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TURCÓN - Ecologistas en acción

Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente: ´En Canarias hay riesgos ambientales muy importantes, pero son reconducibles´

Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente: ´En Canarias hay riesgos ambientales muy importantes, pero son reconducibles´

Joaquín Anastasio

La Provincia, 13/8/2006

MADRID Cristina Narbona repasa en esta entrevista la situación medioambiental en Canarias y reconoce el importante deterioro de las costas isleñas por la acción urbanística, pero cree que aún se puede poner remedio. Asegura que el Archipiélago es una plataforma ideal para las energías limpias.

- En los últimos años se han producido numerosas incidencias desde el punto de vista medioambiental en Canarias que parecen haber golpeado a la opinión pública de las Islas. ¿Es tan grave la situación como a veces invita a pensar una mirada detenida? - Yo creo que hay que situar a Canarias en el contexto de un país como España donde no ha habido una auténtica prioridad a la atención de problemas ambientales. Se ha crecido muy rápidamente en los últimos años y en gran medida a costa de sus valores naturales, en particular en las costas, como es el caso de Canarias, en este caso tratándose la actividad turística casi como un monocultivo desde el punto de vista empresarial y productivo, lo que genera una ocupación del territorio muy intensiva. Canarias tiene problemas, sin ninguna duda, pero hay ya un horizonte de mayor protección y estamos en un momento en el que la ciudadanía se ha hecho mucho más exigente y los poderes públicos se ven más obligados que en el pasado a reconducir situaciones. Los riesgos ambientales que tiene el Archipiélago son muy importantes, pero reconducibles, y para eso hace falta un gran esfuerzo de todos, de la ciudadanía y de los poderes públicos.

PREGUNTA - ¿Cree que Canarias, como ciudadanía, ha despertado o está respondiendo quizá más intensamente que otras regiones ante las agresiones que el desarrollo está cometiendo en su territorio?

- La condición de isleño posiblemente hace que se perciba antes que en la Península la necesidad de establecer límites al desarrollo. Eso ha sucedido tanto en Baleares como en Canarias. Si uno analiza sociológicamente las actitudes en los dos archipiélagos, ves que efectivamente ha habido respuestas ante esa situación de vulnerabilidad anteriores a otras situaciones parecidas en la Península. El caso de la isla de Lanzarote es un caso evidente de una preocupación ilustrada, a partir de César Manrique, pero también de muchas otras personas, de preservar el valor de una isla muy interesante desde el punto de vista ecológico. En el caso de Baleares sucedió lo mismo en Menorca y en algunos términos municipales, y esas experiencias son anteriores en el tiempo a plataformas reivindicativas contra el urbanismo desaforado que hoy día ya existen en buena parte de España.

PREGUNTA - Greenpeace califica de insostenible la situación del litoral canario y su modelo de gestión. ¿Tan mal está la costa canaria?

- Canarias tiene el problema que tiene también todo el Mediterráneo, que es un exceso enorme de construcción en el mismísimo litoral de algunas islas, por eso nuestro empeño es el de recuperar todo lo posible espacio de dominio público marítimo-terrestre, de contrarrestar ese proceso y de trabajar con el Gobierno canario y los cabildos para que impidan ocupaciones ilegales y todo lo que puede ser un exceso de presión. Es verdad que ese exceso de concentración en el litoral ha provocado afecciones a espacios protegidos. El litoral de Canarias no se libra de ese tipo de problemas que denuncia Greenpeace, como por ejemplo, en lo que se refiere a la depuración de las aguas residuales que es también una competencia autonómica. Yo creo que hay una situación que cabe ser al menos en parte reconducible y para eso también es importante que los ciudadanos se den cuenta de que la prioridad es que tengamos un litoral en las mejores condiciones posibles, porque es poco popular el querer recuperar espacio que ha sido ocupado de manera indebida o desafortunada por una urbanización o un hotel.

PREGUNTA - ¿El Convenio de Costas va a servir para corregir esta situación de protección de litoral o seguirá siendo un elemento más al servicio de la industria turística?

- El convenio pretende una reorientación profunda de la política de costas, que ha sido durante mucho tiempo una política más urbanista que ambiental. Ha habido mucha inversión en paseos marítimos, por ejemplo, que tienen poco de protección del litoral, es más un embellecimiento de la ciudad y un estímulo incluso a que haya más urbanización cerca del mar. Por otra parte, han sido muy frecuentes actuaciones como la regeneración de playas pero a costa de los fondos marinos. También esto lo estamos reduciendo al máximo porque creemos que la política de costas debe de perseguir dos grandes objetivos, la protección, conservación y restauración del litoral como ecosistema, y la garantía del uso público del litoral. Estos objetivos se habían desvirtuado por el tipo de inversión que se ha venido haciendo, muy ligada a la obra civil, al cemento. La prioridad ahora en Canarias es regenerar espacios dunares, o recuperar espacios no sólo en la primera zona de playa, sino en la zona de protección y de servidumbre, para que haya playas más amplias, pero no a base de aumentarlas desde el mar con arena artificial, sino a base de recuperar playas que en muchas ocasiones han quedado sepultadas literalmente por la urbanización.

