secretaría de Comercio Exterior.
En 2003, la venta de madera significó ingresos por 2,660 millones de dólares. También fue en Pará, además, donde resultó asesinada el 12 de febrero la misionera norteamericana Dorothy Stang, por orden de un propietario ilegal de tierras que habría puesto un precio de 50 mil reales (unos 19 mil dólares) a su cabeza. La policía aún está investigando la existencia de un “consorcio” de al menos cinco personas, entre hacendados, madereros y comerciantes de bienes raíces con documentación falsa, que habrían prometido pagar a dos sicarios para que cometieran el crimen. Las tierras de estas personas debían ser requisadas para el Proyecto de Desarrollo Sostenido impulsado por Stang, para el asentamiento de 420 familias de campesinos sin tierra en un área de 120 mil hectáreas.

El propio presidente Luiz Inacio “Lula” da Silva afirmó hace unos días que el asesinato de Stang fue “pensado” por empresarios del sector maderero “que están molestos con la política que estamos haciendo en el estado de Pará”.