España será uno de los países más vulnerables al cambio climático
Raúl Casado
Noticias 24horas
España será uno de los países más vulnerables al cambio climático, y según las previsiones más pesimistas, en el último tercio del siglo la temperatura media podría subir hasta siete grados en verano y el nivel del mar un metro, lo que haría desaparecer playas e inundar zonas construidas. Además del aumento de las temperaturas, el cambio climático provocará en España una disminución de las precipitaciones y de la disponibilidad de agua, una reducción de la productividad de las aguas pesqueras, desajustes entre animales predadores y sus presas, pérdida de biodiversidad, aumento de catástrofes naturales e importantes afecciones sobre la salud humana.
Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio sobre los impactos en España del cambio climático, elaborado por la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Macha y en el que han colaborado 400 investigadores. La evaluación ha sido presentada hoy en Madrid, en vísperas de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático, por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona y el catedrático de Ecología José Manuel Moreno, coordinador del informe.
El estudio plantea dos escenarios posibles: uno basado en que las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero sean en 2100 un 120 por ciento superiores a las actuales; y otro basado en que esas emisiones aumenten a un ritmo menor y al final del siglo sean "sólo" el doble que en la actualidad. En el interior peninsular, las temperaturas aumentarán entre 5 y 7 grados en verano y entre 3 y 4 en invierno, según el escenario más pesimista, y un grado menos intenso según el otro escenario.
En la periferia de la península y en Baleares, el calentamiento será dos grados menor que en el interior, y en Canarias tres grados menor en verano y dos grados menor en invierno. Más heterogéneos son los cambios que afectarán a las precipitaciones, ya que en invierno es previsible que aumenten en el noroeste y disminuyan en el sureste, aunque en verano el descenso es "máximo" en todo el territorio excepto en Canarias. Aumentarán además muy significativamente (excepto en Baleares y Canarias) los días con temperaturas máximas extremas, y disminuirán los días que registren mínimas extremas.
Disminución de las precipitaciones del 8 por ciento
El estudio pone de manifiesto que el cambio climático afectará de una forma muy diferente a los ecosistemas de la región atlántica y a los de la región mediterránea, ya que en los primeros la subida de temperaturas puede ir acompañado de un aumento de la productividad y en los segundos la menor disminución de agua provocará que se reduzca esa competitividad. El calentamiento que sufrirá España afectará también a animales y plantas, ya que favorecerá la expansión de las especies invasoras, y algunos ecosistemas acuáticos continentales pasarán de ser permanentes a estacionales y otros desaparecerán.
Los cambios que sufrirán esos ecosistemas acuáticos afectarán a la conservación ambiental y a sectores como el turismo, la protección ambiental, el abastecimiento de agua o la pesca continental, y en los ecosistemas marinos se prevé una reducción de la productividad de las aguas. Además de desajustes entre animales predadores y sus presas, el cambio climático alterará la actividad de algunas especies (migraciones o reproducción) y puede producir una mayor virulencia de parásitos y un aumento de las poblaciones de especies invasoras.
El estudio plantea que un aumento de la temperatura de 2,5 grados y una disminución de las precipitaciones del 8 por ciento en el horizonte de 2060 provocarán una reducción media de los recursos hídricos del 17 por ciento, y este impacto será más severo en las cuencas del Guadiana, Canarias, Segura, Júcar, Guadalquivir, Sur y Baleares.
Los principales problemas en las zonas costeras están relacionados con el posible ascenso del nivel medio del mar, ya que es previsible que éste aumente entre 10 y 68 centímetros, aunque según el escenario más pesimista el nivel podría crecer un metro. Las zonas más vulnerables serán los deltas y podrían causar la pérdida de un importante número de playas sobre todo en el Cantábrico, así como la inundación de buena parte de las zonas bajas costeras (como el delta del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor o la costa de Doñana) que pueden estar construidas.
El estudio analiza además los riesgos naturales como consecuencia del cambio climático, y cita entre otros el de crecidas fluviales, la mayor inestabilidad de las laderas y el consiguiente riesgo de aludes y corrimientos de tierras y el aumento del riesgo de incendios forestales. Entre los efectos sobre la salud humana, los investigadores auguran un aumento de la mortalidad a causa de las olas de calor, que serán más frecuentes y más intensas, y es previsible un aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos (dengue o malaria) o por garrapatas (encefalitis), así como un agravamiento de los problemas de salud causados por las altas concentraciones de contaminación en la atmósfera.
