La ONU presenta un Atlas del medio ambiente que revela impresionantes cambios en el mundo
(Fundación Entorno)
Así queda en evidencia en la publicación "Un planeta, mucha gente: Atlas de un Medio Ambiente que cambia", presentado la semana pasada en Ginebra por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y que contrasta imágenes por satélite tomadas en décadas pasadas con otras contemporáneas.
Algunas fotografías revelan situaciones dramáticas, como la desaparición de las selvas vírgenes de Paraguay y Brasil, el rápido desarrollo de la industria del gas y el petróleo en Wyoming (EEUU) y el retroceso de glaciares polares y de montaña.
Según informa el PNUMA en su boletín, al presentar el Atlas, el experto del PNUMA, Pascal Peduzzi, explicó que "los cambios del medio ambiente son lentos, pero dramáticos y pueden ser tan impresionantes como los que ocasiona un maremoto o inundaciones, con la diferencia de que los primeros se producen en un periodo muy largo".
Como muestra de ello mencionó que en los últimos 25 años se ha perdido 15 por ciento de los glaciares andinos y que la tendencia indica que en el año 2100 sólo quedará el 10 por ciento de los glaciares alpinos. El nuevo Atlas ilustra también el crecimiento explosivo de algunas grandes ciudades como Pekín, Dakar, Delhi, México o Santiago de Chile.
Cambios en Europa
Entre los cambios más espectaculares ocurridos en Europa destaca el registrado en la provincia española de Almería (sur), que imágenes tomadas en 1974 muestran como una típica zona rural agrícola. Sin embargo, fotografías más recientes revelan que eso ya no es así y que, desde ése entonces, un área de 20.000 hectáreas ha sido transformada en un gran invernadero para la producción de cultivos.
Las consecuencias, según el Atlas de la ONU, son numerosas, particularmente sobre las reservas de agua, lo que ha obligado -afirma el texto- al Gobierno español a volcarse en el uso de las tecnologías para conseguir más agua, como son las fábricas de desalinización.
El Atlas también ilustra la "explosión masiva de criaderos de camarones (gambas) en el Golfo de Fonseca, en Honduras", el segundo país productor y exportador de ese crustáceo después de Ecuador.
"Se sospecha que las granjas de camarones son el origen de graves problemas ecológicos, como la destrucción de manglares, que constituyen un sistema de defensa natural al borde de los litorales y sirven de hábitat a numerosas especies de peces", se advierte.
Imágenes del Golfo de Guayaquil, en Ecuador, describen una situación similar, con un desarrollo del 30 por ciento de la acuicultura de camarones entre 1984 y 2000 en una extensión de 118.000 hectáreas.
También se hace hincapié en la situación de la frontera entre México y Guatemala, "que era rica en biodiversidad" y se mantiene preservada del lado guatemalteco, gracias a la baja tasa demográfica y al estatus de zona protegida. Sin embargo, no ocurre lo mismo en la parte que corresponde a México, donde "enormes áreas de la selva de Chiapas han desaparecido desde 1974 debido al rápido crecimiento demográfico y a la creciente necesidad de tierras cultivables y para el pastoreo".
Otras dos imágenes, registradas con 30 años de intervalo, muestran una tendencia similar en la frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. En 1973, la selva paranaense que comparten esos tres países estaba en su mayor parte intacta, pero una imagen de 2003 "confirma la pérdida de más del 90 por ciento de la selva en favor de cultivos de soja y maíz".
Sobre las ciudades, el Atlas analiza grandes metrópolis, entre ellas Miami (Florida, EEUU), "cuya extensión hacia el oeste amenaza los célebres Everglades, una de las zonas pantanosas más extensas del mundo y protegida por la UNESCO, así como las especies salvajes y reservas de agua considerables que ella abriga".
Asimismo, menciona el caso de México "una de las ciudades de crecimiento más rápido en el mundo", que de tener 9 millones de habitantes en 1973 ha pasado en la actualidad a más de 20 millones.
"La ciudad extiende sus tentáculos hacia todos los lados, provocando una importante deforestación de las montañas al oeste y al sur", recalca el Atlas.
Otro caso en América Latina que toma en cuenta es el de Santiago, en Chile, que en ese periodo ha duplicado su población, que ahora alcanza los 5 millones de habitantes.
Sin embargo, Peduzzi dijo que no hay que caer en el pesimismo porque hay ejemplos que demuestran que "cuando hay voluntad política se pueden encontrar los medios para recuperar el ecosistema".
