Espeleología en la isla de La Palma
Las entrañas de Taburiente
El grupo de espeleología Tebexcorade ha elaborado el primer estudio de las cavidades volcánicas de La Caldera. Se han inventariado un total de 10 grutas desde el punto de vista faunístico y arqueológico
Canarias-7. Una nueva visión de la Isla.
El parque nacional muestra un mundo oculto.
Cueva Honda del Bejenado. También conocida como la de Eduardo y Los Chicos, con sus 1.363 metros es las más larga y, en el aspecto geomorfológico, la más espectacular. En algunos puntos el paso es extremadamente complicado y angustioso. (Reportaje fotográfico realizado por Rafael García Becerra, Octavio Fernández y Francisco Govante Moreno).
El ecosistema hace gala de toda su grandiosidad a lo largo y ancho del sobrecogedor anfiteatro que conforma la Caldera de Taburiente. La portentosa belleza de este prodigioso templo de la Naturaleza se puede contemplar desde las atalayas que, casi rozando el cielo, se levantan en sus vertiginosos bordes y afiladas cresterías. Sin embargo, este singular espacio esconde bajo su cubierta un mundo no menos espectacular y conmovedor formado por cuevas, tubos y burbujas volcánicas, diques y chimeneas creadas por antiquísimas coladas magmáticas y la erosión. Las entrañas de La Caldera de Taburiente se han sacado a la luz pública por primera vez. El grupo de espeleología Tebexcorade, de La Palma, ha elaborado el único estudio de las cavidades telúricas que, hasta ahora, se ha hecho del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. En total, se han explorado y analizado de forma exhaustiva diez cavernas: Honda del Bejenado, Los Andenes, Los Sorprendidos, Altaguna, Arenal, Barranco del Diablo, Barranco Marangaño (Las Palomas), Barranco de Los Guanches, Las Tres Venas y Las Laderas del Paso.
Los autores del inventario explican que «caminar por el marco espectacular de La Caldera constituye siempre una experiencia singular». Asimismo, añaden, «recorrer los senderos de su crestería de cumbre proporciona al visitante estampas irrepetibles llenas de satisfacción y goce para los sentidos».
El equipo, formado por Octavio Fernández Lorenzo, Elba González Lorenzo, Miguel Martín González, Fernando Dumpiérrez Castillo, Ana Ferraz Rodríguez, Marina Mata Rodríguez, Francisco Govante Moreno y Javier González Díaz, fue coordinado por el biólogo Rafael García Becerra. Sus integrantes, reconocen, se mostraron «inasequibles al desaliento y a los muchos inconvenientes con los que, a priori, tropezó el trabajo». El principal obstáculo fue la abrupta orografía, que se tradujo en caminatas de «alto riesgo».
Prospecciones
Las áreas prospectadas del Parque presentan «unos rasgos geomorfológicos y paisajes agrestes enormemente intrincados que dificultaron los desplazamientos». Una vez ubicadas, «visitadas y analizadas las cuevas, tan sólo dos (Altaguna y Arenal) presentaron restos arqueológicos superficiales, sin que esto quiera decir que el resto no fueran usadas por los antiguos habitantes de la Isla».
Alegan que «la biodiversidad en las cavidades palmeras es relativamente rica y variada, estando muy bien representada tanto la fauna vertebrada como la invertebrada». En las cuevas no hay estalactitas ni estalagmitas, pero sí concreciones calcáreas, precisa Rafael Becerra. También tienen «estafilitos, que son chorreones de lava que cuelgan del techo». Las cuatro cuevas más interesantes son Los Andenes, Altaguna, Los Sorprendidos y Los Hombres. En ésta ha aparecido un hongo, parásito de un escarabajo, «que es una novedad a nivel mundial». También se han hallado restos paleontológicos del extinto lagarto gigante. La cueva más bonita, desde el punto de vista estético, es la de Eduardo, agrega. «Es preciosa, pero no se puede visitar», concluye Becerra.
En las grutas no hay estalactitas, pero sí bellas concreciones calcáreas, Cueva del Arenal. Tubo volcánico de grandes dimensiones en la mayor parte de sus 99 metros de recorrido. Pertenece a la cordada del Bejenado.
