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TURCÓN - Ecologistas en acción

Puerto de Granadilla: demasiadas sombras

Puerto de Granadilla: demasiadas sombras Julio Martín Fernández

Como ciudadano triste y decepcionado, me he decidido a enviar esta carta ante la indignación que me produce la manipulación mediática que se está llevando a cabo sobre el ya famoso nuevo puerto de Granadilla, debido a que en la prensa local, sólo se habla de las supuestas bondades del nuevo puerto (sobre todo empleo y crecimiento de la economía insular) sin hacerse eco de las muchas implicaciones negativas que conlleva dicho proyecto: económicas, ambientales, sociales... no sólo actuales sino, lo más preocupante, que se generarán en los próximos años.

Tampoco se informa con la profundidad y el rigor que se supone a los profesionales del periodismo de las muchas movilizaciones que hay en contra: Iniciativa Legislativa Popular con más de 56.000 firmas, Asamblea por Tenerife con 500 asistentes, grupos ecologistas, colectivos de pescadores, asociaciones en toda la isla, actos en las playas, etc. ¿Por qué no se hace una encuesta diaria en la calle como hizo algún medio con el tranvía? Quizás existe miedo a lo que contesten los ciudadanos.

Aunque muchas veces parezca lo contrario, el pueblo no es tonto y sabe que la prensa o la TV dicen lo que le conviene o lo que le imponen decir. Recordemos cómo empezó el tendido en Vilaflor... y cómo acabó. Con los políticos saliendo en la foto. Patético. Cada vez tengo más claro que la democracia en la que decimos convivir tiene muchos agujeros negros, casi todos producidos o alentados por los que tienen el poder económico y político, que desgraciadamente la utilizan para incrementar sus cuotas de poder y riqueza.

En este caso concreto se ha probado que existe una manipulación y ocultación de documentos por parte del Gobierno de Canarias y del lobby constructor, sólo para sacar adelante a toda costa una obra económica y medioambientalmente innecesaria y destructiva. Hay grandes nombres y académicos de prestigio de esta isla que no ven ningún beneficio en el proyecto y son personas sobradamente preparadas. No sólo se oponen esos locos ecologistas. Se opone la mayoría del pueblo tinerfeño. Pero el gobierno y los empresarios siguen sin escuchar.

La última estrategia de los medios y los políticos para defender el proyecto es comparar las carencias en infraestructuras de Tenerife con Gran Canaria. En este caso, el pleito insular que se pretende fomentar alegando que Tenerife se seguirá retrasando respecto a Gran Canaria no es válido. Miremos cómo está la isla de enfrente saturada de cemento, con un paisaje deteriorado y con cada vez menos turismo -que digan lo que digan sigue siendo nuestra teta-. Además, no es cierto que contra los proyectos de Arinaga o Veneguera no hubiese protestas. Todavía las hay. Los que hablan de ese retraso deberían hablar de inversión en sanidad, cultura o servicios sociales. Ahí si que estamos retrasados, pero no en obras faraónicas innecesarias.

Soy economista, y he leído los argumentos a favor del puerto que esgrimen el Gobierno de Canarias y el clan constructor de la isla: más empleo, conseguir tráfico de buques, descolapsar el puerto de Santa Cruz, desarrollo del sur de la isla... Es por lo menos cuestionable que con esta obra se consigan estos objetivos a medio y largo plazo, por no decir falso ya que a estas alturas hay algo que nadie pone en duda: nuestra economía vive del turismo. Un turismo que viene a Canarias buscando un destino idílico -es lo que vende el gobierno- y se encontrará con una isla convertida en megaciudad, masificada de puertos, coches y edificios y con cada vez menos espacios naturales y ya prácticamente sin costa virgen. No es precisamente lo que espera un turista de las Islas.

Desgraciadamente, como decía un profesor de Economía de la Universidad de la Laguna, el político tiende y tenderá a confundir los términos desarrollo económico y crecimiento económico. El desarrollo implica que la sociedad participe del crecimiento económico, que haya mejoras sociales, culturales, medioambientales y de reparto de riqueza. Dudo mucho que esto pase con el nuevo puerto, que destruirá costa, paisaje, fondos marinos, playas..., que afectará al turismo de la zona y que colapsará más aún la autopista del sur, la mayoría del empleo que generará será temporal hasta que acabe su construcción, no será competitivo con otros puertos del entorno, etc.

Si no se paran este u otros proyectos que derrochan recursos y no respetan este territorio tan frágil, nuestros hijos se entristecerán con la isla que les tocará vivir.

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