La manifestación contra Granadilla

José A. Alemán

CanariasAhora.com, 28-11-2005

El sábado tuvo lugar, en Santa Cruz de Tenerife, la manifestación contra el puerto de Granadilla. La convocaron Asamblea por Tenerife y la Coordinadora de Pueblos y Barrios y constituyó un rotundo éxito tan insoslayable que habrán de tomar buena nota quienes corresponda. Les guste o no les guste.

Sin embargo, el periódico santacrucero que ustedes saben ha puesto a parir, en su defensa histérica del proyecto de Granadilla, a los organizadores de la manifestación, a los que califica de “falsos ecologistas” y acusa de moverse “por encargo de LPs de GC”, que resulta ser, según el experto en jeroglíficos y barrenillos consultado, Las Palmas de Gran Canaria. Dado que El Día, pues de él se trata, no es un medio marginal sino el de más venta en Tenerife, no puede pasarse por alto su actitud editorial orientada a sembrar discordia entre insultos y descalificaciones.

Alude el periódico a las razones en pro del proyecto, pero no ha recogido jamás las opiniones contrarias de expertos tinerfeños en asuntos medioambientales y portuarios que han puesto sobre la mesa argumentos de peso, tanto técnicos como económicos y científicos. Éstos, simplemente, no existen o se les presenta como pagados por el oro “de LPs de GC”, que financia “algaradas callejeras” para hundir Tenerife.

Algaradas callejeras. A eso reduce el periódico el ejercicio del derecho de manifestación por miles de personas que salieron a la calle pacíficamente a expresar su opinión y que pacíficamente desfilaron, sin dejarse amedrentar por las autoridades y los poderes mediáticos, lo que da a la manifestación valor de conquista democrática.

No creo necesario añadir mucho más. Ni ocurrírseme replicar a las constantes expresiones de desprecio hacia Gran Canaria y los grancanarios, a los que responsabiliza de cuanto ocurre en Tenerife si no es de su agrado. Como si se dirigiera a débiles mentales. Aunque sí subrayo que lo peor de esa infame interpretación de los hechos, en términos periodísticos, no es el sesgado posicionamiento editorial sino la incapacidad manifiesta de detectar y analizar en el propio cuerpo social tinerfeño las razones del rechazo multitudinario a un proyecto que miles de personas consideran inadecuado, cuando no perjudicial. Debido a esa incapacidad no le queda sino el irracional y sobado recurso al enemigo exterior; y proclamar que sólo aman a Tenerife quienes se pliegan a los intereses de los grupos económicos dominantes. La ausencia de un mínimo rigor intelectual salta a la vista.

Si me he extendido respecto a la posición editorial del matutino es para abundar en lo ya indicado: el valor democrático y la conciencia cívica de los miles de manifestantes del sábado, en Santa Cruz. Comparto, por supuesto, sus reivindicaciones, pero prefiero insistir en que por muchas infamias que se propaguen contra organizadores y participantes, no podrán los mandarines obviar en adelante la manifestación ni echar en saco roto su mensaje. Ésa es la cuestión y ahí les duele.

Los tinerfeños han sabido escenificar el rechazo creciente de las Islas a la conjunción político-empresarial y a su modo de operar mediante la imposición caciquil y los grandes negocios insolidarios.