El año 2004, el cuarto más cálido.
El 2004, el cuarto año más cálido según la Organización Meteorológica Mundial.
La temperatura media en superficie a nivel mundial en 2004 será de +0,44° C superior a la media anual correspondiente al período 1961-1990 (14°C), según los registros disponibles en los países miembros de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Debido a ese incremento, el año 2004 será el cuarto año más cálido registrado en los anales de las temperaturas desde 1861, siendo sólo ligeramente inferior al valor de 2003 (+0,49°C) (17/12/04)
Sin embargo, los valores más elevados se registraron en 1998, cuando las temperaturas en la superficie fueron de +0,54°C superiores a la media de los últimos 30 años. Los últimos diez años (1995-2004), con la excepción de 1996, fueron entre los diez años más cálidos jamás registrados.
Si se calcula separadamente para ambos hemisferios, en 2004 las temperaturas en la superficie registradas en el hemisferio norte (+0,60°C) harán que este año sea probablemente el cuarto año más cálido y en el hemisferio sur
(+0,27°C) este año se situará en el quinto lugar, según la información registrada con instrumentos de 1861 hasta la fecha de hoy.
A nivel mundial, la anomalía de la temperatura del aire en la superficie terrestre correspondiente a octubre de 2004 fue la más elevada jamás registrada en un mes de octubre. El valor combinado de las temperaturas de la tierra y del mar en las regiones árticas (al norte de 70° N) en el mes de julio, así como el valor de la temperatura del aire en la superficie de la tierra en África, al sur del ecuador, para ese mismo mes, fueron los más elevados jamás registrados en julio. Las anomalías positivas significativas de la temperatura regional anual, en particular en muchas de las masas terrestres de Asia central, China, Alaska y el oeste de los Estados Unidos de América, así como en gran parte del Atlántico Norte, han provocando un aumento de la temperatura media en la superficie en todo el planeta.
Durante el siglo pasado, la temperatura en superficie a nivel mundial aumentó de más de 0,6°C. Las variaciones observadas de 1976 hasta la fecha son aproximadamente tres veces superiores a las que se han registrado en conjunto en los últimos 100 años. En el hemisferio norte, los años noventa han sido los más cálidos, con un aumento medio de 0,38°C. Sin embargo, durante los últimos cinco años (2000-2004) las temperaturas medias en superficie han sido mucho más elevadas (0,58°C).
Apreciables diferencias en las temperaturas regionales
Durante junio y julio, el sur de España, Portugal y Rumania fueron azotados por olas de calor, con temperaturas casi sin precedentes, que alcanzaron máximas de 40°C. En Japón, durante el verano persistieron condiciones sumamente cálidas, registrándose temperaturas máximas jamás observadas. En febrero, la parte oriental de Australia fue azotada por una ola de calor excepcional y en muchas partes del país las temperaturas máximas alcanzaron 45°C. La amplitud espacial y temporal de la ola de calor fue superior a cualquier otra observada en un mes de febrero. Una prolongada e intensa ola de calor en la parte norte de la India, durante la última semana de marzo, se saldó con más de 100 víctimas.
En julio, debido a condiciones anormalmente frías en el altiplano de los Andes al sur del Perú hubo que lamentar la pérdida de 92 vidas. En el sur de Asia, se ha atribuido a las temperaturas frías, que han prevalecido desde finales de diciembre de 2003, la muerte de 600 personas. Durante el mes de enero de 2004, se registraron temperaturas máximas y mínimas entre 6 y 10°C inferiores a las normales en el norte de la India y en Bangladesh.
