Turcón muestra su preocupación por la Ermita de San Antonio (Telde)
No cabe duda que en los últimos tiempos el desarrollo del suelo urbanizable ha crecido de manera, quizás inexorable, quizás insostenible, quizás aprovechando el dicho del el que no corre vuela. Lo cierto es que mientras la atención informativa se centra en casos de corrupción y escándalos de querellas, las grúas de construcción se cuentan por centenares y pocas personas se percatan de esa vorágine urbanística en la que hemos entrado. Da lo mismo donde se construya, laderas de barrancos, suelo agrícola, entornos históricos, lo importante es aprovechar el buen tiempo del despiste y las facilidades del actual concejal de urbanismo.
Este fenómeno en Telde puede conllevar irreparables pérdidas en el patrimonio ambiental y cultural. En los suelos agrícolas, en los suelos públicos y privados. Hace poco el colectivo Turcón-EeA denunciaba la maniobras en un suelo seudo público de Marpequeña, ya que es una pieza de suelo con una clasificación de Sistema General justamente en la ladera del barranco de El Calero. En este sentido es importante destacar que se está colmatando todo el suelo urbano sin equilibrio con los espacios libres y nuevas zonas verdes. Y en paralelo, siempre es necesario, demandar mayor participación ciudadana en las decisiones urbanísticas, tanto de los movimientos vecinales, como ambientalistas, culturales, etc. El futuro de Telde no se puede seguir negociando en despachos a espaldas de la ciudadanía. De forma que al final nos vemos todos y todas afectadas por las políticas de hechos consumados.
Ahora estamos nuevamente alarmados por las obras que se ejecutan en el entorno de la Ermita de San Antonio, una ermita de principios del s. XVIII, creada por una fundación particular vinculada a una gran explotación agraria: la finca de las Tres Suertes. De ahí la importancia de la relación ermita-fincas, por lo que la urbanización de éstas supondrá la alteración total de su contexto físico e histórico (más información histórica de esta Ermita en libro de Hernández Benítez y Revista de El Museo Canario, 1984, XLIV). La cuestión es que la ermita y su entorno están catalogadas (Carta Arqueológica de Telde, 2004) como zona arqueológica porque existe la posibilidad de que existan restos en el subsuelo de la misma y en sus inmediaciones; por tanto, habría que examinar y cotejar la urbanización prevista y si afecta a la delimitación que aparece en la Carta Arqueológica. Si fuese así estaríamos ante otro caso como el de la cueva de la Capira en el que se da licencia de obra sin cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Patrimonio Histórico.
En San Antonio se están desarrollando conjuntamente dos piezas de suelo que corresponde a la Unidad de Actuación Urbanística nº 1, SUSO, Urbanización residencial La Ermita, por la que se han autorizado un total de 64 viviendas. Estas obras prácticamente abrazan por ambos lados a la Ermita y por tanto, los riesgos para el patrimonio histórico son realmente preocupantes. Además en la orilla de la carretera local que une este punto con La Pardilla y San Juan, aparecen algunos ejemplares de palmeras y casuarinas, lo que nos lleva a preguntarnos:
¿Alguien en urbanismo se preocupa por estos elementos vegetales e históricos?.
Los que otorgaron la licencia del expediente 4.136/05 ¿conocen la riqueza del entorno?
Telde, 19 de julio de 2006.
El Presidente de Turcón-Ecologistas en Acción
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