La UE apuesta por la creación de bosques para combatir el cambio climático
Las masas arboreas limpian el aire de contaminantes y capturan CO2 pero falta una normativa que legisle las ayudas a los propietarios forestales.
La conservación de los bosques se ha convertido en los últimos años en una de las mayores prioridades, no ya de los ecologistas, sino del conjunto de la sociedad. Los propietarios de terrenos forestales están llegando a tener, incluso, incentivos económicos. Las masas arbóreas limpian el aire de contaminantes y capturan dióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero y, por ende, del cambio climático mundial. El objetivo principal, por lo tanto, es el de mantener y potenciar las áreas forestales, y para ello es necesario incentivar a los propietarios para su mantenimiento sostenible.
Desde la década de los 90, sucesivos programas financiados con fondos públicos han contribuido a un auge en las forestas de tierras agrarias en España. En 1999 la Unión Europea estableció un reglamento para regular un régimen de ayudas que incentivara el cambio de terreno agrícola al forestal.
Sin embargo, el experto en economía y gestión forestal Luis Díaz Balteiro analizó un estudio sobre la rentabilidad de estos incentivos, del que dedujo que el sistema actual de ayudas puede constituir una «solución subóptima, ya que añadir nuevas subvenciones a las ya existentes no va a potenciar una mayor captura de carbono, sino únicamente logrará incrementar los ingresos de los propietarios».
La conservación de los bosques se ha convertido en los últimos años en una de las mayores prioridades, no ya de los ecologistas, sino del conjunto de la sociedad. Los propietarios de terrenos forestales están llegando a tener, incluso, incentivos económicos. Las masas arbóreas limpian el aire de contaminantes y capturan dióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero y, por ende, del cambio climático mundial. El objetivo principal, por lo tanto, es el de mantener y potenciar las áreas forestales, y para ello es necesario incentivar a los propietarios para su mantenimiento sostenible.
Desde la década de los 90, sucesivos programas financiados con fondos públicos han contribuido a un auge en las forestas de tierras agrarias en España. En 1999 la Unión Europea estableció un reglamento para regular un régimen de ayudas que incentivara el cambio de terreno agrícola al forestal.
Sin embargo, el experto en economía y gestión forestal Luis Díaz Balteiro analizó un estudio sobre la rentabilidad de estos incentivos, del que dedujo que el sistema actual de ayudas puede constituir una «solución subóptima, ya que añadir nuevas subvenciones a las ya existentes no va a potenciar una mayor captura de carbono, sino únicamente logrará incrementar los ingresos de los propietarios».
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