JOSÉ MANUEL MORENO, DIRECTOR DEL ESTUDIO
El problema del cambio climático "es de ayer, no de mañana"; "debemos prepararnos para vivir con el cambio climático"
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, abogó hoy por combatir "la ignorancia" frente a los efectos que provocará el cambio climático, pero también el "fatalismo y la desidia" para que todos los ámbitos de la administración y el sector privado se involucren en la lucha contra esos efectos. Narbona presidió hoy en Madrid el acto de presentación de un informe que evalúa los impactos en España del cambio climático, y que concluye que éste será uno de los países más vulnerables al cambio climático.
La ministra valoró que este tipo de informes contribuyan a concienciar a los ciudadanos de que los efectos del cambio climático "no son una visión catastrofista de movimientos ecologistas". Incidió además en la importancia de combatir las reacciones de "fatalismo y desidia" de quienes piensen que "ya nada se puede hacer", y subrayó en ese sentido que la lucha contra el cambio climático se debe unir a todas las políticas (agraria, pesquera, urbanística, turísticas, energética o de aguas).
Para tratar de reducir los efectos del cambio climático, la ministra subrayó también la importancia de sustituir progresivamente los combustibles fósiles por fuentes energéticas limpias, y por cambiar los hábitos de producción energética y de consumo. Destacó la utilidad de este informe como "herramienta de conocimiento" de los efectos del cambio climático, y tras considerar que la comunidad científica española ha demostrado estar a la altura del desafío que comporta, apeló a la clase política y a la ciudadanía para demostrar que también lo están.
Narbona dijo que en la lucha contra el cambio climático no es suficiente implementar políticas de adaptación sino que es necesario además reducir la desigualdad social, y citó como ejemplo que ante fenómenos como el de una ola de calor los que más la padecen son aquellas personas sin recursos económicos para dotarse de equipos de aire acondicionado.
El director del estudio sobre los efectos del cambio climático en España, José Manuel Moreno, concluyó hoy, tras presentar los resultados del informe en el Ministerio de Medio Ambiente, que el problema del cambio climático "es de ayer, no de mañana", y aseveró que las políticas "no pueden ignorar esta realidad".
Moreno, catedrático de Ecología en la Universidad de Castilla-La Mancha, dijo que los efectos son ya palpables y "debemos prepararnos para vivir con el cambio climático". Observó, por ejemplo, que aunque científica y taxativamente no se puede asegurar que la ola de calor de 2003 fuera consecuencia del cambio climático, sí se estima con un margen de acierto del ochenta por cierto que fue así.
El turismo se irá más al norte
La previsible elevación del mar a causa del cambio climático puede amenazar la localización de ciertas infraestructuras y asentamiento turísticos actuales así como los destinos y períodos de vacaciones, según un informe sobre cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente publicado hoy. En el documento, en donde se incluyen las principales conclusiones de la evaluación preliminar de los impactos en España por cambio climático, elaborado por la Oficina España de Cambio Climático, se precisa que "la elevación del nivel del mar amenazaría la localización de determinados asentamientos turísticos y de sus infraestructuras".
El impacto del cambio climático afectaría en primer lugar al espacio geográfico-turístico, mientras que el incremento de temperaturas puede modificar los calendarios de actividad aumentando los viajes en las interestaciones. Según el documento, los turistas pueden disminuir la estancia media en cada destino, retrasar el momento de la decisión del viaje y cambiar la dirección de sus visitas hacia otros lugares: los turistas extranjeros quedándose en sus propios países y los nacionales con desplazamientos hacia las costas del norte o el interior.
Las principales medidas de mitigación incluirían ayudas públicas de tipo financiero o fiscal en inversiones en infraestructuras específicas así como la modificación de la legislación existente en materia de ordenación y delimitación del territorio y sus usos, de transporte e incluso de calendario escolar. Puede ser necesaria la reconversión de determinados destinos y productos turísticos tradicionales y la investigación en materias como el diseño de modelos de gestión para optimizar las principales opciones adaptativas y las implicaciones en las políticas turísticas.
Según el documento, "esto supone abrir y mantener una línea específica de financiación de proyectos de investigación, con programas explícitos sobre este tema, que se integre en el Plan Nacional de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación)".
