Las ratas invaden Barcelona
Canarias7.es - 03/09/2005
Las ratas invaden Barcelona
MILES DE ROEDORES DEAMBULAN POR PLAZAS Y PARQUES EMBLEMÁTICOS DE LA CAPITAL CATALANA
Barcelona se ha visto invadida en los últimos meses por miles de ratas que campan a sus anchas por plazas, parques y calles de la ciudad ante la mirada atónita de turistas españoles y extranjeros y vecinos de la capital catalana.
Los roedores no entienden de historia ni de cultura, ni tampoco de distritos, se les puede ver deambulando por calles de los barrios más pobres y degradados de Barcelona, pero también a escasos metros de los monumentos más visitados de la Ciudad Condal, como, por ejemplo, en los jardines de la céntrica plaza Gaudí, que cada año visitan unos dos millones de turistas. Muchos turistas extranjeros, tras visitar la emblemática Sagrada Familia, utilizan dichos jardines para comer o beber algún refresco y se encuentran con la desagradable presencia de numerosas ratas que corretean entre plantas y flores.
Los turistas más ingenuos se piensan que estos mamíferos roedores forman parte de la realidad callejera barcelonesa. En los parques con mayor vegetación ver ratas correr en busca de comida se ha convertido en un espectáculo bastante corriente, y no sólo por la noche sino también a plena luz del día.
Los trabajadores de Parques y Jardines del Ayuntamiento denuncian la existencia de una auténtica plaga de ratas y creen que las autoridades municipales deberían actuar con mayor contundencia. La presencia masiva de estos roedores en algunos lugares de la capital catalana no es sólo una cuestión de estética sino también de salud pública. Algunos vecinos han denunciado a la prensa local que hay parques donde se ha detectado una presencia masiva de ratas que suelen ser frecuentados por muchos niños.
Rosa Ustero, por ejemplo, vecina de la calle Castillejos, se llevó una desagradable sorpresa al ver con su nieta "dos ratas como conejos". Paulina y Yaritza, que atienden un quiosco situado en una plaza cercana a la Sagrada Familia, relatan que los animales en cuestión "no parecen ratas sino gatos; los ves a cualquier hora. Están como Pedro por su casa".
Suciedad en las calles
Nadie sabe a ciencia cierta por qué razones Barcelona, que en los últimos años ha experimentado una extraordinaria remodelación y es hoy en día una ciudad mucho más limpia que hace tan sólo 15 años, se enfrenta a este problema. Parece ser, sin embargo, que la suciedad que se acumula en algunos rincones de calles, parques y plazas de la ciudad podría ser una de las causas que hacen proliferar la plaga. Algunos trabajadores del servicio de limpieza del Ayuntamiento se quejan de que no dan abasto para mantener limpia la ciudad, sobre todo en las zonas frecuentadas por turistas que tiran restos de comida en el suelo sin el menor recato. "Nosotros podemos limpiar, pero si la gente come aquí y tira los restos en el suelo, es lógico que las ratas salgan a comer", explica Antonio, un trabajador de Parques y Jardines.
El incivismo protagonizado por algunos jóvenes los fines de semana, sobre todo en distritos como los de Gracia y Ciutat Vella, pero también en el mismo centro de Barcelona, no ayuda a erradicar el problema. El Ayuntamiento, según fuentes de la Agencia de Salud Pública, asegura que empezó a tomar cartas en el asunto el pasado mes de julio para erradicar la plaga de ratas, a raíz de una serie de denuncias de vecinos. Según datos de la Agencia de Salud Pública, desde el 1 de enero hasta el 30 de mayo de este año, dicho organismo municipal ha llevado a cabo un total de 414 actuaciones en Barcelona para erradicar la presencia de ratas, así como 427 inspecciones tras haber recibido 325 quejas de vecinos.
El Ayuntamiento vigila la vía pública y la red de alcantarillado, pero con poco éxito. Los métodos utilizados para acabar con las plagas son básicamente tres: productos químicos, reparación de agujeros y modificación de la vegetación en plazas y parques para evitar la proliferación de refugios o nidos. Mientras, turistas y vecinos de Barcelona seguirán siendo testigos de un triste espectáculo, más propio del Londres del siglo XIX o de un país pobre que de la capital de unos de los territorios más ricos de la octava potencia económica mundial.