Sequía prolongada en algunas regiones
A principios de 2004, la sequía continuó azotando la parte oriental de África del Sur, Mozambique, Lesotho y Swazilandia. Sin embargo, el aumento de las precipitaciones en la última mitad de la estación de lluvias fue relativamente beneficiosa para los cultivos en África austral. La estación de lluvias (de marzo a mayo) fue más corta y más seca de lo habitual en partes del Gran Cuerno de África, causando una prolongada sequía en esta región. En regiones aisladas del sur y en diversas partes de Uganda, la sequía alcanzó proporciones jamás registradas desde 1961. En Kenya, el fin prematuro del largo período de lluvias de 2004 agravó la sequía provocada por varios años de escasas precipitaciones en muchas regiones. De acuerdo con las previsiones, la producción de alimentos en Kenya fue aproximadamente 40% inferior a la normal. En Somalia, a pesar de las abundantes lluvias registradas en 2004, persisten también condiciones de sequía que prevalecen desde hace muchos años y amenazan la agricultura y la seguridad alimentaria en la región. En Eritrea, que lucha contra las consecuencias de la sequía desde hace casi cuatro años, las escasas precipitaciones durante los meses de marzo a mayo, contribuyeron a exacerbar los problemas relativos a la escasez de agua potable.
En la India, durante la estación del monzón estival (en el sudoeste del
país) de 2004 (de junio a septiembre) la precipitación fue inferior en 13% a los valores normales en todo el país, registrándose condiciones de sequía moderada en un 18% del país. En Pakistán, debido a las escasas lluvias caídas en julio y agosto se recrudeció el problema de la prolongada sequía que prevalecía desde la primavera boreal. En Afganistán, continuaron imperando en 2004 las condiciones de sequía que venían azotando al país durante los últimos cuatro años, debido a las escasas precipitaciones en los meses de marzo y abril. En el sur de China, persistieron las condiciones de sequía de agosto a octubre, provocando la peor sequía de los últimos 54 años en esa región.
En gran parte del sur y del este de Australia la sequía hidrológica se prolongó como consecuencia del déficit de lluvias en esa región, desde que se registró la grave sequía en ese país, de 2002 a 2003. En algunas zonas del oeste de los Estados Unidos de América prevalecieron las condiciones de sequía moderada a grave por quinto año consecutivo. La situación mejoró ligeramente en septiembre y octubre, aunque la prolongada sequía sigue azotando ciertas partes de esta región. Debido a las temperaturas veraniegas superiores a las normales y a las condiciones secas, en Alaska la superficie arrasada por incendios forestales alcanzó proporciones nunca vistas.
Abundantes precipitaciones e inundaciones en muchas otras regiones
En 2004, las precipitaciones fueron superiores a la media en todo el mundo, por lo que éste ha sido el año con el índice de humedad más elevado desde el año 2000. En el sur y el este de los Estados Unidos de América, en Europa oriental y en partes de Asia occidental, en Bangladesh, en Japón y en las costas del Brasil, se han registrado condiciones de humedad superiores a la media.
En Asia, el monzón de verano (de junio a septiembre) provocó fuertes lluvias e inundaciones en partes del norte de la India, Nepal y Bangladesh, causando millones de damnificados. En estos tres países las inundaciones causadas por las lluvias intensas provocadas por los monzones se cobraron unos 1.800 muertos. Las inundaciones en el noreste de la India (especialmente en los estados de Assam y Bihar) y en Bangladesh fueron las peores registradas en más de una década. En el este y el sur de China, las intensas lluvias caídas en junio y julio produjeron graves inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron a más de 100 millones de personas y ocasionaron más de mil muertos en todo el país. Las fuertes precipitaciones provocadas por el monzón en julio y agosto causaron inundaciones a lo largo de varios ríos en el noreste y en el centro de Tailandia. Como consecuencia de un intenso sistema de bajas presiones, el 5 de marzo se registraron nevadas sin precedente en Corea, con los consiguientes daños a la agricultura que superaron los 500 millones de dólares de los EE.UU. En octubre, azotaron Japón dos tifones y sistemas frontales activos que provocaron las precipitaciones más intensas jamás registradas. En octubre la precipitación mensual en Tokio fue de 780 mm, que es el valor más alto registrado desde 1876.
Los aludes de lodo y las inundaciones causados por las intensas lluvias registradas en diversas partes de Brasil en enero y a principios de febrero dejaron a decenas de miles de personas sin hogar y se cobraron 161 vidas. En enero, Perú y Bolivia también registraron tormentas de granizo, intensas precipitaciones e inundaciones, que se cobraron la vida de, al menos, 50 personas.