El grupo de espeleología Tebexcorade ha elaborado el primer estudio de las cavidades volcánicas de La Caldera. Se han inventariado un total de 10 grutas desde el punto de vista faunístico y arqueológico
Canarias-7. Una nueva visión de la Isla.
El parque nacional muestra un mundo oculto.
Cueva Honda del Bejenado. También conocida como la de Eduardo y Los Chicos, con sus 1.363 metros es las más larga y, en el aspecto geomorfológico, la más espectacular. En algunos puntos el paso es extremadamente complicado y angustioso. (Reportaje fotográfico realizado por Rafael García Becerra, Octavio Fernández y Francisco Govante Moreno).
El ecosistema hace gala de toda su grandiosidad a lo largo y ancho del sobrecogedor anfiteatro que conforma la Caldera de Taburiente. La portentosa belleza de este prodigioso templo de la Naturaleza se puede contemplar desde las atalayas que, casi rozando el cielo, se levantan en sus vertiginosos bordes y afiladas cresterías. Sin embargo, este singular espacio esconde bajo su cubierta un mundo no menos espectacular y conmovedor formado por cuevas, tubos y burbujas volcánicas, diques y chimeneas creadas por antiquísimas coladas magmáticas y la erosión. Las entrañas de La Caldera de Taburiente se han sacado a la luz pública por primera vez. El grupo de espeleología Tebexcorade, de La Palma, ha elaborado el único estudio de las cavidades telúricas que, hasta ahora, se ha hecho del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. En total, se han explorado y analizado de forma exhaustiva diez cavernas: Honda del Bejenado, Los Andenes, Los Sorprendidos, Altaguna, Arenal, Barranco del Diablo, Barranco Marangaño (Las Palomas), Barranco de Los Guanches, Las Tres Venas y Las Laderas del Paso.
Los autores del inventario explican que «caminar por el marco espectacular de La Caldera constituye siempre una experiencia singular». Asimismo, añaden, «recorrer los senderos de su crestería de cumbre proporciona al visitante estampas irrepetibles llenas de satisfacción y goce para los sentidos».
El equipo, formado por Octavio Fernández Lorenzo, Elba González Lorenzo, Miguel Martín González, Fernando Dumpiérrez Castillo, Ana Ferraz Rodríguez, Marina Mata Rodríguez, Francisco Govante Moreno y Javier González Díaz, fue coordinado por el biólogo Rafael García Becerra. Sus integrantes, reconocen, se mostraron «inasequibles al desaliento y a los muchos inconvenientes con los que, a priori, tropezó el trabajo». El principal obstáculo fue la abrupta orografía, que se tradujo en caminatas de «alto riesgo».
Prospecciones
Las áreas prospectadas del Parque presentan «unos rasgos geomorfológicos y paisajes agrestes enormemente intrincados que dificultaron los desplazamientos». Una vez ubicadas, «visitadas y analizadas las cuevas, tan sólo dos (Altaguna y Arenal) presentaron restos arqueológicos superficiales, sin que esto quiera decir que el resto no fueran usadas por los antiguos habitantes de la Isla».
Alegan que «la biodiversidad en las cavidades palmeras es relativamente rica y variada, estando muy bien representada tanto la fauna vertebrada como la invertebrada». En las cuevas no hay estalactitas ni estalagmitas, pero sí concreciones calcáreas, precisa Rafael Becerra. También tienen «estafilitos, que son chorreones de lava que cuelgan del techo». Las cuatro cuevas más interesantes son Los Andenes, Altaguna, Los Sorprendidos y Los Hombres. En ésta ha aparecido un hongo, parásito de un escarabajo, «que es una novedad a nivel mundial». También se han hallado restos paleontológicos del extinto lagarto gigante. La cueva más bonita, desde el punto de vista estético, es la de Eduardo, agrega. «Es preciosa, pero no se puede visitar», concluye Becerra.
En las grutas no hay estalactitas, pero sí bellas concreciones calcáreas, Cueva del Arenal. Tubo volcánico de grandes dimensiones en la mayor parte de sus 99 metros de recorrido. Pertenece a la cordada del Bejenado.
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