Defensa propia
CanariasAhora.com, 8-10-2004
José A. Alemán
Hombre de poca fe me llamó alguien ayer porque daba por descontado que en las elecciones al consejo de administración de La Caja se llevaría el gato al agua la UTE Mauricio-Soria. Sin embargo, ya vieron, ganó el sector escorado hacia Carmelo Ramírez, que con los psocialistas tendrá el control del órgano.
Tenía razón mi comunicante porque es cierto que daba yo por ganadores a la conjunción mauriciana-soriásica. Me equivoqué y me alegro. Por más que mi alegría no dé para tirar voladores por aquello de contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Porque, la verdad, no creo que los ganadores den de sí ni que vaya a modificarse la trayectoria de la entidad. Será un pasar y dudo que La Caja, tan sometida siempre a la política y a las ventoleras mauricianas (Mauricio la ha zarandeado con grave daño no una ni dos veces y en función de sus conveniencias), pueda ya ser el instrumento financiero determinante que la economía canaria demandó siempre. Otros le han tomado ahora el sitio y La Caja es sólo una entidad financiera más. Que hablemos de ella en términos políticos es significativo.
Una situación de la que no es responsable el equipo de Antonio Marrero, sino que viene de atrás. Se da por seguro que Marrero continuará en la presidencia, lo que permite pensar en que habrá estabilidad se mantendrá la inercia- hasta la próxima vez. Por cierto que en esta ocasión no ha amenazado Soria con la retirada de fondos públicos de la entidad, como cuando le dio el primer pronto prepotente de su etapa cabildicia. Igual se ha civilizado y nosotros sin enterarnos. En cualquier caso, a pesar de mis reservas, el pinchazo de la UTE es lo mejor que podía pasarle a La Caja.
Tras esta moderada expresión de júbilo, que no es poco en los tiempos que corremos sobre cáscaras de bananos, otra buena noticia: la dirección general de Medio Ambiente de la Comisión Europea considera que el proyecto de Granadilla no es conforme con la directiva comunitaria Hábitat. Las autoridades españolas tienen hasta mediados de mes para presentar alegaciones que, de no ser admitidas, dejarían definitivamente el proyecto sin financiación europea. Guardaré los voladores hasta entonces.
No sé si ilegal es el calificativo adecuado donde sólo se dice que no es conforme. Pero, sea lo que sea, las razones de la dirección general europea para darle semejante parón a lo de Granadilla nos pone de nuevo ante la absoluta falta de escrúpulos de los políticos para mentir con desenfado. Tanto Luis Suárez Trenor, presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, como Milagros Luis Brito, viceconsejera de Medio Ambiente, nada menos, habían sentado que el impacto medioambiental del puerto sería prácticamente nulo; el desmentido de la Comisión los ha dejado con los glúteos a la intemperie y nos hace sentir la mezcla de indignación y vergüenza ajena que es nuestro estado de ánimo habitual al acercarnos a la política. Aunque, bien mirado, nada debe reprochárseles: después de todo, para decir esas cosas y ver de engañar al personal los pusieron donde están. Lo sorprendente hubiera sido que se opusieran al proyecto y que la oligarquía promotora del puerto y entenados los mantuviera en sus puestos. Para actuar así se les paga, no lo olvidemos.
La promoción Granadilla a lo bestia tenía las bendiciones del Gobierno canario y del Cabildo de Tenerife. También la del Gobierno central; no sé si por decisión del anterior o del actual. Hasta el 17 de octubre podrán alegar lo que tengan a bien y cabe la posibilidad, dicen que remota, de que la Comisión modifique su postura. Será interesante ver qué hace Zapatero, angelito mío. De momento, los anti Granadilla anuncian que agotarán su calendario de movilizaciones; por si las moscas y porque, total, no van a desperdiciar el gasto y los esfuerzos hechos para poner en la calle un número suficiente de personas. Tenerife ha vuelto a demostrar, en definitiva, que merece la pena atender los toques a rebato en defensa propia.
