Transporte público alternativo en Gran Canaria
Lope Seco González
En estos días en que está tan de moda el futuro de nuestra ciudad y nuestra isla con el consabido concurso del Istmo, y el alternativo concurso del COAC, me gustaría mencionar al gran olvidado de todas estas actuaciones. Se trata de la necesidad apremiante de un medio de transporte público alternativo, tanto para la ciudad de Las Palmas como para la isla de Gran Canaria, a los medios de transporte convencionales existentes en la ciudad (guaguas, taxis y vehículos particulares). Un medio de transporte público alternativo que conecte los barrios y municipios de mayor población y demanda de la ciudad y de la isla. No existen grandes capitales (ni grandes áreas metropolitanas) en el mundo desarrollado que no dispongan de más de un modo de transporte público.
Hay infinidad de posibilidades (metro, tren de cercanías, tren ligero, tranvía, monorraíl, etc.). No corresponde con el nivel de desarrollo que presumimos tener en esta capital del atlántico que una isla y unas ciudades con la presión demográfica que tenemos (a la que habría que añadir la presión turística), se pretenda solucionar los problemas de transporte mediante la venta de más coches, y por ende más y más carreteras y cinturones de asfalto rodeando las ciudades y la isla. Las guaguas no son suficientes para descongestionar las calles y carreteras, puesto que participan y colaboran con los embotellamientos.
Es cierto que ha habido más de un informe de prestigiosos profesores de la ULPGC desaconsejando las inversiones del tranvía para Las Palmas y del tren para Gran Canaria, basándose en una inversión demasiada cara. Señores, un metro subterráneo podría ser demasiado caro para la ciudad, pero, ¿un tranvía? ¿un tren ligero? ¿Quién o qué asociación de empresarios ha influido en la redacción de estos informes? ¿Cuántos ingenieros de caminos han participado en la redacción de los mismos? Todos sabemos que los informes de viabilidad se pueden manipular y orientar según quién los encargue.
Hay hechos sobre los que puede cuestionarse si son positivos o no, y otros que son incuestionables. Por mucho que pese a ciertos sectores de la isla, un transporte terrestre alternativo es una necesidad y solucionaría en gran medida los problemas de tráfico que tenemos en la ciudad y en la isla.
No hay que ser un entendido en la materia para darse cuenta de que hay dos líneas que serían rentables y muy beneficiosas socialmente en la isla. Una que llegara hasta Agaete y otra que llegara hasta Maspalomas. Y dentro de la ciudad, cualquiera de las que recorriera la parte baja de Las Palmas, desde San Cristóbal hasta el puerto y desde el puerto hasta el auditorio.
Es algo habitual en cualquier área metropolitana desarrollada, que una línea de tren conecte los principales núcleos de población. Se dispondría de unos horarios fijos y la gente podría desplazarse a su trabajo sin tener que pasarse horas en los atascos. ¿Se ha estudiado cómo afectan a la productividad de las empresas de la ciudad y de la isla las horas perdidas en los atascos y embotellamientos por sus empleados?
Imagínenselo, una línea desde Las Palmas hasta Agaete, con varias estaciones intermedias en distintos núcleos poblacionales y que además en cada estación existiera un servicio de guaguas que distribuyese a los usuarios por el resto de los núcleos. Y otra línea desde Las Palmas a Maspalomas, con paradas intermedias también, con el mismo funcionamiento. ¿Se imaginan poder ir al aeropuerto en tren?
Los únicos beneficiados de que esto no ocurra son los vendedores de vehículos (ni los taxistas ni los transportistas). En una entrevista en un periódico local, un representante de este sector se vanagloriaba del crecimiento constante del parque móvil y de venta de vehículos. Insinuaba que no era justo que se limiten las aspiraciones del canario a tener uno o más coches (ya sabemos que para alguno la felicidad se mide por este tipo de cosas).
Podría pensarse que los empresarios de las líneas de transporte existentes podrían plantear pegas a un proyecto de esta índole, pero eso se puede solucionar y negociar su entrada en la explotación de la nueva infraestructura.
Tarde o temprano, el Cabildo y los ayuntamientos tendrán que empezar a plantearse una limitación del parque móvil y restricciones en el tráfico, tipo Londres o Roma, porque tarde o temprano no entraremos todos: nosotros, los turistas y los coches.
En resumen, pienso que éste es uno de los temas más olvidados en la actualidad. Si no reducimos el tráfico en la capital y en la isla, las actuaciones que se hagan en el litoral de nuestra ciudad no crearán nada más que nuevos cuellos de botella. Y luego podemos hablar de mejorar y adecentar el litoral este de Las Palmas. Pero, ¿por qué inicialmente no se ensancha un poco la avenida (el paseo) y se plantan palmeras en la misma, a lo largo de toda la avenida, de manera que aíslen al viandante del tráfico? Ésta sería una solución previa, rápida, barata y muy resultona. Y luego nos podemos poner todos a pensar, discutir, debatir y planear una actuación conjunta con sentido y en equilibrio del entorno.
