Pobreza cero: acuerdos que no sastifacen a nadie
El G8 acuerda un aumento de 42.000 millones de euros de su paquete de ayuda al desarrollo
Blair anuncia que el grupo destinará 3.000 millones de dólares (2.520 millones de euros) a la Autoridad Nacional Palestina
José Manuel Sanz/Efe
Gleneagles (Reino Unido)
Los líderes del G8 ofrecieron ayer un aumento sustancial, de 50.000 millones de dólares (algo más de 42.000 millones de euros), de su ayuda al desarrollo a cambio del firme compromiso de los países más pobres, especialmente africanos, de avanzar en la democracia y el buen gobierno. El primer ministro británico, Tony Blair, presidente en ejercicio del grupo, compareció ante los medios de información, rodeado por todos los participantes en esta cumbre, para anunciar el compromiso de los Ocho sobre el aumento de la ayuda a los países pobres y otros acuerdos de la reunión celebrada en Escocia.
Blair puso los significativos compromisos logrados por el G8 en radical contraste con "la política del terror" que la víspera golpeó duramente a su país. Al menos medio centenar de personas murieron en los atentados perpetrados el jueves en el metro y un autobús urbano de Londres, atribuidas por la policía al extremismo islámico.
"Hemos venido aquí en solidaridad con el continente africano", declaró Blair, flanqueado por los líderes de Grupo de los Ocho y de siete Estados africanos invitados a esta jornada de clausura, Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Tanzania, Ghana, Senegal y Argelia.
Blair anunció el acuerdo de todos sobre un plan de acción para el desarrollo de África que será llevado a cabo "en cooperación" con los países de este continente asolado por la miseria y la enfermedad. "No será el final de la pobreza en África", reconoció el actual presidente del G8, pero lo decidido supone al menos "la esperanza en que pueda acabarse con ella".
Tampoco es "lo que cada uno hubiera querido", pero representa "un avance, un progreso real y alcanzable", añadió el primer ministro británico, quien afirmó que representa "la expresión definitiva de nuestra voluntad colectiva de actuar para hacer frente a la muerte, a la enfermedad y a los conflictos", con el objetivo de evitarlos.
Entre los compromisos logrados en Gleneagles, Blair citó el aumento de la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares, la "señal" para un nuevo acuerdo sobre la liberalización del comercio, la cancelación de la deuda de los países más pobres, un "acceso universal a los tratamientos contra el sida y una nueva fuerza de mantenimiento de la paz para África.
A cambio, los líderes africanos, aseguró, reafirmaron su compromiso con la democracia, el buen gobierno y el imperio de la ley. "Todo esto no va a cambiar el mundo mañana", insistió Blair, quien, sin embargo, afirmó que "es el comienzo, no el final".
África ocupó ayer el centro de los debates entre los gobernantes de EEUU, Japón, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá, que se comprometieron a intensificar sus esfuerzos para que la pobreza pueda reducirse de forma drástica en el continente, conforme a los planes de la ONU.
El 80% de la nueva ayuda oficial al desarrollo que el G8 ofreció procederá de la Unión Europea, que ya se ha comprometido, por su parte, a duplicar su asistencia desde los 34.000 millones de euros del 2004 hasta los 68.000 millones en el 2010.
Además, "nada de esto hoy está a la altura del impacto causado por la crueldad del terrorismo", pero está guiado por la esperanza de que se pueda derrotar al terror e iniciar "el camino hacia un mejor futuro".
Por eso, concluyó Blair, "pensamos que, al final, la política que representamos vencerá al crimen y al terrorismo, no sólo nosotros como líderes del G8, sino millones de personas fuera de esta cumbre que creen en el progreso, mediante la democracia y la cooperación pacífica entre seres humanos civilizados".
Palestina
El G8 también dio ayer su respaldo a una contribución financiera anual de hasta 3.000 millones de dólares (2.520 millones de euros) durante los próximos tres años destinada a la Autoridad Nacional Palestina, en respuesta a una petición concreta de James Wolfensohn, ex presidente del Banco Mundial y actual enviado especial del Cuarteto, formado por la ONU, EEUU, UE y Rusia, para la retirada israelí de la franja de Gaza.
El G8 hizo al mismo tiempo una invitación a los Estados Arabes y a los miembros de la Conferencia Islámica para que aporten también medios financieros adicionales.
Fuentes comunitarias advirtieron, sin embargo, de los eventuales problemas para la absorción de esa ayuda adicional, que debería estar bien gestionada y destinada a objetivos adecuados.
El comunicado, además, hizo un llamamiento a Israel para que cumpla sus compromisos sobre los asentamientos judíos, según la "Hoja de Ruta", y flexibilice las restricciones de movimientos que impiden la recuperación económica palestina, aun garantizando las necesidades de seguridad de ese Estado.
Esta recuperación exige también "reformas sistemáticas impulsadas por la Autoridad Palestina, que debe restablecer la ley y el orden internos y tomar medidas efectivas contra el terrorismo", señalaron los Ocho.
