A Victoriano Izquierdo González
Cándido Quintana (Vocal del Patronato de Espacios Naturales Protegidos de la isla de Tenerife)
Gracias a todos los buenos amigos que, indignados como yo ante el insultante escrito de Victoriano Izquierdo González, recientemente publicado en los periódicos, se han hecho oír reforzando aún más la unidad de las miles y miles de personas que no estamos dispuestas a permitir que, con dudosos y oscuros fines reales, acaben con nuestra isla de Tenerife. Entre todas estas contestaciones hay una de Teresa, una mujer joven amiga muy implicada en la defensa del medio, que me ha llegado al alma, por lo que deseo hacer partícipes de su contenido a los lectores de este periódico, transcribiéndola íntegramente a continuación:
Elegía por la muerte de Tenerife
Bien Cándido, siempre habrá gente que no acepte opiniones distintas a la suya y que para que nadie le quite esa poquita seguridad que tiene en lo que está diciendo se dedique a descalificar, insultar y creerse superior a los demás. Es lógico que te revuelva las tripas, no tanto por lo que dice, que es lo mismo que piensan muchos, los que no ven para Tenerife más futuro que urbanizar, hacer carreteras y destruir espacios naturales y paisajes que no saben valorar, sino por el tono despectivo, intolerante e insultante en que se manifiesta. Pero creo que a estas personas, o bien no se les contesta, o, si se hace, sería mejor rebatirle con argumentos, que tenemos muchos, y pasar de las miserias y descalificaciones.
Es más importante la defensa del territorio, del paisaje, de los espacios naturales y, en definitiva, de nuestro entorno, que perder el tiempo en defendernos a nosotros mismos. Ya se le ve el plumero a este señor, y la gente inteligente lo reconocerá al instante: es un intolerante y no acepta que los jóvenes o cualquiera que no sea una "autoridad política o técnica" no debe opinar, no tiene nada que aportar, no sirve. Es lo mismo que piensan esos arrogantes políticos y técnicos en los que él, por lo visto, ha depositado su confianza. Y no le culpo, porque así debería ser, los ciudadanos esperamos y deseamos que los políticos se dediquen (que para eso les pagamos, o mejor dicho, ellos mismos se ponen su sueldo y dietas...) a trabajar por el bienestar de todos y que estén preparados y formados para elegir lo que es más conveniente para la isla y para sus ciudadanos, no para su bolsillo, su imagen, sus ansias de poder o su comodidad. Y que tengan la suficiente capacidad de visión de futuro y el coraje necesario para apostar por un desarrollo sostenible, que haga posible ofrecer a las generaciones futuras un entorno agradable y bonito donde vivir, con espacios para respirar, para esparcirnos, para admirar, para cuidar y para disfrutar. Porque si esto no es posible, si esto no es compatible con el trabajo y el progreso, ¿qué sentido tiene la vida? Entonces, ¡paren el mundo que yo me bajo!
Lo bueno del escrito de este señor es que reconoce que los que no estamos de acuerdo estamos molestando mucho, pues hasta el alcalde de Granadilla tiene que gastarse el dinero en hacer campaña en pro de un macropuerto. ¿Por qué? Si es tan bueno para nuestro futuro, si no se han cometido irregularidades, si no hay más intereses que el bienestar ciudadano, el progreso y el desarrollo sostenible, si se cumple la normativa medioambiental, si no se destrozan entornos naturales dignos de proteger y si además está demostrado que sólo con el puerto de Santa Cruz y sus posibles ampliaciones la isla se va a pique, no haría falta tanta campaña.
El problema para los políticos y los que están a favor es que tenemos argumentos de peso, y eso les duele. Y que se está planteando un debate importante en la sociedad, y eso les da miedo, pues no están acostumbrados a que los ciudadanos opinemos y exijamos.
Aunque se construya finalmente el puerto de Granadilla, creo que es importante lo que está ocurriendo en Tenerife, porque el hecho de que tantos colectivos se unan, no sólo para tratar el tema del puerto de Granadilla, sino también para compartir y solicitar apoyo para otras cuestiones que les inquietan y preocupan es una señal de que algo tiene que cambiar, de que estamos aprendiendo a implicarnos y participar en los asuntos que atañen a nuestra vida y nuestro futuro, y no simplemente a dejarnos llevar. Y lo que es más importante, creo, estamos aprendiendo solidaridad.
Así que, ¡ánimo a todos! Besos.
P.D.: Hay un proverbio indio que dice así: La Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.