Las temperaturas más suaves en invierno permitirán mayores productividades en esta época, compensando las pérdidas de otras estaciones
Más estrés térmico en el sur y sureste
El aumento en la temperatura del aire y de la concentración de CO2 así como los cambios en las precipitaciones estacionales pueden afectar positivamente a la agricultura española y no sólo de forma negativa, según un informe sobre cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente publicado hoy. En el documento, donde se incluyen las principales conclusiones de la evaluación preliminar de los impactos en España por cambio climático elaborado por la Oficina España de Cambio Climático, se precisa que los efectos de ese fenómeno serán "contrapuestos y no uniformes en las regiones españolas".
Esto es, mientras que en alguna zonas los efectos para algunos cultivos pueden ser negativos, en otras, pueden ser incluso positivos. El efecto negativo de las altas temperaturas o menores precipitaciones puede verse compensado por las mayores tasas fotosintéticas debido al incremento de CO2. Por otro lado, según el documento, las temperaturas más suaves en invierno permitirán mayores productividades en esta época, compensando las pérdidas de otras estaciones.
Los aumentos de temperatura pueden aumentar la demanda evapotranspirativa de los cultivos, incrementándose las necesidades de riego en algunos casos. En el sur y sureste de España la demanda de agua se incrementará siendo el estrés térmico más frecuente. El incremento de la frecuencia de años extremos complicará el manejo de cultivos y requerirá un análisis detallado del impacto del cambio climático sobre la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
La distribución y alcance de las plagas y enfermedades de los cultivos de importancia económica puede variar y la modificación de las temperaturas puede producir el desplazamiento a latitudes mayores de algunas enfermedades. Desde el punto de vista de sanidad animal, cabe esperar que los efectos del cambio climático se observen en todos aquellos procesos parasitarios e infecciosos cuyos agentes etiológicos o sus vectores, tengan una estrecha relación con el clima.
En cuanto a las zonas costeras españolas, los principales problemas del cambio climático se relacionan con el posible ascenso del nivel medio del mar. Las proyecciones de los modelos varían entre 10 y 68 centímetros para final de siglo. Para finales de siglo, es razonable esperar un aumento de 50 centímetros en ese nivel medio del mar, con 1 metro como escenario más pesimista. Esto podrá causar pérdidas de un número importante de playas, sobre todo en el Cantábrico. Buena parte de las zonas bajas costeras se inundarán (deltas del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor, costa de Doñana), parte de las cuales puede estar construida.
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España será uno de los países más vulnerables al cambio climático, y según las previsiones más pesimistas, en el último tercio del siglo la temperatura media podría subir hasta siete grados en verano y el nivel del mar un metro, lo que haría desaparecer playas e inundar zonas construidas. Además del aumento de las temperaturas, el cambio climático provocará en España una disminución de las precipitaciones y de la disponibilidad de agua, una reducción de la productividad de las aguas pesqueras, desajustes entre animales predadores y sus presas, pérdida de biodiversidad, aumento de catástrofes naturales e importantes afecciones sobre la salud humana.
Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio sobre los impactos en España del cambio climático, elaborado por la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Macha y en el que han colaborado 400 investigadores. La evaluación ha sido presentada hoy en Madrid, en vísperas de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático, por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona y el catedrático de Ecología José Manuel Moreno, coordinador del informe.
El estudio plantea dos escenarios posibles: uno basado en que las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero sean en 2100 un 120 por ciento superiores a las actuales; y otro basado en que esas emisiones aumenten a un ritmo menor y al final del siglo sean "sólo" el doble que en la actualidad. En el interior peninsular, las temperaturas aumentarán entre 5 y 7 grados en verano y entre 3 y 4 en invierno, según el escenario más pesimista, y un grado menos intenso según el otro escenario.
En la periferia de la península y en Baleares, el calentamiento será dos grados menor que en el interior, y en Canarias tres grados menor en verano y dos grados menor en invierno. Más heterogéneos son los cambios que afectarán a las precipitaciones, ya que en invierno es previsible que aumenten en el noroeste y disminuyan en el sureste, aunque en verano el descenso es "máximo" en todo el territorio excepto en Canarias. Aumentarán además muy significativamente (excepto en Baleares y Canarias) los días con temperaturas máximas extremas, y disminuirán los días que registren mínimas extremas.
Disminución de las precipitaciones del 8 por ciento
El estudio pone de manifiesto que el cambio climático afectará de una forma muy diferente a los ecosistemas de la región atlántica y a los de la región mediterránea, ya que en los primeros la subida de temperaturas puede ir acompañado de un aumento de la productividad y en los segundos la menor disminución de agua provocará que se reduzca esa competitividad. El calentamiento que sufrirá España afectará también a animales y plantas, ya que favorecerá la expansión de las especies invasoras, y algunos ecosistemas acuáticos continentales pasarán de ser permanentes a estacionales y otros desaparecerán.
