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TURCÓN - Ecologistas en acción

Artículo sobre tala en Melenara

Artículo sobre tala en Melenara EXTERMINIO DE TARAJALES EN TELDE

José Manuel Espiño Meilán, es Presidente Honorífico del Colectivo Turcón-Ecologistas en Acción, ejerce como docente en el Centro Esteban Navarro Sánchez y fue Coordinador Regional del Programa de Educación Ambiental de la Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.

Así, de repente, la incultura, el desinterés y la falta de respeto y valor hacia la vida propician una orden sin sentido: -“Talen los árboles de la playa de Melenara”.

Varios pinos marítimos, especie introducida pero con un alto valor como ser vivo y varios tarajales, especie autóctona, igualmente con el mismo valor vital, caen desde la base segados por una orden que desafortunadamente no vio en ellos más que un elemento pantalla para la vista del mar desde la avenida, concretamente desde la terraza del restaurante escuela, o un elemento favorecedor de miedo para posibles actos de bandidaje, drogodependencia y miserias.

Ambas excusas, interesada la primera y miserable la segunda pues labores sociales y de vigilancia deberán tratar ese tipo de inquietudes, no nos sirven y menos si las eludimos con acciones aberrantes como ésta, que ocultan en su aplicación la ignorancia hacia el valor de los árboles y de la vida vegetal instalada en nuestro litoral y que ha ido cayendo al suelo y abandonada al ostracismo convirtiendo el litoral de todos nosotros en un yermo donde ya no asoman tarajales, tabaibas dulces, toldas y palmeras, por citar arbustos de buen porte y árboles, siemprevivas, gualdones, piñas de mar, uvillas, lecheruelas, chaparros, saladillos, espinos de mar, hierbamudas. Todas ellas especies botánicas reliquias valiosas de nuestra flora canaria y macaronésica, que daban refugio a una microfauna y fauna vertebrada que ya no existe en nuestro litoral.

Con todas ellas se nos fueron sus aromas florales y sus sonidos y no solo perdimos el paisaje sonoro sino el auditivo, olfativo, gustativo y táctil de un litoral singular y único.

Nos las cambiaron por un paisaje de cemento y hormigón y de sonidos humanos. Urbanizaciones que se asoman hasta el borde mismo del litoral: riscos, barrancos o playas y que sólo un paseo las detiene, evitando a falta de leyes que aunque existen se tornan ineficaces por su incumplimiento sistemático, que las antiguamente urbanizaciones ilegales invadan legalmente los cauces de barrancos y la costa pues así funcionan actualmente las nuevas urbanizaciones, muelles y puertos deportivos de todo el litoral grancanario bajo nombres rimbombantes que la fauna política de turno les facilita.

Por el paseo, el pueblo camina y puede ver el mar, casi tocarlo tal es su proximidad a la zona donde rompe la marea, pues jamás fue este un proyecto para respetar el mar y los ecosistemas costeros de su entorno sino para legalizar casas colgadas en los riscos.

Y en este proyecto la vegetación autóctona no se respeta o se recupera con loables reintroducciones. No. Se destruye sistemáticamente y se sustituye por cualquier cosa que, una vez fea y seca, pues no aguanta las condiciones extremas de tal ubicación, se pueda sustituir por otra, justificando así una nueva partida presupuestaria y por lo tanto nuevos intereses, no sociales exactamente.

Así, las relictuales colonias de chaparros y de piñas de mar de los arenales de Ojos de Garza y de Tufia han sido masacrados con motos, coches, verjas,… con total impunidad, las colonias de piñas de mar, siemprevivas y gualdones de Taliarte, el rincón del Castellano, la playa de la Garita han sido silenciadas hasta el exterminio con máquinas excavadoras, paseos, zonas de juegos infantiles en la playa, sepultamientos con tierra con la misma impunidad, los últimos tarajales del barranco de Jinámar, del barranco Real de Telde, de la playa de San Borondón , del barranquillo del Negro que desemboca en la playa de Melenara y del barranco de Ojos de Garza han sido arrancados y retirados en camiones o abandonados sus tétricos esqueletos durante la última década convirtiendo la aparición y supervivencia de un tarajal en nuestra costa teldense en una pura quimera.

La última denuncia sangrante es ésta, en la que asistimos a la pérdida de la única presencia de un grupo de tabaibas paridas o toldas en el barranquillo de El Calero en su desembocadura en Hoya del Pozuelo. Quedan escasamente media docena de ejemplares que, aunque situadas en el cauce caerán fruto de la desidia, desprotección y abandono de todos ante las palas que de ambos lados del barranco avanzan inexorablemente para convertir este espacio en cemento constructor.

Mientras tanto ni una especie autóctona reverdece la franja litoral. No se ha protegido nada, no se ha plantado nada en los últimos años.

Solo un espacio, éste de las arenas de Melenara, contaba con la presencia de tarajales plantados con ilusiones de niños y proyectos de un futuro mejor por alumnos del C.E.I.P. Esteban Navarro Sánchez en los años 90.

Solo este espacio recobraba los sonidos del viento en los tarajales, de las chirreras y de las currucas cabecinegras que anidaban en los mismos, de los lagartos correteando por el suelo entre ellos y de todo un mundo exclusivo de fauna invertebrada.

Solo este espacio permitía soñar con otra política de actuación hacia nuestras señas de identidad.

La incultura, la insensatez, la improvisación y la falta de respeto de unos dirigentes que no de un pueblo han intentado masacrar el sueño.
¡Insensatos!. Es el pueblo y sus gentes quienes valoran sus espacios y sus vidas.
Ellos plantaron y volverán a plantar más tarajales donde antiguos tarajales fueron talados.

¡Ojalá pudiéramos plantar de igual modo un ápice de sensibilidad y valor hacia nuestras especies vivas y espacios únicos, en las mentes de cada uno de los responsables de todas estas actuaciones desafortunadas!.

1 comentario

Anónimo -

ya me da mucha alegria ver que no todos estan por quitar los arboles que, hay todavia gente que si tiene un progrma de futuro que es lo que hace falta ya que no se deve pensar sólo en hoy en llenar los volsillos de dinero que cuando se acaven los arboles ¿comemos dinero? gracias a los que sí cuidan la naturaleza y dan buenos ejemplos a los que de ellos podemos aprender