En Haití las lluvias torrenciales tras el paso del huracán Jeanne produjeron inundaciones desastrosas que provocaron la muerte de aproximadamente 3.000 personas. La catástrofe sobrevino a finales de mayo de 2004 tras las inundaciones y los deslizamientos de tierra de Haití y la República Dominicana, donde el balance fue de más de 2.000 muertos y varios miles de damnificados.
En la segunda quincena de noviembre y a principios de diciembre, tres tormentas tropicales y una depresión tropical que azotaron el sur y el centro de Filipinas se tradujeron en varios días de lluvias torrenciales, provocando inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos que, según los informes, se cobraron más de 1.100 vidas.
Las intensas lluvias caídas de mediados de enero a marzo en Angola provocaron crecidas de las cuencas fluviales, que atraviesan los países vecinos de Zambia, Bostwana y Namibia. Las graves inundaciones del río Zambezi, las peores desde 1958, pusieron en peligro a más de 20.000 personas en el noreste de Namibia y causaron daños importantes a los cultivos.
En Tasmania, Queensland y Nueva Gales del Sur se registraron precipitaciones excepcionalmente intensas a mediados de enero que provocaron inundaciones y daños materiales. En la región del Territorio del Norte de Australia se registró la temporada de lluvias más intensa jamás observada. En febrero, una serie de fuertes tormentas provocaron intensas precipitaciones e inundaciones que arrasaron el sur de la isla del norte de Nueva Zelanda.
La evolución de un episodio El Niño débil
A principios de 2004, las características de la temperatura de la superficie del mar y de la presión atmosférica a nivel del mar en el Pacífico tropical reflejaron unas condiciones de El Niño casi neutras. Sin embargo, la subida de la temperatura y la propagación anómala del calor hacia el este del centro y centro-este del Pacífico ecuatorial, entre julio y noviembre, indicaba ya la fase inicial de un episodio cálido de El Niño. A principios de noviembre, se registró desde la parte central hasta la parte oriental del Pacífico la anómala elevación de +1°C de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial. La temperatura de la superficie del mar en el extremo oriental del Pacífico tropical también aumentó hasta rebasar ligeramente los niveles medios. El índice de la oscilación austral Tahití-Darwin ha sido negativo desde junio de 2003, pero ha fluctuado considerablemente. Las condiciones atmosféricas del Pacífico tropical han seguido mostrando tan sólo unas débiles características de El Niño.
Un número de huracanes y tifones devastadores por encima de lo normal
Durante la temporada de huracanes del Atlántico, se formaron 15 tormentas tropicales con nombre, número que supera el promedio de unas diez. En agosto, se formaron ocho tormentas tropicales, lo que supone una nueva marca de tormentas con nombre para este mes estival. Desde 1995, se ha registrado un notable incremento del número de tormentas tropicales que se producen al año en la cuenca del Océano Atlántico. Nueve de las tormentas con nombre fueron clasificadas como huracanes. Seis de ellas eran graves (de categoría tres o superior en la escala Saffir Simpson). El huracán Charly fue el más destructivo de todos los huracanes que han azotado los Estados Unidos de América desde el huracán Andrew en 1992. En total, hubo nueve tormentas con nombre en los Estados Unidos de América y unos daños materiales por valor de 43.000 millones de dólares americanos.
En el Atlántico sur, el estado de la atmósfera y de la superficie del mar no favorecen la formación de huracanes. Sin embargo, en marzo del presente año, se formó un huracán de nombre Catarina en el Atlántico sur; es de hecho el primer huracán de que se tiene constancia en esta parte del planeta, desde los primeros registros de satélites geoestacionarios en 1966. Este huracán llegó a tierra por la costa sur de Brasil, en el Estado de Santa Catarina el 28 de marzo de 2004 y causó graves daños materiales y la pérdida de unas cuantas víctimas mortales.