Los cambios que sufrirán esos ecosistemas acuáticos afectarán a la conservación ambiental y a sectores como el turismo, la protección ambiental, el abastecimiento de agua o la pesca continental, y en los ecosistemas marinos se prevé una reducción de la productividad de las aguas. Además de desajustes entre animales predadores y sus presas, el cambio climático alterará la actividad de algunas especies (migraciones o reproducción) y puede producir una mayor virulencia de parásitos y un aumento de las poblaciones de especies invasoras.
El estudio plantea que un aumento de la temperatura de 2,5 grados y una disminución de las precipitaciones del 8 por ciento en el horizonte de 2060 provocarán una reducción media de los recursos hídricos del 17 por ciento, y este impacto será más severo en las cuencas del Guadiana, Canarias, Segura, Júcar, Guadalquivir, Sur y Baleares.
Los principales problemas en las zonas costeras están relacionados con el posible ascenso del nivel medio del mar, ya que es previsible que éste aumente entre 10 y 68 centímetros, aunque según el escenario más pesimista el nivel podría crecer un metro. Las zonas más vulnerables serán los deltas y podrían causar la pérdida de un importante número de playas sobre todo en el Cantábrico, así como la inundación de buena parte de las zonas bajas costeras (como el delta del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor o la costa de Doñana) que pueden estar construidas.
El estudio analiza además los riesgos naturales como consecuencia del cambio climático, y cita entre otros el de crecidas fluviales, la mayor inestabilidad de las laderas y el consiguiente riesgo de aludes y corrimientos de tierras y el aumento del riesgo de incendios forestales. Entre los efectos sobre la salud humana, los investigadores auguran un aumento de la mortalidad a causa de las olas de calor, que serán más frecuentes y más intensas, y es previsible un aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos (dengue o malaria) o por garrapatas (encefalitis), así como un agravamiento de los problemas de salud causados por las altas concentraciones de contaminación en la atmósfera.
JOSÉ MANUEL MORENO, DIRECTOR DEL ESTUDIO
El problema del cambio climático "es de ayer, no de mañana"; "debemos prepararnos para vivir con el cambio climático"
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, abogó hoy por combatir "la ignorancia" frente a los efectos que provocará el cambio climático, pero también el "fatalismo y la desidia" para que todos los ámbitos de la administración y el sector privado se involucren en la lucha contra esos efectos. Narbona presidió hoy en Madrid el acto de presentación de un informe que evalúa los impactos en España del cambio climático, y que concluye que éste será uno de los países más vulnerables al cambio climático.
La ministra valoró que este tipo de informes contribuyan a concienciar a los ciudadanos de que los efectos del cambio climático "no son una visión catastrofista de movimientos ecologistas". Incidió además en la importancia de combatir las reacciones de "fatalismo y desidia" de quienes piensen que "ya nada se puede hacer", y subrayó en ese sentido que la lucha contra el cambio climático se debe unir a todas las políticas (agraria, pesquera, urbanística, turísticas, energética o de aguas).
Para tratar de reducir los efectos del cambio climático, la ministra subrayó también la importancia de sustituir progresivamente los combustibles fósiles por fuentes energéticas limpias, y por cambiar los hábitos de producción energética y de consumo. Destacó la utilidad de este informe como "herramienta de conocimiento" de los efectos del cambio climático, y tras considerar que la comunidad científica española ha demostrado estar a la altura del desafío que comporta, apeló a la clase política y a la ciudadanía para demostrar que también lo están.
Narbona dijo que en la lucha contra el cambio climático no es suficiente implementar políticas de adaptación sino que es necesario además reducir la desigualdad social, y citó como ejemplo que ante fenómenos como el de una ola de calor los que más la padecen son aquellas personas sin recursos económicos para dotarse de equipos de aire acondicionado.
El director del estudio sobre los efectos del cambio climático en España, José Manuel Moreno, concluyó hoy, tras presentar los resultados del informe en el Ministerio de Medio Ambiente, que el problema del cambio climático "es de ayer, no de mañana", y aseveró que las políticas "no pueden ignorar esta realidad".