PREGUNTA - Precisamente ese proceso puede convertir en escombros varios hoteles en Canarias, ¿cómo va ese proceso iniciado por su ministerio?

- El Convenio de Costas establece una comisión entre administraciones para trabajar juntos en los deslindes y en el levantamiento de zonas ocupadas ilegalmente. Si tenemos la colaboración del Gobierno de Canarias, este tipo de actuaciones las podemos hacer mucho mejor. La vía que queremos seguir es aplicar con rigor la Ley de Costas y destinar nuestra inversión a recuperar espacio público y a restaurarlo. Dicho esto, en el proceso que afecta a varios hoteles que ocupan ilegalmente zonas de uso público en Canarias se está intentando llegar a acuerdos con los propietarios. El caso más mediático ha sido el del hotel El Médano, en Tenerife, que es una concesión que ejercía bajo determinadas condiciones, que no se cumplieron. Se le dejó que ocupara dominio público, pero sólo para una terraza, no para edificar. Hay un expediente administrativo que sigue su curso de caducidad de esa concesión y por tanto habrá que mover de ahí el hotel.

PREGUNTA - ¿Y el caso del Hotel Papagayo, en Playa Blanca (Lanzarote), se va a derribar?

- Hemos comenzado la expropiación y puede haber derribo en el momento que ésta concluya, porque nos daría la titularidad y por tanto la posibilidad del levantamiento de ese hotel. Como en otros casos, estamos tratando de llegar a acuerdos con los dueños del hotel y en buscar soluciones. Este hotel está a menos de cien metros de la ribera del mar, en zona de protección, y en una zona donde hay una playa natural encajada de las mayores de la costa sur de Lanzarote, con un saladar en su zona interior. Todo eso se ha perdido y se puede en gran medida recuperar levantando el hotel. En este hotel el plan parcial no llegó a entrar en vigor, la licencia de obras parece que es nula, la edificación incumple determinadas especificaciones urbanísticas y es un caso claro en el que podría haber actuado la Comunidad Autónoma. Un caso idéntico al del famoso Hotel El Algarrobico, en el Cabo de Gata.

PREGUNTA - ¿Por qué no hay todavía un informe del Ministerio sobre el proyecto de construir una planta regasificadora en el puerto de Arinaga?

- Porque ese informe está a su vez pendiente de un informe del Ministerio de Industria sobre la idoneidad de la solución de ubicar la planta mar adentro. Ese informe todavía no lo tenemos y estamos en un momento de impasse. Cuando haya declaración de impacto ambiental se producirá la autorización desde el punto de vista energético, pero dentro del procedimiento de impacto ambiental lo que está pendiente es un informe específico de Industria.

PREGUNTA - ¿Está creciendo al ritmo adecuado la implantación de las energías limpias en Canarias, sobre todo a la vista de la imposibilidad de detener el incremento de las emisiones de gases contaminante?

- Yo creo que Canarias tiene muchas más posibilidades que otros territorios de España de una aplicación generalizada de la energía solar, de la eólica, más de lo que lo hace ahora mismo. Canarias está dentro de ese mismo proceso y, a medio plazo, la sustitución por el gas tendrá un efecto beneficioso y yo confió en una ampliación significativa del uso de las energías limpias. Eso es algo que por su ubicación geográfica, por la existencia de tecnologías muy avanzadas y la investigación que se está llevando a cabo, Canarias sería una magnífica plataforma para desarrollar el uso del hidrógeno a partir de energías limpias, que es sin duda la solución de futuro, sobre todo en el ámbito del transporte.

PREGUNTA - ¿Mantiene su teoría de que la tormenta Delta fue una consecuencia directa del cambio climático?

- Cuando yo hago esa valoración es porque hay expertos que están haciendo esa consideración. Son los expertos del panel de Naciones Unidas sobre Cambio Climático los que en sus informes van diciendo qué trastornos tienen que ver con el proceso de calentamiento de la tierra y que esa tormenta tropical en Canarias era una anomalía que puede estar ligada a este proceso, que es cada vez más evidente. Tenemos que trabajar como si efectivamente Canarias fuera un territorio susceptible de que este tipo de riesgos sean más abundantes, y por eso hemos creado una unidad especial sobre fenómenos meteorológicos tropicales en el Instituto Nacional de Meteorología para observar en las Islas. El Archipiélago como tal es un espacio muy abierto a este tipo de riesgos naturales.

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