España y Portugal son los países de la Unión Europea más afectados por el calentamiento global
El Mundo, 19-8-2004
BRUSELAS.- Los efectos del cambio climático se pueden observar ya en Europa en forma de tormentas, inundaciones, sequías y "otras condiciones meteorológicas extremas, cada vez más frecuentes y económicamente gravosas", aunque este fenómeno, y sobre todo el calentamiento de la atmósfera que conlleva, afectan especialmente a la Península Ibérica y Rusia occidental, según las conclusiones de un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El informe indica que la temperatura se ha incrementado en 0,95 grados en Europa en los últimos 100 años, por encima de la media mundial, y advierte que este fenómeno de calentamiento ha sido mayor en la Península Ibérica y Rusia occidental, que seguirán con esta tendencia durante los próximos años junto con otros países del sur de Europa como Grecia o Italia. "En el sur de Europa, sobre todo, puede tener graves consecuencias como el incremento de las sequías, del número de incendios forestales, de las olas de calor y de los riesgos para la salud humana", indica el informe.
Según los escenarios que dibujan los autores del estudio, los inviernos fríos, de los que sólo hay uno cada diez años desde 1960, serán cada vez menos frecuentes y desaparecerán por completo en 2080. A partir de entonces, los veranos serán una media de un 10 por ciento más cálidos que los actuales en gran parte de Europa, en un proceso que se dejará sentir antes en España que en el resto del continente.
Análisis del calentamiento global
El estudio analiza el impacto del calientamiento global a través de 22 indicadores que cubren categorías como la atmósfera, los glaciares, los sistemas marinos, la biodiversidad, el agua, la agricultura, la economía o la salud humana. El alcance y el ritmo de los cambios climáticos en curso superan "muy probablemente" toda variación natural del clima ocurrida durante el último milenio o incluso antes, señala la Agencia. La década de los años noventa fue la más calurosa, y los tres años con temperaturas más altas -1998, 2002 y 2003- se han registrado en los últimos seis años. La rapidez del calentamiento global es actualmente de casi 0,2 grados por década.
Pero Europa se calienta más rapidamente que la media mundial. La temperatura se ha elevado una media de 0,95 grados en los últimos cien años, y para este siglo se prevé un incremento adicional de entre 2 y 6,3 grados, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. Desde 1980, casi dos de cada tres catástrofes en Europa se han atribuido a inundaciones, sequías u olas de calor. La media anual de estos desastres meteorológicos se ha duplicado en la década de los noventa en comparación con la década anterior, y también las pérdidas económicas causadas por estos sucesos, que alcanzan los 11.000 millones de euros anuales.
También aumenta el número anual de inundaciones y el número de personas afectadas por ellas. El informe destaca la responsabilidad del cambio climático en este fenómeno, sobre todo por lo que se refiere a las inundaciones torrenciales. Además, el calentamiento de las tres últimas décadas ha reducido la población de especies vegetales en varias partes de Europa, incluso en regiones montañosas. Los glaciares de ocho de las nueve regiones glaciares de Europa están retrocediendo, alcanzando niveles de retroceso superiores a los de los últimos 5.000 años. En el último siglo, el nivel del mar ha subido a razón de 0,8 a 3 milímetros por año, y se prevé que este ritmo de aumento sea de 2 a 4 veces mayor durante este siglo. Las proyecciones muestran, de acuerdo con la AEMA, que de aquí a 2080 podrían desaparecer casi por completo los inviernos fríos, y que los veranos calurosos, las sequías y las fuertes lluvias o granizadas podrían ser mucho más frecuentes.
Efectos positivos
El estudio señala no obstante algunos efectos positivos del cambio climático, en particular para la agricultura del norte de Europa, que podría beneficiarse de un aumento limitado de las temperaturas. Pero en el sur, los cultivos se verían amenazados por la escasez de agua y por las condiciones metereológicas extremas, por lo que los efectos positivos dependerán en gran medida de la capacidad de la agricultura para adaptarse al cambio climático. La estación anual de crecimiento de las plantas, incluidos los cultivos agrícolas, se alargó una media de 10 días entre 1962 y 1995, y se prevé que siga haciéndolo. Además, la tasa de supervivencia de especies avícolas que hibernan en Europa ha mejorado en las últimas décadas, y es probable que aumente más a medida que sigan subiendo las temperaturas de invierno.
