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Gran Canaria: rebose de presas

Gran  Canaria: rebose de presas

Las presas se rebosan y la crecida de los barrancos aísla a unos
pagos varias horas

La Provincia.es
M. Reyes
SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA

La lluvia intensa que cayó durante la noche del pasado jueves en las zonas altas del sur de la Isla provocó que ayer por la mañana varios núcleos residenciales de San Bartolomé de Tirajana se quedaran incomunicados durante algunas horas, debido sobre todo al reboso que presentan la mayoría de las presas y la fuerza con la que discurrió el caudal de los barrancos.

La carretera que sube a Fataga desde Maspalomas tuvo que permanecer cerrada al tráfico a lo largo de la mañana, a causa de los desprendimientos de tierra originados por las escorrentías, que motivaron la desviación de la circulación hacia Vecindario, puesto que la única forma de acceder a la caldera de Tirajana era por Los Cuchillos y Temisas. Un poco más arriba, en Cercados de Araña, las fuertes precipitaciones derribaron un muro de contención que dejó incomunicadas a las más de 50 familias que viven en este caserío, al obstruir la única vía de comunicación y dejarla intransitable toda la mañana.

Mientras, los habitantes de Ayagaures se vieron obligados a entrar y salir del pueblo por Monte León, al menos los que residen en las partes del barranco que están entubadas. Los que no tienen esa suerte están destinados a quedarse encerrados en sus casas hasta que baje la profundidad de los badenes.

Y algo similar ocurrió con los clientes del hotel rural y deportivo Los Palmitos, ubicado en el barranco del mismo nombre, algunos de los cuales tuvieron problemas para abandonar el establecimiento y dirigirse al aeropuerto, debido a las barranqueras que pasaban por encima de la carretera, según Protección Civil, que, un día antes, el jueves, tuvo que evacuar por los chubascos a dos extranjeros que practicaban senderismo cerca de Tunte. En Cercados de Espino también permanecieron aislados unas cuatro horas según la Policía Local de San Bartolomé, mientras que los vecinos de Lomo Gordo y Lomo Perera volvieron a tener las mismas dificultades de siempre para acceder a las cuarterías por los badenes que se forman por la crecida del barranco y que anegan la vía.

Unos problemas que esta vez no se dieron en la parte residencial y turística del municipio. El agua cayó en las zonas altas y llegó convenientemente canalizada al mar. Eso y el sol que salió ayer propiciaron que los turistas se acercaran hasta la desembocadura de los barrancos para contemplar el espectáculo del agua, que llenó de extremo a extremo el cauce de Maspalomas y transformó la Charca en un espacio abierto al mar. Y es que presas como las de Ayagaures y Las Niñas llevan días e incluso semanas al límite de su capacidad. Ayer se recogieron en estos puntos 55 y 43 litros de agua de lluvia, respectivamente, unas cifras parecidas a las de Chira (52), embalse al que le falta poco más de dos metros para rebosar.

"El agua está bajando que parece fuego", decía a primera hora el responsable de una de estas presas. Y no se equivocó, porque en Mogán ocurrió lo mismo, ya que la policía confirmó que todos los barrancos desde Arguineguín hasta Veneguera corrían con fuerza.

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