Ecología sin renuncias
La conciencia ciudadana llega a tal extremo que los ecologistas, con una puntuación de 7, son el grupo social mejor valorado -sólo aventajados por los médicos (7,2) y los científicos (7,1)-, muy por delante de los empresarios y de los politicos
La gravedad de los riesgos ecológicos que amenazan al planeta han hecho del medio ambiente una cuestión de debate político y científico. La preocupación ha trascendido a la población general, e incluso a las empresas, que cada vez son más conscientes de la importancia de preservarlo, entre otras razones, porque está íntimamente ligado a la calidad de vida, que es una aspiración de las sociedades desarrolladas.
26/07/2006 EXPANCION
Así, los asuntos relacionados con la ecología y el medio ambiente son los que suscitan mayor interés entre la población, seguidos de los temas médicos, los económicos y los deportivos, según se desprende de un estudio sobre conciencia medioambiental en España, realizado por la Fundación BBVA.
La conciencia ciudadana llega a tal extremo que los ecologistas, con una puntuación de 7, son el grupo social mejor valorado -sólo aventajados por los médicos (7,2) y los científicos (7,1)-, muy por delante de los empresarios (4,4) y de los dirigentes políticos (4,2).
El 70% de los 4.000 participantes en el estudio, asegura que el equilibrio de la naturaleza es muy delicado y fácilmente alterable por la actividad de las personas, y que la naturaleza estaría en paz y equilibrio si los seres humanos no la tocaran. Apenas el 30,8% de los encuestados admite que el crecimiento económico es más importante que la protección del medioambiente.
Y la consideración hacia los animales también ha cambiado notablemente en unas décadas. Actualmente, el 43% piensa que los animales sienten de forma parecida a las personas, incluso el 24% les concede una condición moral igual a la de los humanos. Sólo el 19% considera que no tiene sentido hablar de condición moral de los animales. Pero ante la eventualidad de tener que recurrir a la clonación como única vía para salvar una especie en extinción, sólo el 57% de los encuestados en el estudio están de acuerdo con esta técnica.
La población también demuestra una alta sensibilidad hacia el calentamiento global, los incendios forestales (el 91% cree que son consecuencia de la acción del hombre y el 81% piensa que son intencionados), la contaminación de los ríos, la escasez de agua, las energías ecológicas (la solar es la mejor valorada). Incluso el 56% defiende que se dé prioridad a la protección y conservación de todas las especies marinas, aunque ello perjudique a la industria pesquera.
Medidas disuasorias
Sin embargo, los hechos ponen en evidencia que una cosa es estar concienciado con los problemas medioambientales y otra pagar un precio para conservarlo. De hecho, el 44% se manifiesta claramente contrario a pagar precios más altos que los actuales, y casi la mitad rechaza una subida de impuestos para mejorar el medio ambiente. Para un problema tan sensible como es la escasez de agua, el 76% cree que la solución es construir más presas y pantanos, y el 71% apuesta por desalinizar el agua del mar.
Sólo un tercio de los ciudadanos acepta un aumento del precio que paga por el agua. Muy ligado al problema de la sequía está el de los incendios forestales y, para reducirlos, el 43% propone recrudecer las sanciones administrativas y penales para los que los provocan. El 17% opina que la solución pasa por invertir más dinero y recursos para la extinción de incendios.
Por lo que se refiere a la energía, la nuclear, el petróleo y el carbón son las peor valoradas desde una perspectiva económica, medioambiental y para la salud de los seres vivos, y el porcentaje de los que defienden que el Gobierno debería apoyar estas energías es casi anecdótico (menos del 10%). Sólo el 13% deja de utilizar su coche por razones ecológicas, el 22% revisa el nivel de emisión de su automóvil y el 11,5% es partidario de aumentar los impuestos de la gasolina como medida disuasoria para disminuir el uso del coche.
Más de las tres cuartas partes de la población aboga porque el Gobierno apruebe leyes que obliguen a la gente a proteger el medio ambiente, aunque la medida limite el derecho del individuo a tomar sus propias decisiones. Nuevamente, esta propuesta choca con que sólo el 24% de los encuestados ha apoyado con su firma algún asunto medioambiental.
Para Rafael Pardo, presidente de la Fundación BBVA, los resultados del estudio ponen de relieve, además de que la conciencia medioambiental está muy extendida en España, ' que de la ecología local que predominaba en la década de 1960 se ha pasado a un ecologismo global, que ha sido fomentado por la comunidad científica y por los medios de comunicación '
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