Me pareció ver una linda serpiente
Canarias7, 28-8-2005
Una mañana cualquiera suena el teléfono de la Guardia Civil. Ring, ring, ring... Al otro lado del hilo, un policía local les dice entre asombrado y nervioso que hay una serpiente en el baño de la casa de una señora, en el barrio de Escaleritas de Las Palmas de Gran Canaria. Los efectivos del Seprona se ponen en marcha.
Esto ocurrió el 28 de diciembre de 2002 y es uno de los casos más raros que ha atendido el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil en Las Palmas.
Cuando llegaron a la vivienda se encontraron nada menos que una boa constrictor de un metro y 20 centímetros de longitud enroscada en la ventana del baño y en actitud amenazante hacia las personas que observaban al animal sin acercarse mucho. Hizo varios intentos de lanzarse contra los agentes, pero con paciencia y la ayuda de una red especial lograron capturarla. La mujer se quedó más tranquila, pero seguro que no ha vuelto a sentirse/sentarse relajada en su propio aseo. Ninguno de los vecinos de la nerviosa señora tenía un animal de estas características y dado que la ventana daba a un jardín público dedujeron que entró de la calle.
Proteger
El Seprona tiene la misión de velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente y de la protección de los animales amenazados o los que se encuentran en el convenio CITES. Éste regula el comercio internacional de especies salvajes y plantas para asegurarse de que este intercambio no amenaza su supervivencia. Y en los años que lleva funcionando el Seprona en Las Palmas les ha pasado casi de todo.
Normalmente los agentes no son los que capturan a los animales. «Cada animal tiene su peculiaridad y tanto por el bienestar del espécimen como el del agente solemos recurrir a los expertos del Centro de Recuperación de Flora y Fauna», comenta Luis Tejada, sargento jefe de la oficina técnica. Añade que en el caso de las serpientes en un principio no se sabe si son venenosas o no, «aunque hay un agente que las conoce muy bien y se atreve a cogerlas con sus propias manos».
Si se les pregunta a los agentes por los animales más extraños que han pasado por sus manos mencionan un buitre, un par de lémures, un mandril, un tigre e incluso un pingüino. Cada uno de estos especímenes tiene su propia historia, pero una de las más curiosas es la del buitre leonado.
Comenzó, como tantas otras, con una llamada de teléfono a la Guardia Civil, el 24 de noviembre de 2003. Un trabajador portuario avisó de que estaba seguro de haber visto un buitre leonado (especie en vías de extinción cuyo hábitat natural está en la Península) en un contenedor en el muelle de La Luz.
Al parecer, este ejemplar joven decidió que lo de volar para migrar era una pérdida de energía inútil y viajó desde Málaga a Gran Canaria en clase turista, en un contenedor que transportaba rollos de tubería y cuya parte superior estaba descubierta.
Las cifras
El pasado año, el Seprona capturó 62 aves, nueve primates, 33 reptiles (entre ellos, seis lagartos del Nilo) y 14 tortugas. En lo que va de 2005, se recuperaron dos monos totas y dos serpientes. Roberto Hernández, cabo primero del Seprona, recuerda el caso de un mono titi que se convirtió durante un rato en el motivo de diversión de la tripulación de un barco chino en La Luz. «Tiraban al mono por la borda y éste volvía a subir por la cadena», explica.
Los agentes les pidieron que les entregaran el animal, pero amparándose en las dificultades idiomáticas hacían oídos sordos. Finalmente, con un poco de mano izquierda, y pidiendo la documentación a alguno de los marineros en tierra, lograron que dejaran de marear al pobre animal y lo pusieran en manos del Seprona.
Lo que más capturan, no obstante, son aves exóticas y reptiles. Dicen que algunos de los pájaros ponen en serio peligro las especies autóctonas. «Antes sólo había pájaros de aquí, pero ahora el nido lo ocupa el más fuerte», añade Hernández. El Seprona también se ocupa de poner a salvo especies amenazas como el alcaraván. Con sus grandes ojos amarillos parece asustado y a la vez agradecido a los agentes más verdes de la Guardia Civil.
¡Qué susto!, caimanes en Lanzarote
Dos ejemplares de caimanes fueron capturados por el Servicio de Protección de la Naturaleza en Lanzarote. Con estas especies la problemática del Seprona es doble, ya que no disponen de centros específicos y especializados donde dejar en custodia los animales. En la mayoría de los casos los remiten a recintos tipo zoológicos, donde se les deja en custodia y saben que van a tener la atención apropiada.
Dificultades
Estos son algunos de los animales que ha capturado el Seprona. El buitre está en peligro de extinción y los reptiles protegidos por el CITES. Una de las dificultades que se encuentran los agentes del Seprona en su trabajo diario es que hay animales protegidos por el CITES que no tienen identificación. «Los reptiles no cuentan con microchip ni tatuaje ni se les anilla», añaden. Esto hace más difícil su trabajo, ya que animales como las iguanas se pueden comprar y vender y lo único que vincula al comprador es una factura.
En el caso de encontrar una iguana, que dicen que están recuperando en la calle un número muy elevado de estos reptiles, buscar al dueño que la dejó abandonada es como intentar encontrar una aguja en un pajar.
