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TURCÓN - Ecologistas en acción

Radares de ida y vuelta

Radares de ida y vuelta La Provincia, 4-8-2004

Angel Tristán Pimienta

Quien avisa no es traidor: se dijo hasta la saciedad, cuando las exuberantes y pintorescas manifestaciones contra los radares de control aéreo, que el sistema de vigilancia del tráfico que circula en los cielos de las Islas estaba al borde de la congestión, y que a corto plazo se producirían serias consecuencias. Ojalá, añadieron algunos, no haya ninguna catástrofe. No se ha producido, obviamente, gracias sobre todo a la capacidad, la preparación y la vocación de servicio de los controladores, y a la buena suerte, pero consecuencias sí las ha habido. Los innumerables retrasos originados a causa de los ´ajustes´ en Las Nieves podían haberse evitado si en su momento AENA hubiera podido llevar a cabo sus proyectos, unos planteamientos de mejora que respondían a criterios técnicos, pero que fueron frenados irresponsablemente
por una alegre muchachada, tan simplona como gritona, que se ha venido oponiendo mecánicamente, paulovianamente, a todo lo que intuían como ´militarismo´, un concepto cóctel en el que se mezclan planteamientos ecológicos, pacifistas y, como en el chiste del gallego, ´por xoder´. El supremo argumento para decir que no a los nuevos radares era que ´también´ tenían un uso bélico, pues podrían servir para aviones militares y, esto ya era el no va más, incluso para la OTAN. Igual que las jeringuillas, que lo mismo puede ser empleadas para inyectar un antibiótico a un civil que a un soldado de las fuerzas ocupantes en Irak. ¿Acabamos con la fabricación de jeringuillas porque, evidentemente, pueden ser usadas por los ejércitos?.

Pues esto es exactamente lo que se pretende al negar la mayor y descalificar cualquier proyecto para reforzar y ampliar la red que hace posible que, sencillamente, los aviones puedan volar en el espacio del Archipiélago. Al final ha ocurrido lo que tenía que ocurrir, lo que se había advertido en tiempo y forma. Pero pocos lo recuerdan, y las explicaciones oficiales, además, tratan de ser tan pero tan políticamente correctas para no ofender -cosa del talante, debe ser- que ignoran la realidad. Las cosas son lo que son porque han sido como han sido. Esto es de perogrullo. Mientras prevalezca la frivolidad y la impunidad ante los disparates, la sociedad no se vacunará con adecuadas dosis de sentido común y responsabilidad. Los atascos en los aeropuertos no han aparecido por generación espontánea; no han florecido como las amapolas en el campo: se ha preparado el terreno a base de un explosivo cóctel de desconocimiento, sectarismo, bastante de integrismo y mucha estupidez. La protesta frecuentemente histérica ante las "bolas" ignora realidades apabullantes: las de Tejeda ya forman parte del paisaje, lo mismo que las de Las Cañadas del Teide o que las instalaciones astrofísicas del Roque de Los Muchachos. Hay que recordar que las pirámides de Egipto, o las mayas, no habrían pasado el trámite de impacto ambiental; igual que la Torre Eiffiel. El desarrollo sostenible y la ecología - una disciplina y una mentalidad absolutamente necesaria- tienen que convivir con la lógica y un mínimo realismo. Canarias, con turismo o sin turismo, pero con turismo más, depende de las comunicaciones por aire y mar. Esto es de una evidencia aplastante; es una obviedad que da pudor recordar. Uno puede criticar la construcción de edificios -hoteles o casas ilegales- en lugares de interés natural, o que simplemente convienen reservar para disfrute de las generaciones futuras, como aconseja la tribu masai; pero a la vez hay que aceptar determinadas cuestiones básicas.

Lo cierto es que si las Islas contaran en estos momentos con las instalaciones de Montaña Blanca (Lanzarote) y de Taborno (Tenerife) no se habrían planteado problemas: se habría podido sustituir perfectamente a las instalaciones militares, que aunque en parte sirven para la aviación civil, tienen requerimientos y funcionalidades específicas. Pero a pesar de lo que ha sucedido, nadie ha realizado un examen de conciencia; ni mucho menos ha anunciado su propósito de la enmienda. Al contrario: se exige que AENA solucione las dificultades pero sin tocar los asuntos ´intocables´. Asimismo, en el Hierro están muy contentos con su oposición a Malpaso... hasta que la incompetencia, la insolidaridad y la demagogia se alíen en un desastre. Pero incluso entonces se ignorará lo fundamental, que se ha advertido :que ese camino lleva al precipicio. Toda la retórica sobre Canarias y su renta de situación, el Archipiélago como punto de encuentro para la paz... depende de la técnica: de puertos y aeropuertos seguros y del tránsito tranquilo por sus mares y sus cielos.

Es como el tema de la nueva prisión provincial de Las Palmas. La congestión de Salto del Negro está suscitando situaciones injustas e inhumanas para la población penal y creando condiciones para un ´caracazo´ interno. ¿Quiénes son los responsables de que cientos de familias se hayan dividido, de que miles de presos isleños tengan que ser ´exiliados´ a la península? Sin duda, los que con su intransigencia y primitivismo social han impedido
hacer las cosas como es debido.

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