Cuántos seremos y cómo viviremos en 2050
La progresión del crecimiento de la población mundial indica que en el año 2050 vivirán en el planeta Tierra alrededor de 9000 millones de personas. Si hoy, con 6500 millones de habitantes, existen serias dificultades para abastecer de agua potable y alimentación adecuada al 13 por ciento de la población, cabe preguntarse si la humanidad será capaz, en las próximas cuatro décadas, de reducir notablemente ese déficit.
07/07/2006 CARLOS RENA . DIARIO LA NACION (ARGENTINA)
La población mundial crece hoy a razón de 80 millones de nacimientos por año solamente en Asia, Africa y América latina. En 1802 éramos en el mundo unos 1000 millones, en 1927 unos 2000 millones, y 3000 millones en 1961. Pero entre este último año y 1974 sólo una década la población mundial llegó a 4000 millones.
Mientras se espera que todo el crecimiento que se proyecta sucederá en los países menos desarrollados (Africa, Asia, América latina y Oceanía), se calcula que el número en los países más desarrollados (los europeos, Estados Unidos, Australia, Japón y Nueva Zelanda) permanecerá más o menos igual, en la variante intermedia para 2050.
De hecho, se espera que la población de treinta y nueve de los países más desarrollados decaerá para entonces.
Así como crece la población, crecen también las mejoras científicas, técnicas, médicas, culturales y económicas; pero éstas no se derraman equitativamente en todos los conglomerados poblacionales. Tal es el caso del agua potable y la alimentación, la atención sanitaria o el acceso a los recursos naturales, los sistemas cloacales, la vivienda y el transporte, aun cuando casi el 50% de la población mundial vive en zonas urbanas.
En América latina y el Caribe el 75% de la población vive en ciudades; este volumen aumentará al 83% en el año 2030. Las cifras comparativas para Asia y el Pacífico se sitúan entre el 37 y el 53%, y para Africa entre el 38 y el 55%.
Si la situación se mantiene como hasta hoy, dos tercios de la población mundial sufrirá escasez de agua en 2025, con la importancia que este recurso tiene para la alimentación. Por consiguiente, veremos el agravamiento del conflicto entre la creciente demanda y la conservación del ambiente.
Distribuir los recursos
Muchos debates circulan en torno de las políticas natalistas o antinatalistas. Estos advierten sobre la prolongación de la vida útil y el envejecimiento de las poblaciones, o la falta de desarrollo económico de las naciones pobres, cuando el verdadero y urgente problema radica en la correcta distribución de los recursos tomando al planeta como una unidad, sin fronteras ni discriminaciones.
Datos estadísticos revelan, dramáticamente, que 800 millones de personas se van a dormir cada noche sin nada en el estómago, cuando la producción global de alimentos alcanza para satisfacer las necesidades de todos.
Los datos también indican que la cantidad de alimentos a disposición de cada persona se ha incrementado casi en un 20% a nivel mundial, y que aproximadamente el 90% de todo el consumo mundial privado es realizado por tan sólo el 25% de la población de todo el planeta.
Ante esa situación, algunos especialistas han decidido advertir que los avances conseguidos por la lucha contra el cambio climático y la ecología podrían desaparecer rápidamente por la necesidad creciente de conseguir alimentos, viviendas, transporte, facilidades sanitarias y cloacales de una población mundial cada vez más numerosa.
Para 2007 dentro de tan sólo un año, un tercio de la población mundial vivirá en barrios marginales, lo que significa habitar viviendas inadecuadas, no tener servicios esenciales de agua, cloacas, electricidad y gas, vivir en un entorno de alta criminalidad y carencias. Es decir, en peores condiciones, y con peores consecuencias, según la agencia Habitat, dependiente de las Naciones Unidas.
La agencia entiende que los habitantes de las zonas marginales de las ciudades tienen una esperanza de vida menor, sufren con mayor violencia los desastres naturales y ven más difícil el acceso a los servicios básicos y de educación.
Si bien se estima que la población mundial estará mejor alimentada en el año 2030, hasta esta fecha se podrá reducir apenas un 2,5% de los hambrientos, y más de 700 millones de personas seguirán siendo víctimas del hambre crónica en los países en vías de desarrollo, según el último informe publicado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
' Los millones de personas que ven amenazada su existencia misma, al estar privadas del alimento mínimo necesario, requieren la atención de la comunidad internacional, puesto que todos tenemos el deber de preocuparnos por nuestros hermanos ' , advirtió el papa Benedicto XVI, esperando ser escuchado antes de que promedie el siglo.
Autor.- Carlos Rena, director nacional de Población, del Ministerio del Interior.
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