José A. Alemán
Hombre de poca fe me llamó alguien ayer porque daba por descontado que en las elecciones al consejo de administración de La Caja se llevaría el gato al agua la UTE Mauricio-Soria. Sin embargo, ya vieron, ganó el sector escorado hacia Carmelo Ramírez, que con los psocialistas tendrá el control del órgano.
Tenía razón mi comunicante porque es cierto que daba yo por ganadores a la conjunción mauriciana-soriásica. Me equivoqué y me alegro. Por más que mi alegría no dé para tirar voladores por aquello de contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Porque, la verdad, no creo que los ganadores den de sí ni que vaya a modificarse la trayectoria de la entidad. Será un pasar y dudo que La Caja, tan sometida siempre a la política y a las ventoleras mauricianas (Mauricio la ha zarandeado con grave daño no una ni dos veces y en función de sus conveniencias), pueda ya ser el instrumento financiero determinante que la economía canaria demandó siempre. Otros le han tomado ahora el sitio y La Caja es sólo una entidad financiera más. Que hablemos de ella en términos políticos es significativo.
Una situación de la que no es responsable el equipo de Antonio Marrero, sino que viene de atrás. Se da por seguro que Marrero continuará en la presidencia, lo que permite pensar en que habrá estabilidad se mantendrá la inercia- hasta la próxima vez. Por cierto que en esta ocasión no ha amenazado Soria con la retirada de fondos públicos de la entidad, como cuando le dio el primer pronto prepotente de su etapa cabildicia. Igual se ha civilizado y nosotros sin enterarnos. En cualquier caso, a pesar de mis reservas, el pinchazo de la UTE es lo mejor que podía pasarle a La Caja.
Tras esta moderada expresión de júbilo, que no es poco en los tiempos que corremos sobre cáscaras de bananos, otra buena noticia: la dirección general de Medio Ambiente de la Comisión Europea considera que el proyecto de Granadilla no es conforme con la directiva comunitaria Hábitat. Las autoridades españolas tienen hasta mediados de mes para presentar alegaciones que, de no ser admitidas, dejarían definitivamente el proyecto sin financiación europea. Guardaré los voladores hasta entonces.
No sé si ilegal es el calificativo adecuado donde sólo se dice que no es conforme. Pero, sea lo que sea, las razones de la dirección general europea para darle semejante parón a lo de Granadilla nos pone de nuevo ante la absoluta falta de escrúpulos de los políticos para mentir con desenfado. Tanto Luis Suárez Trenor, presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, como Milagros Luis Brito, viceconsejera de Medio Ambiente, nada menos, habían sentado que el impacto medioambiental del puerto sería prácticamente nulo; el desmentido de la Comisión los ha dejado con los glúteos a la intemperie y nos hace sentir la mezcla de indignación y vergüenza ajena que es nuestro estado de ánimo habitual al acercarnos a la política. Aunque, bien mirado, nada debe reprochárseles: después de todo, para decir esas cosas y ver de engañar al personal los pusieron donde están. Lo sorprendente hubiera sido que se opusieran al proyecto y que la oligarquía promotora del puerto y entenados los mantuviera en sus puestos. Para actuar así se les paga, no lo olvidemos.
La promoción Granadilla a lo bestia tenía las bendiciones del Gobierno canario y del Cabildo de Tenerife. También la del Gobierno central; no sé si por decisión del anterior o del actual. Hasta el 17 de octubre podrán alegar lo que tengan a bien y cabe la posibilidad, dicen que remota, de que la Comisión modifique su postura. Será interesante ver qué hace Zapatero, angelito mío. De momento, los anti Granadilla anuncian que agotarán su calendario de movilizaciones; por si las moscas y porque, total, no van a desperdiciar el gasto y los esfuerzos hechos para poner en la calle un número suficiente de personas. Tenerife ha vuelto a demostrar, en definitiva, que merece la pena atender los toques a rebato en defensa propia.
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