El Gobierno prepara una subida de impuestos a los diésel por contaminar
La tasa de matriculación aumentará también para los coches potentes
R. M. - Madrid-EL PAÍS.es
El Gobierno está ultimando una subida de impuestos a los vehículos diésel porque contaminan más en ciudad que los de gasolina, según fuentes del Gobierno y de la negociación. La reforma que preparan los ministerios de Hacienda, Industria y Medio Ambiente iguala el impuesto de matriculación de los coches diésel y de gasolina y crea un nuevo impuesto para los vehículos más potentes (de más de 2.600 centímetros cúbicos) y los todoterreno. La medida pretende reducir la contaminación de las ciudades y gravar más a los que más contaminan.
Los motores diésel son más ecológicos que los de gasolina desde el punto de vista de las emisiones de dióxido de carbono. Como consumen menos combustible, emiten menos CO2 a la atmósfera. Sin embargo, un motor diésel emite seis veces más partículas microscópicas que uno de gasolina, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Estas partículas dañan los pulmones. Así, desde el punto de vista de la contaminación, son peores los diésel.
El sistema de impuestos en vigor incentiva la compra de diésel. Un diésel de 1.800 centímetros cúbicos paga el 7% de impuesto de matriculación, mientras que uno de gasolina paga el 12%. Los coches diésel con menos de 2.000 centímetros cúbicos pagan un 7% de impuesto de matriculación, y un 12% los que sobrepasan esa cilindrada. Los de gasolina pagan más impuestos: el 7% los menores de 1.600 centímetros, y el 12% el resto.
El sistema ha permitido que la matriculación de coches diésel se haya disparado. En 1991, sólo el 12,8% de los vehículos nuevos consumía gasóleo. En 2004, el porcentaje ascendía al 65,1%, según la patronal del sector, ANFAC. Y con ellos ha aumentado la contaminación en las ciudades y la dificultad de las petroleras para abastecer el mercado de gasóleo.
El Gobierno prepara una reforma del sistema de impuestos para terminar con el desequilibrio en favor de los diésel. Con la reforma -que está "muy avanzada", según fuentes del Gobierno-, los coches de menos de 1.600 centímetros cúbicos pagarán el 7%; los que tengan entre 1.600 y 2.500, el 12%.
Nuevo tramo
Además, el Gobierno planea crear un tercer tramo del 17% de impuesto para los vehículos de más de 2.500 centímetros cúbicos y los todoterreno. La reforma impondrá también impuestos a motos acuáticas y a quads (motos de cuatro ruedas, exentas hasta ahora del impuesto).
Un coche con un precio de fábrica de 18.000 euros sube actualmente hasta los 22.340 euros (contando el impuesto de matriculación y el 16% de IVA, pero sin el impuesto de circulación, que depende de los ayuntamientos). Con la reforma, el mismo coche pasará a costar 23.385 euros. Es decir, la subida sería en este caso de 1.044 euros. Para un todoterreno con un precio inicial de 21.000 euros, el aumento de precio sería de 1.200 euros.
El Ejecutivo pretende con estas medidas frenar la contaminación de los diésel en ciudad y las emisiones de CO
2 de los coches muy potentes y los todoterreno. O, al menos, que paguen más los que más contaminan.
El Ministerio de Medio Ambiente está exigiendo a los ayuntamientos que reduzcan el tráfico y elaboren planes de calidad del aire, porque más de 12 millones de personas respiran aire contaminado. Todas las grandes ciudades incumplen la normativa sobre calidad del aire. El ministerio prepara una Ley de Protección de la Atmósfera, pero además presentará la subida de impuestos como su contribución a la lucha contra el problema, que, según la Comisión Europea, causa 16.000 muertes al año en España. Las partículas (especialmente las del diésel) y los óxidos de nitrógeno que emiten los tubos de escape dañan el sistema respiratorio y fomentan las alergias. Más del 50% de la contaminación en las ciudades se debe al tráfico.
La medida gravará especialmente los coches que más combustible consumen. España es el país desarrollado que más se aleja del cumplimiento del Protocolo de Kioto. Actualmente emite cerca del 50% más gases de efecto invernadero que en 1990, aunque dicho tratado sólo le permitía aumentar un 15% sus emisiones de ese año base en 2008-2010.
Cada vez que un motor quema un litro de gasolina, emite unos 2,5 kilos de dióxido de carbono. El peso es mayor que el del combustible, porque el CO2 toma el oxígeno del aire. La gasolina sólo aporta el 27% del peso total.
Además, el aumento de impuestos servirá para aliviar la presión de diésel que tienen las refinerías españolas. En el mercado sobra gasolina, pero hay problemas para abastecer toda la demanda de diésel, según fuentes del sector.
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