Las enfermedades infecciosas prosperan donde se degrada el medio ambiente
6 may (Noticias 24 horas)
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en estas circunstancias se promueven las condiciones bajo las que nuevos y viejos patógenos bacterias, virus y microorganismos causantes de enfermedades- pueden desarrollarse. El PNUMA ha constatado que los hábitats que permanecen intactos tienen a contener a los agentes infecciosos, mientras que donde han sido dañados, alterados y degradados se pierde este balance natural y se propagan en las personas enfermedades tradicionales y otras nuevas.
Según el PNUMA, esta situación también podría estar vinculada al cambio climático, que puede alterar las temperaturas favoreciendo a portadores como los mosquitos. La Organización Mundial de la Salud ha apuntado la aparición de al menos 30 nuevas enfermedades en las últimas dos décadas y que amenazan la salud de miles de millones de personas.
Como pruebas de esta relación entre salud pública y medio ambiente, la ONU apunta varios datos:
- Un equipo de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos concluyó que incluso un aumento del 1% en la deforestación en Perú aumenta en un 8% los mosquitos que transmiten la malaria. Los mosquitos pueden transmitir más de un centenar de virus conocidos a los humanos, entre ellos el dengue, la fiebre amarilla y también las letales encefalitis y las fiebres hemorrágicas.
- La urbanización rápida y sin planificar es la principal causa del auge del dengue, que ha pasado de menos de 1.000 casos anuales en los años 50 a amenazar a 2,5 millones de personas actualmente.
- El virus Nipah, altamente patógeno, hasta hace poco tiempo sólo se encontraba en los murciélagos de la fruta en Indonesia y Malasia. Según el PNUMA, los incendios forestales en Sumatra y la deforestación en Malasia ha empujado a estos murciélagos ha acercarse a los cerdos domésticos, lo que permitió el contagio de este virus entre los granjeros a finales de los 90.
- Un estudio realizado sobre las minas de gemas en Sri Lanka concluye que los pozos poco profundos abandonados por los mineros son perfectos lugares de cría para los mosquitos y epicentros para el desarrollo de la malaria.
En Estados Unidos el estudio de los casos de la enfermedad de Lyme en Nueva York y Connecticut lo vinculan el desarrollo urbano hacia áreas forestales donde viven los ciervos que portan esta enfermedad.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en estas circunstancias se promueven las condiciones bajo las que nuevos y viejos patógenos bacterias, virus y microorganismos causantes de enfermedades- pueden desarrollarse. El PNUMA ha constatado que los hábitats que permanecen intactos tienen a contener a los agentes infecciosos, mientras que donde han sido dañados, alterados y degradados se pierde este balance natural y se propagan en las personas enfermedades tradicionales y otras nuevas.
Según el PNUMA, esta situación también podría estar vinculada al cambio climático, que puede alterar las temperaturas favoreciendo a portadores como los mosquitos. La Organización Mundial de la Salud ha apuntado la aparición de al menos 30 nuevas enfermedades en las últimas dos décadas y que amenazan la salud de miles de millones de personas.
Como pruebas de esta relación entre salud pública y medio ambiente, la ONU apunta varios datos:
- Un equipo de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos concluyó que incluso un aumento del 1% en la deforestación en Perú aumenta en un 8% los mosquitos que transmiten la malaria. Los mosquitos pueden transmitir más de un centenar de virus conocidos a los humanos, entre ellos el dengue, la fiebre amarilla y también las letales encefalitis y las fiebres hemorrágicas.
- La urbanización rápida y sin planificar es la principal causa del auge del dengue, que ha pasado de menos de 1.000 casos anuales en los años 50 a amenazar a 2,5 millones de personas actualmente.
- El virus Nipah, altamente patógeno, hasta hace poco tiempo sólo se encontraba en los murciélagos de la fruta en Indonesia y Malasia. Según el PNUMA, los incendios forestales en Sumatra y la deforestación en Malasia ha empujado a estos murciélagos ha acercarse a los cerdos domésticos, lo que permitió el contagio de este virus entre los granjeros a finales de los 90.
- Un estudio realizado sobre las minas de gemas en Sri Lanka concluye que los pozos poco profundos abandonados por los mineros son perfectos lugares de cría para los mosquitos y epicentros para el desarrollo de la malaria.
En Estados Unidos el estudio de los casos de la enfermedad de Lyme en Nueva York y Connecticut lo vinculan el desarrollo urbano hacia áreas forestales donde viven los ciervos que portan esta enfermedad.
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