La mayor parte del calentamiento global de los últimos años ha sido causada, explica la AEMA, por actividades humanas, en particular las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor, como el dióxido de carbono (CO2) procedente de la quema de combustibles fósiles.
Causas del cambio
La concentración de CO2 en la atmósfera inferior se encuentra en su punto más alto desde hace por lo menos 420.000 años, quizá incluso desde hace 20 millones de años, y es un 34% más alto que antes de la Revolución Industrial. El aumento se ha acelerado desde 1950. La capacidad destructiva de sucesos metereológicos extremos se evidencia en ejemplos recientes como las inundaciones estivales de 2002 y la ola de calor del verano pasado, subraya la Agencia.
Las grandes inundaciones en 11 países en agosto de 2002 causaron la muerte de 80 personas, afectaron a más de 600.000 y provocaron pérdidas económicas por un valor mínimo de 15.000 millones de dólares. En el verano de 2003, durante la ola de calor que asoló el oeste y el sur de Europa, se registraron 20.000 defunciones más de lo normal, especialmente entre personas mayores. En muchos países del sur las cosechas disminuyeron un 30% y el deshielo redujo la masa de los glaciares alpinos una décima parte, según los datos recogidos en el informe.
Estrategia de adaptación
"Este informe reúne numerosas pruebas de que el cambio climático es un hecho y de que sus efectos son amplios, muchos de ellos con notables costes económicos, para las personas y los ecosistemas de toda Europa", destacó la directora ejecutiva de la Agencia, Jacqueline McGlade, a través de un comunicado. La AEMA considera que Europa necesita "estrategias de adaptación" para limitar los efectos del cambio climático.
"Europa debe seguir liderando los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero este informe también subraya que se precisas estrategias, a escala europea, regional, nacional y local, para adaptarse al cambio climático. Este fenómeno afectará notablemente a nuestras sociedades y entornos naturales durante los próximos decenios y siglos", subrayó McGlade.
BRUSELAS.- Los efectos del cambio climático se pueden observar ya en Europa en forma de tormentas, inundaciones, sequías y "otras condiciones meteorológicas extremas, cada vez más frecuentes y económicamente gravosas", aunque este fenómeno, y sobre todo el calentamiento de la atmósfera que conlleva, afectan especialmente a la Península Ibérica y Rusia occidental, según las conclusiones de un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El informe indica que la temperatura se ha incrementado en 0,95 grados en Europa en los últimos 100 años, por encima de la media mundial, y advierte que este fenómeno de calentamiento ha sido mayor en la Península Ibérica y Rusia occidental, que seguirán con esta tendencia durante los próximos años junto con otros países del sur de Europa como Grecia o Italia. "En el sur de Europa, sobre todo, puede tener graves consecuencias como el incremento de las sequías, del número de incendios forestales, de las olas de calor y de los riesgos para la salud humana", indica el informe.
Según los escenarios que dibujan los autores del estudio, los inviernos fríos, de los que sólo hay uno cada diez años desde 1960, serán cada vez menos frecuentes y desaparecerán por completo en 2080. A partir de entonces, los veranos serán una media de un 10 por ciento más cálidos que los actuales en gran parte de Europa, en un proceso que se dejará sentir antes en España que en el resto del continente.
Análisis del calentamiento global
El estudio analiza el impacto del calientamiento global a través de 22 indicadores que cubren categorías como la atmósfera, los glaciares, los sistemas marinos, la biodiversidad, el agua, la agricultura, la economía o la salud humana. El alcance y el ritmo de los cambios climáticos en curso superan "muy probablemente" toda variación natural del clima ocurrida durante el último milenio o incluso antes, señala la Agencia. La década de los años noventa fue la más calurosa, y los tres años con temperaturas más altas -1998, 2002 y 2003- se han registrado en los últimos seis años. La rapidez del calentamiento global es actualmente de casi 0,2 grados por década.
