Científicos canarios evidencian la relación entre sobrepesca y erizos
Canarias7, 3-9-2004'Canarias por una Costa Viva' ultima su informe sobre la expansión de los blanquizales. Más de 8 erizos por metro cuadrado suponen la desaparición de las algas. En Arguineguín hay más de 100.
Un grupo de científicos canarios adscritos al proyecto Canarias por una Costa Viva, Fernando Tuya, Arturo Boyra y Ricardo Haroun, acaban de publicar en la revista especializada Marine Ecology Progress Series un informe que, por vez primera en el Archipiélago, liga de manera directa la sobreexplotación pesquera con la expansión de los erizos en los fondos de las Islas. «Es como un efecto dominó», indicó Tuya, conocido como cascada trófica: el cambio en la relación entre los peces y los erizos modifica de manera sustancia la relación entre los erizos y las algas. Este informe será publicado en octubre en Canarias bajo el título La Explosión Demográfica del Erizo Diadema Antillarum y los Blanquizales en los Fondos Rocosos de Canarias.
El informe, producto del estudio de 36 puntos en todo el Archipiélago, señala que la cubierta de macroalgas sólo fue hallada en buen estado de conservación cuando el erizo estaba ausente o con densidades inferiores a dos individuos por metro cuadrado. Por contra, las zonas de mayor densidad de erizas (más de 8 individuos por metro cuadrado) mostraban una ausencia completa de macroalgas.
En Canarias, los investigadores han encontrado densidades medias de entre 0 y 20 individuos por metro cuadrado, si bien en los arrecifes artificales de Arguineguín, este valor alcanza los 100 erizos por metro cuadrado.
A falta de datos antiguos que corroboren esta relación -pues la ciencia sólo empezó a registrarlos a partir de la década de los 70-, los autores realizaron un estudio comparativo entre Islas. «Comparamos Gran Canaria o Tenerife, islas muy explotadas, con El Hierro, donde se pesca mucho menos y descubrimos que había menos erizos, más peces y más algas», aclara Tuya. «Como el nivel de sobreexplotación pesquera es tan alto», prosigue, «los predadores naturales del erizo, como la sama o el pejeperro, que son especies de interés pesquero, han acabado por desaparecer».
Evolución
La sobrepesca no es el único factor que ha permitido la expansión de los blanquizales. «El erizo es un triunfador de la evolución», señala Tuya, «ha aumentado el tamaño de las púas, las puede mover y cuando forma colonias de entre veinte y treinta individuos los predadores tienen casi imposible el acceso a sus presas».
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Beatriz -
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