Fepeco (La Palma) ve en la dispersión urbana «un coste terrible» para el paisaje
Canarias7, 12-9-2004
Los empresarios de la construcción de la isla de La Palma quieren desterrar el aforismo de que «habitar en núcleos urbanos comienza a ser marginal» por no ofrecer tanta calidad de vida.
La Federación de Entidades de la Construcción (Fepeco) asegura, en las alegaciones presentadas al Plan Especial de Ordenación Turística de La Palma, que «el tejido urbano disperso representa un terrible coste de afección del medio ambiente y el paisaje, la imposibilidad de realizar obras de infraestructura de saneamiento, el envenenamiento de los niveles freáticos y una drástica ocupación de las medianías y del terreno agrícola». En los últimos años, añaden, «en suelo protegido ha habido miles de actuaciones ilícitas que ahora se pretenden legalizar por presiones de los afectados».La indisciplina urbanística, agrega, «ha sembrado una semilla que, de plantearse diagnósticos que justificasen tal hecho, cambiaría drásticamente el concepto de lo rústico, lo protegido y lo urbano, transgrediendo gravemente la Ley de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales Protegidos».
Fepeco se opone «a todo desarrollo disperso» y manifiesta que «no es de recibo afirmar que habitar en cascos urbanos es marginal por no ofrecer una calidad de vida comparable a la que se disfruta en el difuso circundante, si el diseño es el adecuado».
Independientemente del efecto visual, el efecto contaminante y el incremento del transporte privado que este tipo de asentamientos llevan consigo, apuntan, «es necesario agregar los costes añadidos que producen a las administraciones locales, como asfaltado de pistas y senderos, alumbrado, distribución de aguas, electricidad y teléfono, recogida de basura y la imposibilidad de reutilización de las aguas negras».
Fepeco propone que «se propicie el desarrollo de suelo suficiente, en consonancia con las necesidades turísticas y residenciales, así como de la población desfavorecida (VOP)». Asegura que «las propias directrices ordenan la utilización racional del suelo en función de su escasez y creemos que los desarrollos urbanos deben realizarse de acuerdo a criterios urbanísticos y estéticos que constituyan en sí mismos una continuación del propio patrimonio para evitar ese aforismo de que habitar en los cascos urbanos es lo que comienza a ser marginal».
Los empresarios de la construcción de la isla de La Palma quieren desterrar el aforismo de que «habitar en núcleos urbanos comienza a ser marginal» por no ofrecer tanta calidad de vida.
La Federación de Entidades de la Construcción (Fepeco) asegura, en las alegaciones presentadas al Plan Especial de Ordenación Turística de La Palma, que «el tejido urbano disperso representa un terrible coste de afección del medio ambiente y el paisaje, la imposibilidad de realizar obras de infraestructura de saneamiento, el envenenamiento de los niveles freáticos y una drástica ocupación de las medianías y del terreno agrícola». En los últimos años, añaden, «en suelo protegido ha habido miles de actuaciones ilícitas que ahora se pretenden legalizar por presiones de los afectados».La indisciplina urbanística, agrega, «ha sembrado una semilla que, de plantearse diagnósticos que justificasen tal hecho, cambiaría drásticamente el concepto de lo rústico, lo protegido y lo urbano, transgrediendo gravemente la Ley de Ordenación del Territorio y de Espacios Naturales Protegidos».
Fepeco se opone «a todo desarrollo disperso» y manifiesta que «no es de recibo afirmar que habitar en cascos urbanos es marginal por no ofrecer una calidad de vida comparable a la que se disfruta en el difuso circundante, si el diseño es el adecuado».
Independientemente del efecto visual, el efecto contaminante y el incremento del transporte privado que este tipo de asentamientos llevan consigo, apuntan, «es necesario agregar los costes añadidos que producen a las administraciones locales, como asfaltado de pistas y senderos, alumbrado, distribución de aguas, electricidad y teléfono, recogida de basura y la imposibilidad de reutilización de las aguas negras».
Fepeco propone que «se propicie el desarrollo de suelo suficiente, en consonancia con las necesidades turísticas y residenciales, así como de la población desfavorecida (VOP)». Asegura que «las propias directrices ordenan la utilización racional del suelo en función de su escasez y creemos que los desarrollos urbanos deben realizarse de acuerdo a criterios urbanísticos y estéticos que constituyan en sí mismos una continuación del propio patrimonio para evitar ese aforismo de que habitar en los cascos urbanos es lo que comienza a ser marginal».
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