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Arqueólogos españoles descubren un ajuar funerario de 3.400 años de edad cerca de Luxor

Arqueólogos españoles descubren un ajuar funerario de 3.400 años de edad cerca de Luxor

En varias tumbas de la XVIII Dinastía egipcia.

Los nobles de la dinastía XVIII que vivían cerca de Tebas, lo que hoy conocemos por Luxor (Egipto), llevaban una vida llena de lujos, que dejaban bien presente incluso en su muerte. Por eso en la necrópolis de Dra Abu el-Nagra el equipo de científicos encabezado por José Manuel Galán ha encontrado un rico y extenso ajuar funerario de 3.400 años de antigüedad con piezas casi únicas, como un conjunto de vasos canopos o las piezas de un juego de mesa llamado 'senet'.

Los cuatro vasos canopos son piezas "casi únicas".
La quinta campaña del 'Proyecto Djehuty', financiada por el CSIC, Telefónica móviles y la Fundación Caja Madrid, no ha podido ser más fructífera. Los 17 arqueólogos, dirigidos por Galán, han encontrado una colección única de objetos pertenecientes a un ajuar funerario del 1.500 a.C., descubierto en la tumba de un matrimonio de nobles del antiguo Egipto. El hallazgo aporta, además, muchísima información sobre las formas de enterramiento y gustos de la época.

Desde hace cinco años, Galán lleva durante los meses de enero y febrero a un equipo de científicos a la necrópolis de la orilla occidental de Tebas para excavar y restaurar un conjunto de tumbas de los años 1500 a 1450 a.C. Entre las tumbas están las de Djehuty y Hery, dos altos dignatarios de la corte que vivieron a comienzos de la XVIII dinastía. "Llevamos cinco años, y cada temporada encontramos más y más cosas, pero nos queda aún trabajo para por lo menos otros diez años más", señaló el egiptólogo.

En esta campaña, los arqueólogos han descubierto la entrada al vestíbulo abierto de una de las tumbas, de 34 metros de longitud y siete de ancho, un patio "único comparado con otras tumbas de la época". El hallazgo es de extremada importancia, puesto que lo habitual entre los arqueólogos es "entrar directamente en la tumba y obviar los patios exteriores, por lo que ésta es una oportunidad excepcional de documentar este tipo de lugares", señaló.

Durante la última campaña han encontrado varios tesoros arqueológicos, entre ellos cuatro vasos canopos -destinados a guardar las vísceras de los difuntos después de su momificación- con tapas policromadas que representan rostros humanos casi únicas en el mundo. Uno de los vasos, de cerámica, excepcionalmente fina, conserva completa y escrita en tinta negra una oración solicitando la protección del dios Hapy.

Otra de las 'joyas' encontradas por los científicos aon los restos de un tablero y diversas piezas de un juego de mesa que los egipcios llamaban 'senet', equivalente al 'backgamon' o la oca. Además, han hallado dos tablas de madera procedentes de las cajas donde se guardaban los vasos, los ataúdes de madera de los nobles, bolsos, cestas de mimbre y cerámica de todo tipo, desde ánforas de vino hasta pequeños recipientes para guardar perfumes y ungüentos.

Los científicos se han centrado en la excavación de tres pozos de enterramiento, aunque sólo en uno de ellos han encontrado buena parte del ajuar. "Los otros dos habían sido robados anteriormente, y éste se había salvado porque unas grandes piedras se habían caído sobre la entrada de la cámara, lo que evitó que entraran los saqueadores", señaló Galán.

Los trabajos de esta campaña también han incluido el análisis de un pequeño papiro plegado encontrado el año pasado. La papiróloga Bridget Leach, conservadora jefe del Departamento de Papirología del Museo Británico de Londres ha sido la encargada de desdoblar cuidadosamente el papiro, para que ahora pueda ser descifrado por Galán, cuya especialidad es, precisamente, la lectura de jeroglíficos.

La próxima campaña, que tendrá lugar entre enero y febrero de 2007, tratará de excavar dos pozos funerarios cuyo exterior ya ha sido localizado, y también procederán a la excavación de la cámara más interior de la tumba de Djehuty, cuyas paredes están decoradas con relieves policromados de excepcional belleza y que, según Galán, "servirán para documentar los rituales funerarios que se practicaban en la capital del antiguo Egipto hace 3.500 años". Además, el hecho de que esta cámara se hallara completamente cubierta de escombros servirá, probablemente, para que los frisos "se encuentren en un buen estado de conservación".

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