Ecologistas denuncian que el Gobierno perfila una norma que legitima la presencia de transgénicos en la agricultura
Las organizaciones Amigos de la Tierra, COAG, Greenpeace, Red de Semillas y SEAE denunciaron que los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación, y de Medio Ambiente perfilan una norma que legitima la presencia de transgénicos en la agricultura convencional y ecológica
MADRID, 26 JUN. (EUROPA PRESS)
Asimismo, exigieron que las normas de coexistencia garanticen la permanencia de la agricultura convencional y ecológica libres de organismos modificados genéticamente (OMG), amparándose el derecho prioritario de los agricultores ecológicos y convencionales a no sufrir contaminación genética y estableciendo un régimen de responsabilidad civil en el que los daños ambientales, sociales y económicos derivados de los OMG, incluyendo la contaminación genética, recaiga sobre los titulares de las autorizaciones de su liberación al medio. Además pidieron que, en tanto en cuanto no se cumplan estas condiciones, se prohíba el cultivo de cualquier variedad de semilla modificada genéticamente en suelo español.
El pasado 9 de junio, los ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente presentaron una nueva versión del proyecto de real decreto de coexistencia a las organizaciones de agricultores, ecologistas y representantes del sector de la agricultura ecológica. Para las organizaciones firmantes, el texto es claramente insuficiente dado que "sigue manteniendo los principales defectos que se han venido criticando en las anteriores versiones y, por tanto, legitima, de facto, la contaminación genética en lugar de garantizar la protección de los cultivos y de los productos no transgénicos".
Sin embargo, por parte de los ministerios, ha habido una mejoría en la voluntad de transparencia al convocar a los grupos que trabajan esta materia a una reunión y por la intención de crear una norma ligeramente más restrictiva que la anterior propuesta (por ejemplo, la nueva distancia entre campos transgénicos y no transgénicos pasa de 50 a 220 metros).
Además, el texto del proyecto no es, a juicio de las organizaciones, suficientemente explícito en cuanto a la posibilidad de declarar zonas libres de transgénicos y legaliza la existencia de zonas reservadas para transgénicos mediante la posibilidad de acuerdos entre agricultores. Este proyecto no impide ni reduce los riesgos de contaminación genética sino que tolera, garantiza y legitima la contaminación genética, es decir la presencia constante y aceptada de OMG en la agricultura convencional y ecológica.
AUSENCIA DE SANCIONES
El proyecto, según los firmantes, minimiza el problema de la contaminación genética, eludiendo además la obligación de respetar un nivel cero de contaminación en la agricultura ecológica; establece unos umbrales de contaminación que permiten que las cosechas puedan ser contaminadas por transgénicos; equipara los derechos de los agricultores que practican agricultura MG, convencional y ecológica; reduce la coexistencia a un problema comercial; exime de cualquier responsabilidad a las empresas productoras de semillas y no establece un régimen adecuado de sanciones; y no mejora las actuales condiciones de absoluta falta de transparencia.
"La posibilidad de una contaminación irreversible del suministro de semillas es tan grave, que exige que el principio de precaución por el que se rigen todas las políticas europeas, se aplique en este caso rigurosamente", reclaman. En estas condiciones "mientras no se pongan en marcha medidas eficaces para impedir la contaminación, es urgente la prohibición de cultivos de toda variedad modificada genéticamente en nuestro territorio", concluyen.
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