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TURCÓN - Ecologistas en acción

Fuego y fiestas

Fuego y fiestas Articulo de opinión de Wladimiro Rodríguez Brito
Consejero de Medio Ambiente y Paisaje del Cabildo Insular de Tenerife.

EL PASADO DOMINGO día cuatro, tuvimos de nuevo la desgracia de experimentar la dureza del verano, y el ejercicio de posibles actitudes incívicas, ya que dicho día sufrió la isla, de forma simultánea, un incendio y dos conatos. El incendio se produjo en la Hornaca-Hoya de los Manzaneros, en Tacoronte, repetición de otro incendio provocado en el mismo lugar el día anterior. Los conatos se dieron en Chimoche, Adeje, y en Los Campeches, los Realejos.

En primer lugar, hemos de destacar el incendio de la Hornaca, dado que se produce en un monte de pino insigne, laurisilva y eucaliptos, a menos de 200 metros de los caseríos. La rápida intervención de nuestros equipos de Medio Ambiente y de dos helicópteros nos permitió controlar un incendio altamente peligroso, pues las altas temperaturas de este día -próximas a los 40º C- y el riesgo potencial de la zona, pudieron ocasionar un incendio de graves consecuencias. No hay que olvidar que la Montaña del Cerro es un punto central de difusión del fuego hacia el sur, por los montes de Candelaria, y hacia el norte, por Acentejo. A las primeras alarmas, las brigadas de Medio Ambiente llegaron en menos de veinte minutos a la zona, y fueron su profesionalidad y su experiencia las que evitaron un posible desastre.

Ante los resultados de un equipo eficiente de profesionales, tenemos que felicitar a las brigadas de La Esperanza, los helitransportados de la Comarca Este-2, a las dos brigadas de Tragsa, a Protección Civil de Tacoronte y al Consorcio Insular de Bomberos de Tenerife, así como a las actuaciones realizadas por el Seprona y la Policía Local de Tacoronte. Aprovecho este escrito para pedirles también disculpas por algunas deficiencias ocurridas en el suministro de alimentos y agua durante ese día.

Por otra parte, este mismo día y a la misma hora, en la Cruz del Carmen, en Anaga, se celebraba una fiesta con la asistencia de más de mil personas a la zona. Los coches estaban aparcados sobre la vía y las cunetas a lo largo de más de un kilómetro, mientras sus propietarios alejados, bailaban y pasaban un rato festivo, lo que implicaba que ante cualquier emergencia, podíamos haber tenido una situación lamentable. Controlar esta concentración colectiva por las autoridades de Tráfico o la Policía Local era prácticamente imposible: no hay tantos medios ni grúas para retirar tamaña cantidad de vehículos. Quiero aprovechar estas líneas para hacer una llamada de responsabilidad, puesto que no parece razonable que este día, con temperaturas como las que teníamos en Tenerife, tuviéramos una concentración humana dentro de un área altamente sensible como es el Monte de las Mercedes.
Por ello, con Decretos o sin Decretos, hay cosas que el sentido común nos indica que no debemos hacer, y es a ese nivel de responsabilidad al que hacemos un llamamiento, para que hechos como el de la Cruz del Carmen no se repitan en esta isla.

Sólo me queda expresar en estas líneas el agradecimiento y la felicitación a nuestros equipos técnicos, brigadas y cuadrillas del operativo de incendios que han colaborado, con gran dedicación y solidaridad, en la extinción del incendio de La Palma. Ojalá, al publicarse este escrito, este desgraciado incendio haya quedado extinguido y sólo sea un amargo recuerdo.

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