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TURCÓN - Ecologistas en acción

Las plagas importadas acaban con los cultivos del sureste grancanario

Las plagas importadas acaban con los cultivos del sureste grancanario

Montse de León Acuña

La Provincia, 13/8/2006

Que el sector tomatero de la comarca del Sureste tiene los días contados si la cosa no cambia, es una idea que no sólo comparten los más pesimistas. La pasada zafra fue una de las más nefastas de los últimos años debido a las inclemencias del tiempo y los más de 90 virus que según los agricultores" siguen entrando sin control a la Isla". Por este motivo las cooperativas de tomates han plantado la mitad de tomateros con respecto al pasado año. Según Roberto Góiriz, presidente de la Federación de Exportadores Hortofrutícolas de Canarias (Fedex), "sin duda el resultado de la próxima campaña determinará la continuación del sector tomatero. El sector tomatero pasa por la crisis más grave de los últimos años".

Góiriz afirma que se ha pasado de exportar 384.000 toneladas de tomates a 186.000 toneladas. "Las cifras hablan por sí solas, en pocos años se ha reducido la cantidad y vamos a peor, si no esto no cambia en pocos años desaparecerá el sector tomatero".

CAUSAS DEL RETROCESO. Las causas que han propiciado este deterioro en el sector tomate han sido varias. Virus como el de la cuchara que tanto daño hizo en las campañas del 2001-2002 y sobre todo un factor con el que los agricultores no contaban, el clima. El pasado año, las fuertes lluvias y vientos y sobre todo las bajas temperaturas hizo que la zafra se calificase de "nefasta".

Antonio Vega, presidente de la cooperativa San Rafael de Vecindario ha plantado este año 30 hectáreas menos que el pasado año. "Los agricultores estamos muy desanimados y decepcionados, ya que estoy convencido que si el sector desaparece no es por culpa nuestra, sino por el poco control que hay sobre las plagas en la Isla."

Vega señala también que "tenemos más de 90 virus que no se controlan y con eso no podemos competir. Nosotros tenemos mucho cuidado para que al tomate no le entre ningún virus, nos gastamos el dinero, pero después las instituciones no tienen cuidado alguno".

Desanimados, desprotegidos y tristes se encuentran los agricultores de tomates del Sureste que aseguran que la falta de interés por parte de las instituciones no ayudan en nada. "Estamos luchando para remontar, pero ya no nos quedan apenas fuerzas; veo que la agricultura es lo menos que interesa", añade Vega, que se muestra pesimista ante el futuro del sector, uno de los motores tradicionales de la economía de la comarca.

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