Pitufo alado en extinción
Pitufo alado en extinción
ANÍBAL RAMÍREZ. La Provincia.es
Gran Canaria ha relegado a los confines de Inagua los últimos
200 ejemplares de su ave más singular, el pinzón azul. Hace dos
años se declaró en peligro de extinción y sus posibilidades de
supervivencia son mínimas. El Gobierno canario acaba de aprobar
un plan para su recuperación e impulsar las labores de conservación
que se desarrollan desde 1991.
El pinzón azul fue descubierto en Tenerife en 1842 pero en 1905
el naturalista J. Polatzek encuentra en los pinares de Inagua,
Ojeda y Pajonales una nueva subespecie (Fringilla teydea polatzeki),
más pequeña, con bandas blancas en sus alas y un color azul menos
intenso en los machos.
Desde su descubrimiento hasta 1991 en que la Administración autonómica
emprende labores para su conservación, es decir 86 años, este
pájaro asociado al pinar queda en la penumbra de la historia
sin ningún tipo de seguimiento ni atención.
El devenir del pinzón azul grancanario está asociado con el de
los pinares de la Isla que se han visto mermados en más de un
80% con respecto a su superficie potencial.
El plan de recuperación expone que otro de los factores de amenaza
en el pasado fue el de la captura de ejemplares con destino a
los museos de historia natural tras su descubrimiento.
"La captura de un importante número de ejemplares (94) por parte
de varios naturalistas extranjeros destinados a las colecciones
de museos de historia natural mermó de manera importante la única
población conocida entonces, la de los pinares de Inagua, Ojeda
y Pajonales. Como dato significativo, cabe resaltar la cifra
de 76 ejemplares capturados por von Thanner en 1909 en un periodo
de tiempo relativamente corto, tan sólo cuatro meses".
Con posterioridad, en 1985 se hace una referencia a una matanza
de pinzones en estos pinares entre la década de los 40 y los
50; no obstante, la única prueba es la existencia de una foto
con 4 individuos disecados en 1948 en la Escuela Superior de
Ingenieros Forestales de Madrid, desconociéndose el número real
de ejemplares capturados en esos años.
En los estudios de campo realizados en los últimos años, la población
del Fringilla teydea polatzeki se estima en unos 200 ejemplares
localizados en los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales y algunos
ejemplares en Tamadaba.
El grado de amenaza es tal que el propio plan de recuperación
señala que "el reducido tamaño de la población incide en una
limitada probabilidad de supervivencia", que de acuerdo con los
modelos técnicos "es de 22,9 en los próximos 20 años" y apostilla
que "en las últimas décadas se ha registrado reducción del hábitat
de la especie".
Los estudios realizados de 1991 en adelante, gracias a su financiación
a través del proyecto europeo Life, tampoco son nada optimistas
ante la situación genética y de reprodución de la especie endémica.
AMENAZAS ACTUALES. Además, los factores de amenaza actuales pueden
dar al traste con su supervivencia. En primer lugar, su propio
hábitat dada su escasa dimensión y la profusa fragmentación que
presenta el pinar grancanario. Los primeros datos recogidos en
1865 estimaban en unas 6.298 hectáreas la superficie de los pinares
de Inagua, Ojeda y Pajonales. A principios del siglo XX, la superficie
se vio mermada en un 57% y se situó en unas 3.610 hectáreas.
Estos pinares siguieron su descenso, pero con las repoblaciones
realizadas se han establecido en 3.356 hectáreas.
Pero son los incendios forestales la amenaza que puede acabar
con el pinzón azul de Gran Canaria. "Es evidente que si se produjese
en los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales un incendio con dimensiones
similares a los ocurridos en las islas como Tenerife o La Palma,
donde han alcanzado entre 2.000 y 5.000 hectáreas, la supervivencia
del pinzón azul se vería seriamente comprometida, pudiendo llegar
a extinguirse".
ANÍBAL RAMÍREZ. La Provincia.es
Gran Canaria ha relegado a los confines de Inagua los últimos
200 ejemplares de su ave más singular, el pinzón azul. Hace dos
años se declaró en peligro de extinción y sus posibilidades de
supervivencia son mínimas. El Gobierno canario acaba de aprobar
un plan para su recuperación e impulsar las labores de conservación
que se desarrollan desde 1991.
El pinzón azul fue descubierto en Tenerife en 1842 pero en 1905
el naturalista J. Polatzek encuentra en los pinares de Inagua,
Ojeda y Pajonales una nueva subespecie (Fringilla teydea polatzeki),
más pequeña, con bandas blancas en sus alas y un color azul menos
intenso en los machos.
Desde su descubrimiento hasta 1991 en que la Administración autonómica
emprende labores para su conservación, es decir 86 años, este
pájaro asociado al pinar queda en la penumbra de la historia
sin ningún tipo de seguimiento ni atención.
El devenir del pinzón azul grancanario está asociado con el de
los pinares de la Isla que se han visto mermados en más de un
80% con respecto a su superficie potencial.
El plan de recuperación expone que otro de los factores de amenaza
en el pasado fue el de la captura de ejemplares con destino a
los museos de historia natural tras su descubrimiento.
"La captura de un importante número de ejemplares (94) por parte
de varios naturalistas extranjeros destinados a las colecciones
de museos de historia natural mermó de manera importante la única
población conocida entonces, la de los pinares de Inagua, Ojeda
y Pajonales. Como dato significativo, cabe resaltar la cifra
de 76 ejemplares capturados por von Thanner en 1909 en un periodo
de tiempo relativamente corto, tan sólo cuatro meses".
Con posterioridad, en 1985 se hace una referencia a una matanza
de pinzones en estos pinares entre la década de los 40 y los
50; no obstante, la única prueba es la existencia de una foto
con 4 individuos disecados en 1948 en la Escuela Superior de
Ingenieros Forestales de Madrid, desconociéndose el número real
de ejemplares capturados en esos años.
En los estudios de campo realizados en los últimos años, la población
del Fringilla teydea polatzeki se estima en unos 200 ejemplares
localizados en los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales y algunos
ejemplares en Tamadaba.
El grado de amenaza es tal que el propio plan de recuperación
señala que "el reducido tamaño de la población incide en una
limitada probabilidad de supervivencia", que de acuerdo con los
modelos técnicos "es de 22,9 en los próximos 20 años" y apostilla
que "en las últimas décadas se ha registrado reducción del hábitat
de la especie".
Los estudios realizados de 1991 en adelante, gracias a su financiación
a través del proyecto europeo Life, tampoco son nada optimistas
ante la situación genética y de reprodución de la especie endémica.
AMENAZAS ACTUALES. Además, los factores de amenaza actuales pueden
dar al traste con su supervivencia. En primer lugar, su propio
hábitat dada su escasa dimensión y la profusa fragmentación que
presenta el pinar grancanario. Los primeros datos recogidos en
1865 estimaban en unas 6.298 hectáreas la superficie de los pinares
de Inagua, Ojeda y Pajonales. A principios del siglo XX, la superficie
se vio mermada en un 57% y se situó en unas 3.610 hectáreas.
Estos pinares siguieron su descenso, pero con las repoblaciones
realizadas se han establecido en 3.356 hectáreas.
Pero son los incendios forestales la amenaza que puede acabar
con el pinzón azul de Gran Canaria. "Es evidente que si se produjese
en los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales un incendio con dimensiones
similares a los ocurridos en las islas como Tenerife o La Palma,
donde han alcanzado entre 2.000 y 5.000 hectáreas, la supervivencia
del pinzón azul se vería seriamente comprometida, pudiendo llegar
a extinguirse".
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anonymous -