Una mañana cualquiera suena el teléfono de la Guardia Civil. Ring, ring, ring... Al otro lado del hilo, un policía local les dice entre asombrado y nervioso que hay una serpiente en el baño de la casa de una señora, en el barrio de Escaleritas de Las Palmas de Gran Canaria. Los efectivos del Seprona se ponen en marcha.
Esto ocurrió el 28 de diciembre de 2002 y es uno de los casos más raros que ha atendido el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil en Las Palmas.
Cuando llegaron a la vivienda se encontraron nada menos que una boa constrictor de un metro y 20 centímetros de longitud enroscada en la ventana del baño y en actitud amenazante hacia las personas que observaban al animal sin acercarse mucho. Hizo varios intentos de lanzarse contra los agentes, pero con paciencia y la ayuda de una red especial lograron capturarla. La mujer se quedó más tranquila, pero seguro que no ha vuelto a sentirse/sentarse relajada en su propio aseo. Ninguno de los vecinos de la nerviosa señora tenía un animal de estas características y dado que la ventana daba a un jardín público dedujeron que entró de la calle.
Proteger
El Seprona tiene la misión de velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente y de la protección de los animales amenazados o los que se encuentran en el convenio CITES. Éste regula el comercio internacional de especies salvajes y plantas para asegurarse de que este intercambio no amenaza su supervivencia. Y en los años que lleva funcionando el Seprona en Las Palmas les ha pasado casi de todo.
Normalmente los agentes no son los que capturan a los animales. «Cada animal tiene su peculiaridad y tanto por el bienestar del espécimen como el del agente solemos recurrir a los expertos del Centro de Recuperación de Flora y Fauna», comenta Luis Tejada, sargento jefe de la oficina técnica. Añade que en el caso de las serpientes en un principio no se sabe si son venenosas o no, «aunque hay un agente que las conoce muy bien y se atreve a cogerlas con sus propias manos».
Si se les pregunta a los agentes por los animales más extraños que han pasado por sus manos mencionan un buitre, un par de lémures, un mandril, un tigre e incluso un pingüino. Cada uno de estos especímenes tiene su propia historia, pero una de las más curiosas es la del buitre leonado.
Comenzó, como tantas otras, con una llamada de teléfono a la Guardia Civil, el 24 de noviembre de 2003. Un trabajador portuario avisó de que estaba seguro de haber visto un buitre leonado (especie en vías de extinción cuyo hábitat natural está en la Península) en un contenedor en el muelle de La Luz.
Al parecer, este ejemplar joven decidió que lo de volar para migrar era una pérdida de energía inútil y viajó desde Málaga a Gran Canaria en clase turista, en un contenedor que transportaba rollos de tubería y cuya parte superior estaba descubierta.
Las cifras
El pasado año, el Seprona capturó 62 aves, nueve primates, 33 reptiles (entre ellos, seis lagartos del Nilo) y 14 tortugas. En lo que va de 2005, se recuperaron dos monos totas y dos serpientes. Roberto Hernández, cabo primero del Seprona, recuerda el caso de un mono titi que se convirtió durante un rato en el motivo de diversión de la tripulación de un barco chino en La Luz. «Tiraban al mono por la borda y éste volvía a subir por la cadena», explica.
Los agentes les pidieron que les entregaran el animal, pero amparándose en las dificultades idiomáticas hacían oídos sordos. Finalmente, con un poco de mano izquierda, y pidiendo la documentación a alguno de los marineros en tierra, lograron que dejaran de marear al pobre animal y lo pusieran en manos del Seprona.
Lo que más capturan, no obstante, son aves exóticas y reptiles. Dicen que algunos de los pájaros ponen en serio peligro las especies autóctonas. «Antes sólo había pájaros de aquí, pero ahora el nido lo ocupa el más fuerte», añade Hernández. El Seprona también se ocupa de poner a salvo especies amenazas como el alcaraván. Con sus grandes ojos amarillos parece asustado y a la vez agradecido a los agentes más verdes de la Guardia Civil.
¡Qué susto!, caimanes en Lanzarote
Dos ejemplares de caimanes fueron capturados por el Servicio de Protección de la Naturaleza en Lanzarote. Con estas especies la problemática del Seprona es doble, ya que no disponen de centros específicos y especializados donde dejar en custodia los animales. En la mayoría de los casos los remiten a recintos tipo zoológicos, donde se les deja en custodia y saben que van a tener la atención apropiada.
Dificultades
Estos son algunos de los animales que ha capturado el Seprona. El buitre está en peligro de extinción y los reptiles protegidos por el CITES. Una de las dificultades que se encuentran los agentes del Seprona en su trabajo diario es que hay animales protegidos por el CITES que no tienen identificación. «Los reptiles no cuentan con microchip ni tatuaje ni se les anilla», añaden. Esto hace más difícil su trabajo, ya que animales como las iguanas se pueden comprar y vender y lo único que vincula al comprador es una factura.
En el caso de encontrar una iguana, que dicen que están recuperando en la calle un número muy elevado de estos reptiles, buscar al dueño que la dejó abandonada es como intentar encontrar una aguja en un pajar.
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