La energía del mar

Energías Renovables en papel de octubre
La energía del mar comienza a ver la luz de la rentabilidad

El último subidón del gas natural es una vuelta de tuerca más en la rentabilidad de las renovables, que crece cada día frente a los vaivenes del precio de los combustibles fósiles. También los recursos energéticos que ofrece el mar están a punto de empezar a ser explotados comercialmente, ahora que algunos prototipos ven ya esa luz de la rentabilidad tras casi 30 años de I+D. Este es el estado de la cuestión en Europa.

Incluso los mayores expertos en el mercado eléctrico, no dudan en calificarlo de complejo cuando se les pregunta por su modo de operar. Así que nos hemos propuesto desenredar el hilo y tratar de explicarlo para que pueda ser, al menos, un poco comprensible. Desde que el sector eléctrico quedó abierto a la competencia, la energía se negocia como cualquier otro bien, en torno a subastas. Sin embargo, la electricidad tiene unas características propias que complican este tipo de mercados. Nos ayuda en la tarea Alicia Mateo, responsable de Análisis y Riesgos de Wind To Market (W2M), agente vendedor del grupo Gamesa, que se ha prestado a desvelar las claves. Próximamente, ER, en colaboración con W2M, iniciará una nueva sección en la versión electrónica de la revista en la que estas y otras cuestiones, relacionadas especialmente con la energía eólica, serán tratadas cada mes.

En otro de nuestros reportaje de octubre navegamos en el Hipatia, un velero singular. De momento hay 450 metros cuadrados de velamen y un depósito capaz de albergar hasta 15.000 litros de biodiesel. A partir de ahora, los científicos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) habrán de señalar cuántas células fotovoltaicas, cuántos ingenios eólicos y cuántas pilas de combustible son precisas para que este velero sea capaz de rodear los dos polos llevado solo por la energía renovable.

Durante los últimos dos años, el mercado eólico chino ha mostrado un crecimiento importante, muy por debajo de su potencial pero con señales de estar a punto de dar el salto. En 2006 entra en vigor la Ley de Energías Renovables con el objetivo de llegar a los 20.000 MW eólicos para 2020. El sector internacional ya aterriza en el gigante asiático, con las empresas españolas en cabecera. Y es que el tigre asiático empieza a moverse con el viento.

Pero aunque el viento parezca el rey de las renovables, los últimos datos sobre la marcha de la energía solar térmica en el mundo revelan que esta tecnología tiene un potencial mucho mayor de lo que algunos se pensaban. Y no es preciso pensar en el futuro porque ya existe una capacidad instalada en torno a los 100 GW térmicos. Ahora, el objetivo primordial se centra en impulsar su uso para la climatización de viviendas, tanto calefacción como refrigeración de espacios.

Del sol trata también la siguiente historia del número de octubre de Energías Renovables en papel. Una bonita historia que habla de un testamento fotovoltaico a favor de Aldeas Infantiles. El que ha hecho Juan Antonio Rojo Cortizo, de 73 años, la mitad de ellos vividos en Alemania.

Nuestro tema de biomasa nos lleva hasta Finlandia ya que expertos del país escandinavo colaboran con la Generalitat de Catalunya en la puesta en marcha de una red piloto que aproveche los residuos forestales de esta comunidad para generar energía. La iniciativa forma parte del proyecto europeo 5 EURES y puede desembocar en la creación de un operador catalán de la biomasa que garantice el suministro del combustible.

Una de las tecnologías renovables que más éxitos está cosechando en España es la del biogás, hasta el punto de que los objetivos que marcaba el anterior Plan de Fomento para 2010 se superaron en 2003. Tanto el barómetro de EurObser’ER como el nuevo Plan de Energías Renovables reconocen este logro, que Europa en su conjunto no ha alcanzado. Pero el PER ha subido el listón: duplica el crecimiento anterior hasta 2010, exige mayor implantación en el sector agroganadero y más desarrollo tecnológico, incluida la co-digestión.

¿Sabías que el sector de las energías renovables precisa trabajadores de 36 profesiones distintas, muchas de ellas de larga tradición –ingenieros, abogados, químicos...–, pero otras de nuevo cuño, como inspector de instalaciones? De la mano de Begoña Urien, gerente de la Fundación para la Formación en Energías (CENÍFER), descubrimos esas profesiones emergentes en un sector que tiene una importancia creciente en la generación de empleo en todo el mundo.

Nuestro vistazo habitual al mundo del hidrógeno nos lleva a preguntarnos este mes si es verdad que su manejo es seguro. Aunque industria y expertos tienen claro que el hidrógeno no es más peligroso que otros combustibles que utilizamos a diario, la Comisión Europea ha puesto en marcha en Petten (Holanda) unas instalaciones en las que se probarán diferentes sistemas de almacenamiento y detección de este combustible. Porque creer que el hidrógeno es seguro no puede ser sólo cuestión de fe.

Nuestro tema de portada se centra en los recursos energéticos que ofrece el mar y que están a punto de empezar a ser explotados comercialmente. Algunos prototipos ven ya la luz de la rentabilidad tras casi 30 años de I+D. Este es el estado de la cuestión en Europa, ese Viejo Continente que, aterido por la enésima crisis del petróleo, vuelve sus ojos, una vez más, al ancho mar.

En la sección de CO2 analizamos la viabilidad del almacenamiento de carbono, considerado, cuando menos, una solución polémica. “Si no podemos disminuir el nivel de emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero y causante del cambio climático... ¿por qué no lo metemos bajo tierra?”. Es, desde luego, la simplificación de una realidad mucho más compleja, pero lo cierto es que comienza a contemplarse el almacenamiento de carbono como uno más de los “ultimate patches” ante un fenómeno que avanza inexorablemente: el cambio climático.

Para aproximarse al concepto de bioclimatismo no hay mejor ejemplo que las casas de más solera que podemos encontrar en el medio rural. Estas son la base que ha inspirado la recuperación de un modelo constructivo pensado para vivir en armonía con el clima. La consigna es ahorrar recursos energéticos y deteriorar menos el medio ambiente. Todo ello sin renunciar al bienestar. Es la arquitectura que se hace mirando al cielo.

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