Moreno, catedrático de Ecología en la Universidad de Castilla-La Mancha, dijo que los efectos son ya palpables y "debemos prepararnos para vivir con el cambio climático". Observó, por ejemplo, que aunque científica y taxativamente no se puede asegurar que la ola de calor de 2003 fuera consecuencia del cambio climático, sí se estima con un margen de acierto del ochenta por cierto que fue así.
El turismo se irá más al norte
La previsible elevación del mar a causa del cambio climático puede amenazar la localización de ciertas infraestructuras y asentamiento turísticos actuales así como los destinos y períodos de vacaciones, según un informe sobre cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente publicado hoy. En el documento, en donde se incluyen las principales conclusiones de la evaluación preliminar de los impactos en España por cambio climático, elaborado por la Oficina España de Cambio Climático, se precisa que "la elevación del nivel del mar amenazaría la localización de determinados asentamientos turísticos y de sus infraestructuras".
El impacto del cambio climático afectaría en primer lugar al espacio geográfico-turístico, mientras que el incremento de temperaturas puede modificar los calendarios de actividad aumentando los viajes en las interestaciones. Según el documento, los turistas pueden disminuir la estancia media en cada destino, retrasar el momento de la decisión del viaje y cambiar la dirección de sus visitas hacia otros lugares: los turistas extranjeros quedándose en sus propios países y los nacionales con desplazamientos hacia las costas del norte o el interior.
Las principales medidas de mitigación incluirían ayudas públicas de tipo financiero o fiscal en inversiones en infraestructuras específicas así como la modificación de la legislación existente en materia de ordenación y delimitación del territorio y sus usos, de transporte e incluso de calendario escolar. Puede ser necesaria la reconversión de determinados destinos y productos turísticos tradicionales y la investigación en materias como el diseño de modelos de gestión para optimizar las principales opciones adaptativas y las implicaciones en las políticas turísticas.
Según el documento, "esto supone abrir y mantener una línea específica de financiación de proyectos de investigación, con programas explícitos sobre este tema, que se integre en el Plan Nacional de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación)".
Las temperaturas más suaves en invierno permitirán mayores productividades en esta época, compensando las pérdidas de otras estaciones
Más estrés térmico en el sur y sureste
El aumento en la temperatura del aire y de la concentración de CO2 así como los cambios en las precipitaciones estacionales pueden afectar positivamente a la agricultura española y no sólo de forma negativa, según un informe sobre cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente publicado hoy. En el documento, donde se incluyen las principales conclusiones de la evaluación preliminar de los impactos en España por cambio climático elaborado por la Oficina España de Cambio Climático, se precisa que los efectos de ese fenómeno serán "contrapuestos y no uniformes en las regiones españolas".
Esto es, mientras que en alguna zonas los efectos para algunos cultivos pueden ser negativos, en otras, pueden ser incluso positivos. El efecto negativo de las altas temperaturas o menores precipitaciones puede verse compensado por las mayores tasas fotosintéticas debido al incremento de CO2. Por otro lado, según el documento, las temperaturas más suaves en invierno permitirán mayores productividades en esta época, compensando las pérdidas de otras estaciones.
Los aumentos de temperatura pueden aumentar la demanda evapotranspirativa de los cultivos, incrementándose las necesidades de riego en algunos casos. En el sur y sureste de España la demanda de agua se incrementará siendo el estrés térmico más frecuente. El incremento de la frecuencia de años extremos complicará el manejo de cultivos y requerirá un análisis detallado del impacto del cambio climático sobre la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
La distribución y alcance de las plagas y enfermedades de los cultivos de importancia económica puede variar y la modificación de las temperaturas puede producir el desplazamiento a latitudes mayores de algunas enfermedades. Desde el punto de vista de sanidad animal, cabe esperar que los efectos del cambio climático se observen en todos aquellos procesos parasitarios e infecciosos cuyos agentes etiológicos o sus vectores, tengan una estrecha relación con el clima.
En cuanto a las zonas costeras españolas, los principales problemas del cambio climático se relacionan con el posible ascenso del nivel medio del mar. Las proyecciones de los modelos varían entre 10 y 68 centímetros para final de siglo. Para finales de siglo, es razonable esperar un aumento de 50 centímetros en ese nivel medio del mar, con 1 metro como escenario más pesimista. Esto podrá causar pérdidas de un número importante de playas, sobre todo en el Cantábrico. Buena parte de las zonas bajas costeras se inundarán (deltas del Ebro, Llobregat, Manga del Mar Menor, costa de Doñana), parte de las cuales puede estar construida.
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