En cambio, en el este del Pacífico norte disminuyó ligeramente la actividad de estos fenómenos naturales. Tan sólo se formaron 12 tormentas con nombre en lo que va de año, en comparación con el promedio de 16,4. De esas 12 tormentas, seis se convirtieron en huracanes y tres se calificaron como graves. En el noroeste del Pacífico, se formaron 27 tormentas con nombre, número que se aproxima al promedio de 26,7 del período de 1971 a 2000. Diecinueve de estas tormentas alcanzaron la intensidad de tifones. En Japón, diez ciclones tropicales superan este año la anterior marca de seis y cuentan con un saldo de 209 víctimas mortales y graves daños materiales.
Disminuye el tamaño del agujero de ozono en la Antártida
A finales de septiembre de este año, se registró el mayor tamaño del agujero de ozono (19,6 millones de km2). Excepto en 2002, cuando el agujero de la capa de ozono se dividió en dos a finales de septiembre, el agujero de ozono observado en octubre del presente año ha sido el más pequeño que se haya registrado desde hace más de diez años. En 2004, la capa de ozono se ha reconstituido a mediados de noviembre, antes de lo habitual.
Disminución de la capa de hielo del Ártico
La capa de hielo del mar Ártico sigue siendo muy inferior al promedio a largo plazo. En septiembre de 2004, la capa de hielo era aproximadamente un 13% inferior al promedio registrado entre 1973 y 2003. La información obtenida por satélite indica una disminución general de la capa de hielo del Ártico del 8% en los últimos 25 años.
Fuentes de información
La presente información preliminar para 2004 se fundamenta en observaciones realizadas hasta finales del mes de noviembre desde una red de estaciones meteorológicas de superficie, de buques y de boyas. Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales de los países Miembros de la OMM recogen y distribuyen permanentemente esos datos.
Cabe señalar que los análisis de la temperatura mundial efectuados por la OMM, que responden a una práctica ya establecida, se basan en dos conjuntos de datos conservados en el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y en la Unidad de Investigación sobre el Clima de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), así como en otros datos elaborados por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América. Los resultados de estos dos conjuntos de datos son comparables; en ambos casos se indica que 2004 será probablemente el cuarto año más caliente registrado a escala mundial.
La temperatura media en superficie a nivel mundial en 2004 será de +0,44° C superior a la media anual correspondiente al período 1961-1990 (14°C), según los registros disponibles en los países miembros de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Debido a ese incremento, el año 2004 será el cuarto año más cálido registrado en los anales de las temperaturas desde 1861, siendo sólo ligeramente inferior al valor de 2003 (+0,49°C) (17/12/04)
Sin embargo, los valores más elevados se registraron en 1998, cuando las temperaturas en la superficie fueron de +0,54°C superiores a la media de los últimos 30 años. Los últimos diez años (1995-2004), con la excepción de 1996, fueron entre los diez años más cálidos jamás registrados.
Si se calcula separadamente para ambos hemisferios, en 2004 las temperaturas en la superficie registradas en el hemisferio norte (+0,60°C) harán que este año sea probablemente el cuarto año más cálido y en el hemisferio sur
(+0,27°C) este año se situará en el quinto lugar, según la información registrada con instrumentos de 1861 hasta la fecha de hoy.
A nivel mundial, la anomalía de la temperatura del aire en la superficie terrestre correspondiente a octubre de 2004 fue la más elevada jamás registrada en un mes de octubre. El valor combinado de las temperaturas de la tierra y del mar en las regiones árticas (al norte de 70° N) en el mes de julio, así como el valor de la temperatura del aire en la superficie de la tierra en África, al sur del ecuador, para ese mismo mes, fueron los más elevados jamás registrados en julio. Las anomalías positivas significativas de la temperatura regional anual, en particular en muchas de las masas terrestres de Asia central, China, Alaska y el oeste de los Estados Unidos de América, así como en gran parte del Atlántico Norte, han provocando un aumento de la temperatura media en la superficie en todo el planeta.
