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TURCÓN - Ecologistas en acción

Lona y esparto

Lona y esparto Raúl García Brink
Augusto Hidalgo Macario

Ben Magec-Ecologistas en Acción

La semana pasada publicaba Buenaventura Rodríguez Rivero el artículo Ecologismo de alpargata en este mismo medio de comunicación. A nuestro entender los argumentos que esgrimió su autor son manipuladores y parciales, más interesados en desacreditar de una manera burda y ramplona al movimiento ecologista que en realizar una crítica fundamentada y constructiva. Tampoco nos extraña este tipo de ataques malintencionados, puesto que desde hace algún tiempo se vienen repitiendo desde diferentes sectores ante el nerviosismo suscitado por la posibilidad de que la UE decida no financiar los macroproyectos previstos para Arinaga y Granadilla.

Esta ofensiva no se ha dirigido únicamente contra las organizaciones
ecologistas, sino que ha tenido como objetivo último desprestigiar a todos
aquellos que de una u otra manera han mostrado su desacuerdo con dichos
proyectos: desde movimientos vecinales hasta técnicos y profesores o
corporaciones locales.

Volviendo al artículo que nos ocupa, la tesis fundamental de su autor consiste
en establecer una vinculación entre la extrema izquierda y Ben Magec- Ecologistas en Acción (EA) a partir de un hecho más que discutible: que Ben
Magec-EA sólo denuncia a las instituciones públicas, mientras que los
ciudadanos corrientes y molientes causantes de infracciones medioambientales
reciben un tratamiento de “guante blanco”. Sin embargo, la realidad es bien
distinta. Sin ir más lejos hace unos meses Ben Magec-EA presentó en ambas
provincias una denuncia ante la Agencia de Protección del Medio Urbano y
Natural contra un buen número de viviendas ilegales, a sabiendas de que
seguramente dicha acción no se encuadraba dentro de lo que muchos
considerarían como lo políticamente correcto.

Además, nos llama la atención la poca memoria histórica del autor durante
buena parte de sus razonamientos, especialmente los referidos a la pesca
intensiva que ha sufrido la costa del sur de Tenerife, cuando una de las
campañas más importantes que ha realizado Ben Magec-EA en los últimos tiempos – con spot televisivo incluido- se denominó En Defensa de Nuestro Mar y Litoral,
denunciándose en ella la esquilmación de nuestras costas por causa de la
sobrepesca. Y todas estas falsas premisas se encuentran al servicio de una
conclusión poco consistente como es la de identificar a Ben Magec-EA como “un
grupo antisistema que persigue fines políticos ligados a la extrema
izquierda”. ¿Es que acaso se puede considerar “antisistema” luchar por el
cumplimiento de las leyes medioambientales? Desde nuestro punto de vista, la
situación debe ser examinada desde la perspectiva inversa: exigir el
cumplimiento de las leyes y defender nuestro patrimonio medioambiental
significa velar por la buena salud del Estado de Derecho, fomentar la
participación ciudadana e incorporar paulatinamente los valores de la
sostenibilidad –tal y como se estableció en las Cumbres de Río y Johannesburgo- al debate social y político de Canarias.

Lo realmente importante es concienciarnos de que la Tierra es nuestra casa común y que su futuro, así
como la calidad de vida de las generaciones futuras, dependen de las
estrategias y acciones sostenibles que tanto a escala global como local
llevemos a cabo a corto y medio plazo.

Es por esto por lo que no vale hablar únicamente de los efectos, tal y como
hace el señor Rodríguez Rivero en su artículo. Claro que hemos sufrido un
desmedido crecimiento demográfico y una más que preocupante degradación
medioambiental en los últimos años. Pero es que los hechos no suelen
producirse de manera espontánea, sino que obedecen a múltiples causas que
debemos corregir, porque si bien es cierto que nuestro modelo desarrollista ha
mejorado el bienestar de la ciudadanía canaria en las últimas décadas, también
ha supuesto toda una serie de consecuencias negativas que necesariamente deben
ser tomadas en cuenta a la hora de decidir cuál es la Canarias que queremos
para el nuevo milenio.

Los ecologistas creemos firmemente en los valores democráticos y en los
derechos de tercera generación, es decir, para nosotros las personas y la
naturaleza no son una mercancía subordinada a los intereses económicos y
particulares, sino que son éstos los que se deben adaptar de manera
equilibrada a los intereses de la ciudadanía y al cuidado del Medio Ambiente.
Es por esto por lo que resulta ridículo y trasnochado el acusarnos de defender
a no sé qué extrema izquierda. Sinceramente, este tipo de afirmaciones nos
recuerdan a otros tiempos en los que cualquier opinión crítica era calificada
como producto de una conspiración judeo-masónica. Como cualquier otro
movimiento social, Ben Magec-EA es una organización plural en la que conviven
personas con diferentes sensibilidades ideológicas y políticas. Sin embargo,
estamos seguros de que a muchos de sus miembros les gustan las alpargatas por
lo que puedan tener de ecológicas: la lona de algodón, el esparto y su
tradición artesanal. Pues sí, a muchos nos gustan las alpargatas porque son
más sostenibles que otros tipos de calzado. ¿Y qué?.

3 comentarios

Juan -

En parte, hay que tener claro que los movimientos ecologistas podríamos hacer más, hay gente que habla mucho y hace poco y eso no es manera de actuar, si queremos que nuestra tierra no se vea invadida por completo por cemento, tb la gente que le gusta la ecología podríamos hacer algo más, por qué no crear viveros y plantar con especies protegidas, y hacer un inventario actualizado de lo plantado y dedicarse a cuidarlo, no basta con cuidar la naturaleza aquellos amantes de ellso deben potenciarla y más en una isla tan pelada como la que tenemos.

César -

Como militante socialista me alegro, aunque no tengo noticias de tales incorporaciones. Puede que estés equivocado, Ernesto.

Ernesto -

Muy buena la contestación. Me alegro de que los nuevos fichajes del PSOE defiendan de esta manera al movimiento ecológista.