Un experto alerta de que la obsesión por comer sano se ha convertido en enfermedad
Canarias7, 30-8-2004
El nuevo trastorno alimentario se llama ortorexia. Los afectados consumen sólo productos ecológicos. Produce anemia y puede generar osteoporosis e hipotensión.
Una nueva patología conocida como ortorexia está emergiendo de la cultura contemporánea y la sociedad de consumo. Este nuevo trastorno de la conducta alimentaria consiste en la obsesión por comer únicamente los alimentos biológicamente puros, excluyendo de la dieta aquéllos considerados impuros.
Los expertos coinciden en señalar la obsesión por buscar una salud óptima como una de las causas que pueden conducir a la ortorexia. Manuel Serrano-Ríos, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico de Madrid y presidente del Instituto Danone, considera que «el impacto cultural de la obsesión por la propia salud le hace al ortoréxico orientarse hacia la búsqueda sistemática de alimentos saludables». También el miedo al envenenamiento por la industria alimenticia y sus aditivos está detrás de este trastorno.
Debido a su preocupación por la comida sana, los ortoréxicos consumen exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, sin componentes transgénicos ni ningún tipo de sustancias artificiales como pesticidas o herbicidas. En muchas ocasiones estas personas suprimen de su dieta las carnes y todos aquellos alimentos que contienen grasas, lo que ocasiona importantes carencias a su organismo.
Aunque la ortorexia «todavía no está catalogada como enfermedad», comenta Serrano-Ríos, «existen cada vez más casos» de individuos que padecen este trastorno alimentario. Según el presidente de Danone, de momento «no hay estudios sistemáticos», pero en la actualidad ya se puede hablar de una serie de criterios para diagnosticar esta enfermedad.
Dedicar mucho tiempo a pensar en una dieta sana, preocuparse más por la calidad de los alimentos que por el placer de consumirlos, tener sentimientos de culpabilidad cuando se incumplen las convicciones dietéticas, sufrir aislamiento social debido a la estricta alimentación y padecer un descenso de la calidad de vida como consecuencia del consumo de alimentos de seudocalidad son los principales criterios para detectarla.
Consecuencias
Las consecuencias de la ortorexia afectan al ámbito físico, psíquico y social de los individuos que la padecen. Desde el punto de vista fisiológico y como consecuencia de las carencias de la dieta, los síntomas más frecuentes son anemias, hipervitaminosis e hipovitaminosis, carencias de oligoelementos, entre otros, que a su vez pueden desencadenar dolencias más graves como hipotensión y osteoporosis.
En el plano psicológico, la ortorexia en fases avanzadas va acompañada de trastornos obsesivo-compulsivos relacionados con la alimentación o de enfermedades siquiátricas como la depresión, la ansiedad o las hipocondrías. En general, entre los ortoréxicos existe un deseo de verse perfectos, lo que coincide con otros trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia nerviosas.
De hecho se ha observado que muchos ortoréxicos habían sufrido anteriormente anorexia nerviosa. En definitiva se trata de «desviaciones de la conducta alimentaria, un gran espectro donde lo más grave es la anorexia y la bulimia, que están dentro del mismo rango», explica el presidente del Instituto Danone. Incluso algunos especialistas opinan que la ortorexia se deriva de una anorexia mal curada.
La ortorexia también repercute en las relaciones sociales del afectado, ya que esa obsesión por ingerir exclusivamente alimentos sanos le imposibilita comer fuera de casa, ya sea en restaurantes o en casas de amigos y familiares.
Más información: Ortorexia, adictos a la comida saludable
El nuevo trastorno alimentario se llama ortorexia. Los afectados consumen sólo productos ecológicos. Produce anemia y puede generar osteoporosis e hipotensión.
Una nueva patología conocida como ortorexia está emergiendo de la cultura contemporánea y la sociedad de consumo. Este nuevo trastorno de la conducta alimentaria consiste en la obsesión por comer únicamente los alimentos biológicamente puros, excluyendo de la dieta aquéllos considerados impuros.
Los expertos coinciden en señalar la obsesión por buscar una salud óptima como una de las causas que pueden conducir a la ortorexia. Manuel Serrano-Ríos, jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico de Madrid y presidente del Instituto Danone, considera que «el impacto cultural de la obsesión por la propia salud le hace al ortoréxico orientarse hacia la búsqueda sistemática de alimentos saludables». También el miedo al envenenamiento por la industria alimenticia y sus aditivos está detrás de este trastorno.
Debido a su preocupación por la comida sana, los ortoréxicos consumen exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, sin componentes transgénicos ni ningún tipo de sustancias artificiales como pesticidas o herbicidas. En muchas ocasiones estas personas suprimen de su dieta las carnes y todos aquellos alimentos que contienen grasas, lo que ocasiona importantes carencias a su organismo.
Aunque la ortorexia «todavía no está catalogada como enfermedad», comenta Serrano-Ríos, «existen cada vez más casos» de individuos que padecen este trastorno alimentario. Según el presidente de Danone, de momento «no hay estudios sistemáticos», pero en la actualidad ya se puede hablar de una serie de criterios para diagnosticar esta enfermedad.
Dedicar mucho tiempo a pensar en una dieta sana, preocuparse más por la calidad de los alimentos que por el placer de consumirlos, tener sentimientos de culpabilidad cuando se incumplen las convicciones dietéticas, sufrir aislamiento social debido a la estricta alimentación y padecer un descenso de la calidad de vida como consecuencia del consumo de alimentos de seudocalidad son los principales criterios para detectarla.
Consecuencias
Las consecuencias de la ortorexia afectan al ámbito físico, psíquico y social de los individuos que la padecen. Desde el punto de vista fisiológico y como consecuencia de las carencias de la dieta, los síntomas más frecuentes son anemias, hipervitaminosis e hipovitaminosis, carencias de oligoelementos, entre otros, que a su vez pueden desencadenar dolencias más graves como hipotensión y osteoporosis.
En el plano psicológico, la ortorexia en fases avanzadas va acompañada de trastornos obsesivo-compulsivos relacionados con la alimentación o de enfermedades siquiátricas como la depresión, la ansiedad o las hipocondrías. En general, entre los ortoréxicos existe un deseo de verse perfectos, lo que coincide con otros trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia nerviosas.
De hecho se ha observado que muchos ortoréxicos habían sufrido anteriormente anorexia nerviosa. En definitiva se trata de «desviaciones de la conducta alimentaria, un gran espectro donde lo más grave es la anorexia y la bulimia, que están dentro del mismo rango», explica el presidente del Instituto Danone. Incluso algunos especialistas opinan que la ortorexia se deriva de una anorexia mal curada.
La ortorexia también repercute en las relaciones sociales del afectado, ya que esa obsesión por ingerir exclusivamente alimentos sanos le imposibilita comer fuera de casa, ya sea en restaurantes o en casas de amigos y familiares.
Más información: Ortorexia, adictos a la comida saludable
3 comentarios
flavia -
Lucy -
Me podrían decir dónde puedo dirigirme?, o qué puedo hacer para buscar ayuda?.
Gracias de antemano y saludos.
Victor Santana -