Durante el siglo pasado, la temperatura en superficie a nivel mundial aumentó de más de 0,6°C. Las variaciones observadas de 1976 hasta la fecha son aproximadamente tres veces superiores a las que se han registrado en conjunto en los últimos 100 años. En el hemisferio norte, los años noventa han sido los más cálidos, con un aumento medio de 0,38°C. Sin embargo, durante los últimos cinco años (2000-2004) las temperaturas medias en superficie han sido mucho más elevadas (0,58°C).
Apreciables diferencias en las temperaturas regionales
Durante junio y julio, el sur de España, Portugal y Rumania fueron azotados por olas de calor, con temperaturas casi sin precedentes, que alcanzaron máximas de 40°C. En Japón, durante el verano persistieron condiciones sumamente cálidas, registrándose temperaturas máximas jamás observadas. En febrero, la parte oriental de Australia fue azotada por una ola de calor excepcional y en muchas partes del país las temperaturas máximas alcanzaron 45°C. La amplitud espacial y temporal de la ola de calor fue superior a cualquier otra observada en un mes de febrero. Una prolongada e intensa ola de calor en la parte norte de la India, durante la última semana de marzo, se saldó con más de 100 víctimas.
En julio, debido a condiciones anormalmente frías en el altiplano de los Andes al sur del Perú hubo que lamentar la pérdida de 92 vidas. En el sur de Asia, se ha atribuido a las temperaturas frías, que han prevalecido desde finales de diciembre de 2003, la muerte de 600 personas. Durante el mes de enero de 2004, se registraron temperaturas máximas y mínimas entre 6 y 10°C inferiores a las normales en el norte de la India y en Bangladesh.
Sequía prolongada en algunas regiones
A principios de 2004, la sequía continuó azotando la parte oriental de África del Sur, Mozambique, Lesotho y Swazilandia. Sin embargo, el aumento de las precipitaciones en la última mitad de la estación de lluvias fue relativamente beneficiosa para los cultivos en África austral. La estación de lluvias (de marzo a mayo) fue más corta y más seca de lo habitual en partes del Gran Cuerno de África, causando una prolongada sequía en esta región. En regiones aisladas del sur y en diversas partes de Uganda, la sequía alcanzó proporciones jamás registradas desde 1961. En Kenya, el fin prematuro del largo período de lluvias de 2004 agravó la sequía provocada por varios años de escasas precipitaciones en muchas regiones. De acuerdo con las previsiones, la producción de alimentos en Kenya fue aproximadamente 40% inferior a la normal. En Somalia, a pesar de las abundantes lluvias registradas en 2004, persisten también condiciones de sequía que prevalecen desde hace muchos años y amenazan la agricultura y la seguridad alimentaria en la región. En Eritrea, que lucha contra las consecuencias de la sequía desde hace casi cuatro años, las escasas precipitaciones durante los meses de marzo a mayo, contribuyeron a exacerbar los problemas relativos a la escasez de agua potable.
En la India, durante la estación del monzón estival (en el sudoeste del
país) de 2004 (de junio a septiembre) la precipitación fue inferior en 13% a los valores normales en todo el país, registrándose condiciones de sequía moderada en un 18% del país. En Pakistán, debido a las escasas lluvias caídas en julio y agosto se recrudeció el problema de la prolongada sequía que prevalecía desde la primavera boreal. En Afganistán, continuaron imperando en 2004 las condiciones de sequía que venían azotando al país durante los últimos cuatro años, debido a las escasas precipitaciones en los meses de marzo y abril. En el sur de China, persistieron las condiciones de sequía de agosto a octubre, provocando la peor sequía de los últimos 54 años en esa región.
En gran parte del sur y del este de Australia la sequía hidrológica se prolongó como consecuencia del déficit de lluvias en esa región, desde que se registró la grave sequía en ese país, de 2002 a 2003. En algunas zonas del oeste de los Estados Unidos de América prevalecieron las condiciones de sequía moderada a grave por quinto año consecutivo. La situación mejoró ligeramente en septiembre y octubre, aunque la prolongada sequía sigue azotando ciertas partes de esta región. Debido a las temperaturas veraniegas superiores a las normales y a las condiciones secas, en Alaska la superficie arrasada por incendios forestales alcanzó proporciones nunca vistas.