Gracias a todos los buenos amigos que, indignados como yo ante el insultante escrito de Victoriano Izquierdo González, recientemente publicado en los periódicos, se han hecho oír reforzando aún más la unidad de las miles y miles de personas que no estamos dispuestas a permitir que, con dudosos y oscuros fines reales, acaben con nuestra isla de Tenerife. Entre todas estas contestaciones hay una de Teresa, una mujer joven amiga muy implicada en la defensa del medio, que me ha llegado al alma, por lo que deseo hacer partícipes de su contenido a los lectores de este periódico, transcribiéndola íntegramente a continuación:
Elegía por la muerte de Tenerife
Bien Cándido, siempre habrá gente que no acepte opiniones distintas a la suya y que para que nadie le quite esa poquita seguridad que tiene en lo que está diciendo se dedique a descalificar, insultar y creerse superior a los demás. Es lógico que te revuelva las tripas, no tanto por lo que dice, que es lo mismo que piensan muchos, los que no ven para Tenerife más futuro que urbanizar, hacer carreteras y destruir espacios naturales y paisajes que no saben valorar, sino por el tono despectivo, intolerante e insultante en que se manifiesta. Pero creo que a estas personas, o bien no se les contesta, o, si se hace, sería mejor rebatirle con argumentos, que tenemos muchos, y pasar de las miserias y descalificaciones.
Es más importante la defensa del territorio, del paisaje, de los espacios naturales y, en definitiva, de nuestro entorno, que perder el tiempo en defendernos a nosotros mismos. Ya se le ve el plumero a este señor, y la gente inteligente lo reconocerá al instante: es un intolerante y no acepta que los jóvenes o cualquiera que no sea una "autoridad política o técnica" no debe opinar, no tiene nada que aportar, no sirve. Es lo mismo que piensan esos arrogantes políticos y técnicos en los que él, por lo visto, ha depositado su confianza. Y no le culpo, porque así debería ser, los ciudadanos esperamos y deseamos que los políticos se dediquen (que para eso les pagamos, o mejor dicho, ellos mismos se ponen su sueldo y dietas...) a trabajar por el bienestar de todos y que estén preparados y formados para elegir lo que es más conveniente para la isla y para sus ciudadanos, no para su bolsillo, su imagen, sus ansias de poder o su comodidad. Y que tengan la suficiente capacidad de visión de futuro y el coraje necesario para apostar por un desarrollo sostenible, que haga posible ofrecer a las generaciones futuras un entorno agradable y bonito donde vivir, con espacios para respirar, para esparcirnos, para admirar, para cuidar y para disfrutar. Porque si esto no es posible, si esto no es compatible con el trabajo y el progreso, ¿qué sentido tiene la vida? Entonces, ¡paren el mundo que yo me bajo!
Lo bueno del escrito de este señor es que reconoce que los que no estamos de acuerdo estamos molestando mucho, pues hasta el alcalde de Granadilla tiene que gastarse el dinero en hacer campaña en pro de un macropuerto. ¿Por qué? Si es tan bueno para nuestro futuro, si no se han cometido irregularidades, si no hay más intereses que el bienestar ciudadano, el progreso y el desarrollo sostenible, si se cumple la normativa medioambiental, si no se destrozan entornos naturales dignos de proteger y si además está demostrado que sólo con el puerto de Santa Cruz y sus posibles ampliaciones la isla se va a pique, no haría falta tanta campaña.
El problema para los políticos y los que están a favor es que tenemos argumentos de peso, y eso les duele. Y que se está planteando un debate importante en la sociedad, y eso les da miedo, pues no están acostumbrados a que los ciudadanos opinemos y exijamos.
Aunque se construya finalmente el puerto de Granadilla, creo que es importante lo que está ocurriendo en Tenerife, porque el hecho de que tantos colectivos se unan, no sólo para tratar el tema del puerto de Granadilla, sino también para compartir y solicitar apoyo para otras cuestiones que les inquietan y preocupan es una señal de que algo tiene que cambiar, de que estamos aprendiendo a implicarnos y participar en los asuntos que atañen a nuestra vida y nuestro futuro, y no simplemente a dejarnos llevar. Y lo que es más importante, creo, estamos aprendiendo solidaridad.
Así que, ¡ánimo a todos! Besos.
P.D.: Hay un proverbio indio que dice así: La Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.
1 comentario
Victoriano Izquierdo Ramírez -
Buscando por Google mi nombre aparece este señor que tiene el mismo nombre y primer apellido.