Pero Europa se calienta más rapidamente que la media mundial. La temperatura se ha elevado una media de 0,95 grados en los últimos cien años, y para este siglo se prevé un incremento adicional de entre 2 y 6,3 grados, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. Desde 1980, casi dos de cada tres catástrofes en Europa se han atribuido a inundaciones, sequías u olas de calor. La media anual de estos desastres meteorológicos se ha duplicado en la década de los noventa en comparación con la década anterior, y también las pérdidas económicas causadas por estos sucesos, que alcanzan los 11.000 millones de euros anuales.
También aumenta el número anual de inundaciones y el número de personas afectadas por ellas. El informe destaca la responsabilidad del cambio climático en este fenómeno, sobre todo por lo que se refiere a las inundaciones torrenciales. Además, el calentamiento de las tres últimas décadas ha reducido la población de especies vegetales en varias partes de Europa, incluso en regiones montañosas. Los glaciares de ocho de las nueve regiones glaciares de Europa están retrocediendo, alcanzando niveles de retroceso superiores a los de los últimos 5.000 años. En el último siglo, el nivel del mar ha subido a razón de 0,8 a 3 milímetros por año, y se prevé que este ritmo de aumento sea de 2 a 4 veces mayor durante este siglo. Las proyecciones muestran, de acuerdo con la AEMA, que de aquí a 2080 podrían desaparecer casi por completo los inviernos fríos, y que los veranos calurosos, las sequías y las fuertes lluvias o granizadas podrían ser mucho más frecuentes.
Efectos positivos
El estudio señala no obstante algunos efectos positivos del cambio climático, en particular para la agricultura del norte de Europa, que podría beneficiarse de un aumento limitado de las temperaturas. Pero en el sur, los cultivos se verían amenazados por la escasez de agua y por las condiciones metereológicas extremas, por lo que los efectos positivos dependerán en gran medida de la capacidad de la agricultura para adaptarse al cambio climático. La estación anual de crecimiento de las plantas, incluidos los cultivos agrícolas, se alargó una media de 10 días entre 1962 y 1995, y se prevé que siga haciéndolo. Además, la tasa de supervivencia de especies avícolas que hibernan en Europa ha mejorado en las últimas décadas, y es probable que aumente más a medida que sigan subiendo las temperaturas de invierno.
La mayor parte del calentamiento global de los últimos años ha sido causada, explica la AEMA, por actividades humanas, en particular las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor, como el dióxido de carbono (CO2) procedente de la quema de combustibles fósiles.
Causas del cambio
La concentración de CO2 en la atmósfera inferior se encuentra en su punto más alto desde hace por lo menos 420.000 años, quizá incluso desde hace 20 millones de años, y es un 34% más alto que antes de la Revolución Industrial. El aumento se ha acelerado desde 1950. La capacidad destructiva de sucesos metereológicos extremos se evidencia en ejemplos recientes como las inundaciones estivales de 2002 y la ola de calor del verano pasado, subraya la Agencia.
Las grandes inundaciones en 11 países en agosto de 2002 causaron la muerte de 80 personas, afectaron a más de 600.000 y provocaron pérdidas económicas por un valor mínimo de 15.000 millones de dólares. En el verano de 2003, durante la ola de calor que asoló el oeste y el sur de Europa, se registraron 20.000 defunciones más de lo normal, especialmente entre personas mayores. En muchos países del sur las cosechas disminuyeron un 30% y el deshielo redujo la masa de los glaciares alpinos una décima parte, según los datos recogidos en el informe.
Estrategia de adaptación
"Este informe reúne numerosas pruebas de que el cambio climático es un hecho y de que sus efectos son amplios, muchos de ellos con notables costes económicos, para las personas y los ecosistemas de toda Europa", destacó la directora ejecutiva de la Agencia, Jacqueline McGlade, a través de un comunicado. La AEMA considera que Europa necesita "estrategias de adaptación" para limitar los efectos del cambio climático.
"Europa debe seguir liderando los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero este informe también subraya que se precisas estrategias, a escala europea, regional, nacional y local, para adaptarse al cambio climático. Este fenómeno afectará notablemente a nuestras sociedades y entornos naturales durante los próximos decenios y siglos", subrayó McGlade.
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