Así queda en evidencia en la publicación "Un planeta, mucha gente: Atlas de un Medio Ambiente que cambia", presentado la semana pasada en Ginebra por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y que contrasta imágenes por satélite tomadas en décadas pasadas con otras contemporáneas.
Algunas fotografías revelan situaciones dramáticas, como la desaparición de las selvas vírgenes de Paraguay y Brasil, el rápido desarrollo de la industria del gas y el petróleo en Wyoming (EEUU) y el retroceso de glaciares polares y de montaña.
Según informa el PNUMA en su boletín, al presentar el Atlas, el experto del PNUMA, Pascal Peduzzi, explicó que "los cambios del medio ambiente son lentos, pero dramáticos y pueden ser tan impresionantes como los que ocasiona un maremoto o inundaciones, con la diferencia de que los primeros se producen en un periodo muy largo".
Como muestra de ello mencionó que en los últimos 25 años se ha perdido 15 por ciento de los glaciares andinos y que la tendencia indica que en el año 2100 sólo quedará el 10 por ciento de los glaciares alpinos. El nuevo Atlas ilustra también el crecimiento explosivo de algunas grandes ciudades como Pekín, Dakar, Delhi, México o Santiago de Chile.
Cambios en Europa
Entre los cambios más espectaculares ocurridos en Europa destaca el registrado en la provincia española de Almería (sur), que imágenes tomadas en 1974 muestran como una típica zona rural agrícola. Sin embargo, fotografías más recientes revelan que eso ya no es así y que, desde ése entonces, un área de 20.000 hectáreas ha sido transformada en un gran invernadero para la producción de cultivos.
Las consecuencias, según el Atlas de la ONU, son numerosas, particularmente sobre las reservas de agua, lo que ha obligado -afirma el texto- al Gobierno español a volcarse en el uso de las tecnologías para conseguir más agua, como son las fábricas de desalinización.
El Atlas también ilustra la "explosión masiva de criaderos de camarones (gambas) en el Golfo de Fonseca, en Honduras", el segundo país productor y exportador de ese crustáceo después de Ecuador.
"Se sospecha que las granjas de camarones son el origen de graves problemas ecológicos, como la destrucción de manglares, que constituyen un sistema de defensa natural al borde de los litorales y sirven de hábitat a numerosas especies de peces", se advierte.
Imágenes del Golfo de Guayaquil, en Ecuador, describen una situación similar, con un desarrollo del 30 por ciento de la acuicultura de camarones entre 1984 y 2000 en una extensión de 118.000 hectáreas.
También se hace hincapié en la situación de la frontera entre México y Guatemala, "que era rica en biodiversidad" y se mantiene preservada del lado guatemalteco, gracias a la baja tasa demográfica y al estatus de zona protegida. Sin embargo, no ocurre lo mismo en la parte que corresponde a México, donde "enormes áreas de la selva de Chiapas han desaparecido desde 1974 debido al rápido crecimiento demográfico y a la creciente necesidad de tierras cultivables y para el pastoreo".
Otras dos imágenes, registradas con 30 años de intervalo, muestran una tendencia similar en la frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. En 1973, la selva paranaense que comparten esos tres países estaba en su mayor parte intacta, pero una imagen de 2003 "confirma la pérdida de más del 90 por ciento de la selva en favor de cultivos de soja y maíz".
Sobre las ciudades, el Atlas analiza grandes metrópolis, entre ellas Miami (Florida, EEUU), "cuya extensión hacia el oeste amenaza los célebres Everglades, una de las zonas pantanosas más extensas del mundo y protegida por la UNESCO, así como las especies salvajes y reservas de agua considerables que ella abriga".
Asimismo, menciona el caso de México "una de las ciudades de crecimiento más rápido en el mundo", que de tener 9 millones de habitantes en 1973 ha pasado en la actualidad a más de 20 millones.
"La ciudad extiende sus tentáculos hacia todos los lados, provocando una importante deforestación de las montañas al oeste y al sur", recalca el Atlas.
Otro caso en América Latina que toma en cuenta es el de Santiago, en Chile, que en ese periodo ha duplicado su población, que ahora alcanza los 5 millones de habitantes.
Sin embargo, Peduzzi dijo que no hay que caer en el pesimismo porque hay ejemplos que demuestran que "cuando hay voluntad política se pueden encontrar los medios para recuperar el ecosistema".
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