Abundantes precipitaciones e inundaciones en muchas otras regiones
En 2004, las precipitaciones fueron superiores a la media en todo el mundo, por lo que éste ha sido el año con el índice de humedad más elevado desde el año 2000. En el sur y el este de los Estados Unidos de América, en Europa oriental y en partes de Asia occidental, en Bangladesh, en Japón y en las costas del Brasil, se han registrado condiciones de humedad superiores a la media.
En Asia, el monzón de verano (de junio a septiembre) provocó fuertes lluvias e inundaciones en partes del norte de la India, Nepal y Bangladesh, causando millones de damnificados. En estos tres países las inundaciones causadas por las lluvias intensas provocadas por los monzones se cobraron unos 1.800 muertos. Las inundaciones en el noreste de la India (especialmente en los estados de Assam y Bihar) y en Bangladesh fueron las peores registradas en más de una década. En el este y el sur de China, las intensas lluvias caídas en junio y julio produjeron graves inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron a más de 100 millones de personas y ocasionaron más de mil muertos en todo el país. Las fuertes precipitaciones provocadas por el monzón en julio y agosto causaron inundaciones a lo largo de varios ríos en el noreste y en el centro de Tailandia. Como consecuencia de un intenso sistema de bajas presiones, el 5 de marzo se registraron nevadas sin precedente en Corea, con los consiguientes daños a la agricultura que superaron los 500 millones de dólares de los EE.UU. En octubre, azotaron Japón dos tifones y sistemas frontales activos que provocaron las precipitaciones más intensas jamás registradas. En octubre la precipitación mensual en Tokio fue de 780 mm, que es el valor más alto registrado desde 1876.
Los aludes de lodo y las inundaciones causados por las intensas lluvias registradas en diversas partes de Brasil en enero y a principios de febrero dejaron a decenas de miles de personas sin hogar y se cobraron 161 vidas. En enero, Perú y Bolivia también registraron tormentas de granizo, intensas precipitaciones e inundaciones, que se cobraron la vida de, al menos, 50 personas.
En Haití las lluvias torrenciales tras el paso del huracán Jeanne produjeron inundaciones desastrosas que provocaron la muerte de aproximadamente 3.000 personas. La catástrofe sobrevino a finales de mayo de 2004 tras las inundaciones y los deslizamientos de tierra de Haití y la República Dominicana, donde el balance fue de más de 2.000 muertos y varios miles de damnificados.
En la segunda quincena de noviembre y a principios de diciembre, tres tormentas tropicales y una depresión tropical que azotaron el sur y el centro de Filipinas se tradujeron en varios días de lluvias torrenciales, provocando inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos que, según los informes, se cobraron más de 1.100 vidas.
Las intensas lluvias caídas de mediados de enero a marzo en Angola provocaron crecidas de las cuencas fluviales, que atraviesan los países vecinos de Zambia, Bostwana y Namibia. Las graves inundaciones del río Zambezi, las peores desde 1958, pusieron en peligro a más de 20.000 personas en el noreste de Namibia y causaron daños importantes a los cultivos.
En Tasmania, Queensland y Nueva Gales del Sur se registraron precipitaciones excepcionalmente intensas a mediados de enero que provocaron inundaciones y daños materiales. En la región del Territorio del Norte de Australia se registró la temporada de lluvias más intensa jamás observada. En febrero, una serie de fuertes tormentas provocaron intensas precipitaciones e inundaciones que arrasaron el sur de la isla del norte de Nueva Zelanda.
La evolución de un episodio El Niño débil
A principios de 2004, las características de la temperatura de la superficie del mar y de la presión atmosférica a nivel del mar en el Pacífico tropical reflejaron unas condiciones de El Niño casi neutras. Sin embargo, la subida de la temperatura y la propagación anómala del calor hacia el este del centro y centro-este del Pacífico ecuatorial, entre julio y noviembre, indicaba ya la fase inicial de un episodio cálido de El Niño. A principios de noviembre, se registró desde la parte central hasta la parte oriental del Pacífico la anómala elevación de +1°C de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial. La temperatura de la superficie del mar en el extremo oriental del Pacífico tropical también aumentó hasta rebasar ligeramente los niveles medios. El índice de la oscilación austral Tahití-Darwin ha sido negativo desde junio de 2003, pero ha fluctuado considerablemente. Las condiciones atmosféricas del Pacífico tropical han seguido mostrando tan sólo unas débiles características de El Niño.