Las ratas invaden Barcelona
MILES DE ROEDORES DEAMBULAN POR PLAZAS Y PARQUES EMBLEMÁTICOS DE LA CAPITAL CATALANA
Barcelona se ha visto invadida en los últimos meses por miles de ratas que campan a sus anchas por plazas, parques y calles de la ciudad ante la mirada atónita de turistas españoles y extranjeros y vecinos de la capital catalana.
Los roedores no entienden de historia ni de cultura, ni tampoco de distritos, se les puede ver deambulando por calles de los barrios más pobres y degradados de Barcelona, pero también a escasos metros de los monumentos más visitados de la Ciudad Condal, como, por ejemplo, en los jardines de la céntrica plaza Gaudí, que cada año visitan unos dos millones de turistas. Muchos turistas extranjeros, tras visitar la emblemática Sagrada Familia, utilizan dichos jardines para comer o beber algún refresco y se encuentran con la desagradable presencia de numerosas ratas que corretean entre plantas y flores.
Los turistas más ingenuos se piensan que estos mamíferos roedores forman parte de la realidad callejera barcelonesa. En los parques con mayor vegetación ver ratas correr en busca de comida se ha convertido en un espectáculo bastante corriente, y no sólo por la noche sino también a plena luz del día.
Los trabajadores de Parques y Jardines del Ayuntamiento denuncian la existencia de una auténtica plaga de ratas y creen que las autoridades municipales deberían actuar con mayor contundencia. La presencia masiva de estos roedores en algunos lugares de la capital catalana no es sólo una cuestión de estética sino también de salud pública. Algunos vecinos han denunciado a la prensa local que hay parques donde se ha detectado una presencia masiva de ratas que suelen ser frecuentados por muchos niños.
Rosa Ustero, por ejemplo, vecina de la calle Castillejos, se llevó una desagradable sorpresa al ver con su nieta "dos ratas como conejos". Paulina y Yaritza, que atienden un quiosco situado en una plaza cercana a la Sagrada Familia, relatan que los animales en cuestión "no parecen ratas sino gatos; los ves a cualquier hora. Están como Pedro por su casa".
Suciedad en las calles
Nadie sabe a ciencia cierta por qué razones Barcelona, que en los últimos años ha experimentado una extraordinaria remodelación y es hoy en día una ciudad mucho más limpia que hace tan sólo 15 años, se enfrenta a este problema. Parece ser, sin embargo, que la suciedad que se acumula en algunos rincones de calles, parques y plazas de la ciudad podría ser una de las causas que hacen proliferar la plaga. Algunos trabajadores del servicio de limpieza del Ayuntamiento se quejan de que no dan abasto para mantener limpia la ciudad, sobre todo en las zonas frecuentadas por turistas que tiran restos de comida en el suelo sin el menor recato. "Nosotros podemos limpiar, pero si la gente come aquí y tira los restos en el suelo, es lógico que las ratas salgan a comer", explica Antonio, un trabajador de Parques y Jardines.
El incivismo protagonizado por algunos jóvenes los fines de semana, sobre todo en distritos como los de Gracia y Ciutat Vella, pero también en el mismo centro de Barcelona, no ayuda a erradicar el problema. El Ayuntamiento, según fuentes de la Agencia de Salud Pública, asegura que empezó a tomar cartas en el asunto el pasado mes de julio para erradicar la plaga de ratas, a raíz de una serie de denuncias de vecinos. Según datos de la Agencia de Salud Pública, desde el 1 de enero hasta el 30 de mayo de este año, dicho organismo municipal ha llevado a cabo un total de 414 actuaciones en Barcelona para erradicar la presencia de ratas, así como 427 inspecciones tras haber recibido 325 quejas de vecinos.
El Ayuntamiento vigila la vía pública y la red de alcantarillado, pero con poco éxito. Los métodos utilizados para acabar con las plagas son básicamente tres: productos químicos, reparación de agujeros y modificación de la vegetación en plazas y parques para evitar la proliferación de refugios o nidos. Mientras, turistas y vecinos de Barcelona seguirán siendo testigos de un triste espectáculo, más propio del Londres del siglo XIX o de un país pobre que de la capital de unos de los territorios más ricos de la octava potencia económica mundial.
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david -