En estos días en que está tan de moda el futuro de nuestra ciudad y nuestra isla con el consabido concurso del Istmo, y el alternativo concurso del COAC, me gustaría mencionar al gran olvidado de todas estas actuaciones. Se trata de la necesidad apremiante de un medio de transporte público alternativo, tanto para la ciudad de Las Palmas como para la isla de Gran Canaria, a los medios de transporte convencionales existentes en la ciudad (guaguas, taxis y vehículos particulares). Un medio de transporte público alternativo que conecte los barrios y municipios de mayor población y demanda de la ciudad y de la isla. No existen grandes capitales (ni grandes áreas metropolitanas) en el mundo desarrollado que no dispongan de más de un modo de transporte público.
Hay infinidad de posibilidades (metro, tren de cercanías, tren ligero, tranvía, monorraíl, etc.). No corresponde con el nivel de desarrollo que presumimos tener en esta capital del atlántico que una isla y unas ciudades con la presión demográfica que tenemos (a la que habría que añadir la presión turística), se pretenda solucionar los problemas de transporte mediante la venta de más coches, y por ende más y más carreteras y cinturones de asfalto rodeando las ciudades y la isla. Las guaguas no son suficientes para descongestionar las calles y carreteras, puesto que participan y colaboran con los embotellamientos.
Es cierto que ha habido más de un informe de prestigiosos profesores de la ULPGC desaconsejando las inversiones del tranvía para Las Palmas y del tren para Gran Canaria, basándose en una inversión demasiada cara. Señores, un metro subterráneo podría ser demasiado caro para la ciudad, pero, ¿un tranvía? ¿un tren ligero? ¿Quién o qué asociación de empresarios ha influido en la redacción de estos informes? ¿Cuántos ingenieros de caminos han participado en la redacción de los mismos? Todos sabemos que los informes de viabilidad se pueden manipular y orientar según quién los encargue.
Hay hechos sobre los que puede cuestionarse si son positivos o no, y otros que son incuestionables. Por mucho que pese a ciertos sectores de la isla, un transporte terrestre alternativo es una necesidad y solucionaría en gran medida los problemas de tráfico que tenemos en la ciudad y en la isla.
No hay que ser un entendido en la materia para darse cuenta de que hay dos líneas que serían rentables y muy beneficiosas socialmente en la isla. Una que llegara hasta Agaete y otra que llegara hasta Maspalomas. Y dentro de la ciudad, cualquiera de las que recorriera la parte baja de Las Palmas, desde San Cristóbal hasta el puerto y desde el puerto hasta el auditorio.
Es algo habitual en cualquier área metropolitana desarrollada, que una línea de tren conecte los principales núcleos de población. Se dispondría de unos horarios fijos y la gente podría desplazarse a su trabajo sin tener que pasarse horas en los atascos. ¿Se ha estudiado cómo afectan a la productividad de las empresas de la ciudad y de la isla las horas perdidas en los atascos y embotellamientos por sus empleados?
Imagínenselo, una línea desde Las Palmas hasta Agaete, con varias estaciones intermedias en distintos núcleos poblacionales y que además en cada estación existiera un servicio de guaguas que distribuyese a los usuarios por el resto de los núcleos. Y otra línea desde Las Palmas a Maspalomas, con paradas intermedias también, con el mismo funcionamiento. ¿Se imaginan poder ir al aeropuerto en tren?
Los únicos beneficiados de que esto no ocurra son los vendedores de vehículos (ni los taxistas ni los transportistas). En una entrevista en un periódico local, un representante de este sector se vanagloriaba del crecimiento constante del parque móvil y de venta de vehículos. Insinuaba que no era justo que se limiten las aspiraciones del canario a tener uno o más coches (ya sabemos que para alguno la felicidad se mide por este tipo de cosas).
Podría pensarse que los empresarios de las líneas de transporte existentes podrían plantear pegas a un proyecto de esta índole, pero eso se puede solucionar y negociar su entrada en la explotación de la nueva infraestructura.
Tarde o temprano, el Cabildo y los ayuntamientos tendrán que empezar a plantearse una limitación del parque móvil y restricciones en el tráfico, tipo Londres o Roma, porque tarde o temprano no entraremos todos: nosotros, los turistas y los coches.
En resumen, pienso que éste es uno de los temas más olvidados en la actualidad. Si no reducimos el tráfico en la capital y en la isla, las actuaciones que se hagan en el litoral de nuestra ciudad no crearán nada más que nuevos cuellos de botella. Y luego podemos hablar de mejorar y adecentar el litoral este de Las Palmas. Pero, ¿por qué inicialmente no se ensancha un poco la avenida (el paseo) y se plantan palmeras en la misma, a lo largo de toda la avenida, de manera que aíslen al viandante del tráfico? Ésta sería una solución previa, rápida, barata y muy resultona. Y luego nos podemos poner todos a pensar, discutir, debatir y planear una actuación conjunta con sentido y en equilibrio del entorno.
2 comentarios
Anónimo -
metro -
Saludos.