Un número de huracanes y tifones devastadores por encima de lo normal
Durante la temporada de huracanes del Atlántico, se formaron 15 tormentas tropicales con nombre, número que supera el promedio de unas diez. En agosto, se formaron ocho tormentas tropicales, lo que supone una nueva marca de tormentas con nombre para este mes estival. Desde 1995, se ha registrado un notable incremento del número de tormentas tropicales que se producen al año en la cuenca del Océano Atlántico. Nueve de las tormentas con nombre fueron clasificadas como huracanes. Seis de ellas eran graves (de categoría tres o superior en la escala Saffir Simpson). El huracán Charly fue el más destructivo de todos los huracanes que han azotado los Estados Unidos de América desde el huracán Andrew en 1992. En total, hubo nueve tormentas con nombre en los Estados Unidos de América y unos daños materiales por valor de 43.000 millones de dólares americanos.
En el Atlántico sur, el estado de la atmósfera y de la superficie del mar no favorecen la formación de huracanes. Sin embargo, en marzo del presente año, se formó un huracán de nombre Catarina en el Atlántico sur; es de hecho el primer huracán de que se tiene constancia en esta parte del planeta, desde los primeros registros de satélites geoestacionarios en 1966. Este huracán llegó a tierra por la costa sur de Brasil, en el Estado de Santa Catarina el 28 de marzo de 2004 y causó graves daños materiales y la pérdida de unas cuantas víctimas mortales.
En cambio, en el este del Pacífico norte disminuyó ligeramente la actividad de estos fenómenos naturales. Tan sólo se formaron 12 tormentas con nombre en lo que va de año, en comparación con el promedio de 16,4. De esas 12 tormentas, seis se convirtieron en huracanes y tres se calificaron como graves. En el noroeste del Pacífico, se formaron 27 tormentas con nombre, número que se aproxima al promedio de 26,7 del período de 1971 a 2000. Diecinueve de estas tormentas alcanzaron la intensidad de tifones. En Japón, diez ciclones tropicales superan este año la anterior marca de seis y cuentan con un saldo de 209 víctimas mortales y graves daños materiales.
Disminuye el tamaño del agujero de ozono en la Antártida
A finales de septiembre de este año, se registró el mayor tamaño del agujero de ozono (19,6 millones de km2). Excepto en 2002, cuando el agujero de la capa de ozono se dividió en dos a finales de septiembre, el agujero de ozono observado en octubre del presente año ha sido el más pequeño que se haya registrado desde hace más de diez años. En 2004, la capa de ozono se ha reconstituido a mediados de noviembre, antes de lo habitual.
Disminución de la capa de hielo del Ártico
La capa de hielo del mar Ártico sigue siendo muy inferior al promedio a largo plazo. En septiembre de 2004, la capa de hielo era aproximadamente un 13% inferior al promedio registrado entre 1973 y 2003. La información obtenida por satélite indica una disminución general de la capa de hielo del Ártico del 8% en los últimos 25 años.
Fuentes de información
La presente información preliminar para 2004 se fundamenta en observaciones realizadas hasta finales del mes de noviembre desde una red de estaciones meteorológicas de superficie, de buques y de boyas. Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales de los países Miembros de la OMM recogen y distribuyen permanentemente esos datos.
Cabe señalar que los análisis de la temperatura mundial efectuados por la OMM, que responden a una práctica ya establecida, se basan en dos conjuntos de datos conservados en el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y en la Unidad de Investigación sobre el Clima de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), así como en otros datos elaborados por la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América. Los resultados de estos dos conjuntos de datos son comparables; en ambos casos se indica que 2004 será probablemente el cuarto año más caliente registrado a escala mundial.
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