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TURCÓN - Ecologistas en acción

Los viveros almacenan unas 80.000 palmeras

Los viveros almacenan unas 80.000 palmeras

Palmerales. Los viveros están preparados para atender la demanda local.

Canarias-7.es Gabriel Suárez
Mogán

Los grandes viveros de palmeras en Gran Canaria producen al año 20.000 plantas y mantienen de forma casi permanente un volumen almacenado en espera para su venta de unas 80.000 palmeras de diferentes edades y porte. La cantidad se considera suficiente para atender toda la demanda

Los grandes viveros de palmeras en Gran Canaria producen al año 20.000 plantas y mantienen de forma casi permanente un volumen almacenado en espera para su venta de unas 80.000 palmeras de diferentes edades y porte. La cantidad se considera suficiente para atender toda la demanda
El propietario de Viveros Mogán, Eufemiano Rodríguez Marrero, no tiene dudas al afirmar que la producción de palmeras que existe en la isla «es totalmente suficiente para abastecer la demanda que se registra en el mercado en estos momento» y que por lo tanto «no es necesaria ni debe permitirse la importación de plantas de palmeras de otros lugares».
«Pero no sólo podemos decir que hay suficiente cantidad para abastecer la demanda interna, sino que la producción de palmeras están elevada que los viveristas tenemos que exportar, mandar palmeras para otros lugares, porque lo que hay en cultivo en estos momentos en Gran Canaria no lo consume la provincia de Las Palmas ni en diez años», afirma el empresario moganero.

Viveros Mogán, Veneguera Asmande y Viveros Godoy son considerados los tres grandes productores de palmeras de Gran Canaria que además de cultivar y exportan su producción.
Según el empresario viverista Rodríguez Marrero «en estos momentos se pueden estar produciendo entre 15.000 a 20.000 palmeras al año de diferentes variedades y entre todos podemos tener unas 80.000 palmeras en stock», una cantidad que no sólo sirve para atender los requerimientos del mercado interno sino que permite exportar».
Estos datos son los que les permiten afirmar a los productores que la importación de palmeras «no está justificada, salvo que es un negocio con enormes beneficios económicos». Esas palmeras que han traído al picudo rojo y que pueden fastidiar los palmerales locales y la exportación «son ejemplares de 40 años que se arrancan en países subdesarrollados y se venden a muy buen precio», concluye.

sin datilíferas de gran tamaño
El mercado local de palmeras puede proveer a los consumidores canarios de todo tipo de especies menos de las datilíferas de gran altura y grosor, porque es una planta que para alcanzar los siete y ocho metros de longitud, que es lo que quieren algunos hoteleros cuando inauguran sus establecimientos, tarda alrededor de 50 años. Es por este motivo que se produce la importación de este tipo de palmeras de tercero países, casi siempre de Egipto, Túnez y Marruecos, que entran por la Península u otros territorios pertenecientes a la Unión Europea donde logran burlar los controles sanitarios e introducirse posteriormente a Canarias como si de una especie propia se tratara. Esta palmera además del picudo rojo presenta el riesgo de provocar la hibridación de la «phoenix canariensis».

la influencia de los precios
Precios. El costo de arrancar una palmera datilífera en Egipto o Marruecos y transportarla hasta Canarias no creen que sea mayor de 600 euros por planta, una cifra que resulta a todas luces muy inferior al precio que tiene una palmera más pequeña y de otra variedad que existe en el mercado local, donde se calcula entre 900 y 1.500 euros. De ahí que muchos empresarios orientados por sus arquitectos y técnicos de jardinería se hayan dedicado a traer palmeras de otros países en lugar de adquirir la producción local, un hecho que ahora tendrá que cambiar porque desde el Ministerio de Agricultura se ha prohibido totalmente la entrada de palmeras foráneas.
Paralización. Los viveristas están muy preocupados porque la plaga del picudo puede paralizar la exportación de palmeras que se hacía a países como Portugal.

Eufemiano Rodríguez: «Tenemos de todo y mejor»
El empresario propietario de Viveros Mogán y especialista en la producción de palmeras, Eufemiano Rodríguez Marrero, fue uno de los primeros que alertó sobre el peligro de la plaga de picudo rojo hace más de una década. Ahora, más tranquilo tras las medidas de control impuestas a la entrada de plantas desde el exterior, afirma que «no se justifica en modo alguno la importación de palmeras, no tan sólo por todos los problemas que nos acarrea en materia de plagas sino porque no tienen la belleza y singularidad de las que tenemos aquí».

Respecto al motivo por el cual los hoteleros pedían palmeras datilíferas grandes para los jardines de sus establecimientos, señala que se debe a las instrucciones de sus arquitectos. «Muchos de los profesionales arquitectos que trabajan en la creación de hoteles no son canarios y tienen a la datilífera como palmera de referencia, pero en la Península, lo cual supone una falta de conocimiento sobre la flora de esta región».

Belleza. «Nosotros tenemos en Canarias, por nuestra condición de zona subtropical y el medioambiente que nos rodea, palmeras de otras variedades que son mucho más bellas, elegantes y atractivas que la datilifera, que se dan aquí y no en la Península y que a muchos de los empresarios peninsulares ya les gustaría tener en sus jardines», revela Rodríguez.
Para este experto y su hijo Miguel, que también es técnico en la materia, los que proyectan o diseñan los campos de golf, los jardines de los hoteles y los espacios verdes tanto públicos como privados deberían tener siempre presente la flora especial que tenemos en las islas y antes de decidirse por cualquier especie consultar con los especialistas botánicos canarios sobre las plantas propias que mejor se adaptan al medio.

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