Compromiso con el clima
Por lo que se refiere a la lucha contra el calentamiento del planeta, Blair explicó que sin involucrar en el proceso a EEUU jamás se conseguiría que los países emergentes, que "pronto consumirán más energía que ninguna otra parte del mundo", se sumen al necesario diálogo internacional para atajar el grave problema.
El político británico reconoció que le habría gustado compromisos más concretos en ese asunto, como los logrados en relación con la ayuda a África, pero descartó que se vaya a negociar el tratado de Kioto, que los George Bush se ha negado empecinadamente a ratificar.
Para Blair, lo importante es haber preparado el camino hacia un "nuevo y genuino consenso" para cuando expire ese tratado en el 2012, y sobre todo haber iniciado un diálogo sobre el tema con el grupo formado por Brasil, México, China, la India y Suráfrica, que continuará y se revisará en las próximas cumbres de San Petersburgo y Tokio.
Organizaciones no gubernamentales y ecologistas como Greenpeace o Amigos de la Tierra criticaron, sin embargo, que Blair no hubiese convencido a Bush para que aceptase las limitaciones de emisiones de CO2 que fija Kioto.
"La búsqueda de consenso ha dado como resultado una floja declaración que no fija objetivos ni calendario alguno", declaró Stephanie Turnerk, de la ONG Oxfam, quien se felicitó, sin embargo, de que a excepción de EEUU el resto del Grupo de los Ocho y los emergentes hubieran coincidido en la necesidad de fijar estrictos límites a esas emisiones.
Blair anuncia que el grupo destinará 3.000 millones de dólares (2.520 millones de euros) a la Autoridad Nacional Palestina
José Manuel Sanz/Efe
Gleneagles (Reino Unido)
Los líderes del G8 ofrecieron ayer un aumento sustancial, de 50.000 millones de dólares (algo más de 42.000 millones de euros), de su ayuda al desarrollo a cambio del firme compromiso de los países más pobres, especialmente africanos, de avanzar en la democracia y el buen gobierno. El primer ministro británico, Tony Blair, presidente en ejercicio del grupo, compareció ante los medios de información, rodeado por todos los participantes en esta cumbre, para anunciar el compromiso de los Ocho sobre el aumento de la ayuda a los países pobres y otros acuerdos de la reunión celebrada en Escocia.
Blair puso los significativos compromisos logrados por el G8 en radical contraste con "la política del terror" que la víspera golpeó duramente a su país. Al menos medio centenar de personas murieron en los atentados perpetrados el jueves en el metro y un autobús urbano de Londres, atribuidas por la policía al extremismo islámico.
"Hemos venido aquí en solidaridad con el continente africano", declaró Blair, flanqueado por los líderes de Grupo de los Ocho y de siete Estados africanos invitados a esta jornada de clausura, Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Tanzania, Ghana, Senegal y Argelia.
Blair anunció el acuerdo de todos sobre un plan de acción para el desarrollo de África que será llevado a cabo "en cooperación" con los países de este continente asolado por la miseria y la enfermedad. "No será el final de la pobreza en África", reconoció el actual presidente del G8, pero lo decidido supone al menos "la esperanza en que pueda acabarse con ella".
Tampoco es "lo que cada uno hubiera querido", pero representa "un avance, un progreso real y alcanzable", añadió el primer ministro británico, quien afirmó que representa "la expresión definitiva de nuestra voluntad colectiva de actuar para hacer frente a la muerte, a la enfermedad y a los conflictos", con el objetivo de evitarlos.
Entre los compromisos logrados en Gleneagles, Blair citó el aumento de la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares, la "señal" para un nuevo acuerdo sobre la liberalización del comercio, la cancelación de la deuda de los países más pobres, un "acceso universal a los tratamientos contra el sida y una nueva fuerza de mantenimiento de la paz para África.
A cambio, los líderes africanos, aseguró, reafirmaron su compromiso con la democracia, el buen gobierno y el imperio de la ley. "Todo esto no va a cambiar el mundo mañana", insistió Blair, quien, sin embargo, afirmó que "es el comienzo, no el final".
África ocupó ayer el centro de los debates entre los gobernantes de EEUU, Japón, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá, que se comprometieron a intensificar sus esfuerzos para que la pobreza pueda reducirse de forma drástica en el continente, conforme a los planes de la ONU.
El 80% de la nueva ayuda oficial al desarrollo que el G8 ofreció procederá de la Unión Europea, que ya se ha comprometido, por su parte, a duplicar su asistencia desde los 34.000 millones de euros del 2004 hasta los 68.000 millones en el 2010.
Además, "nada de esto hoy está a la altura del impacto causado por la crueldad del terrorismo", pero está guiado por la esperanza de que se pueda derrotar al terror e iniciar "el camino hacia un mejor futuro".
Por eso, concluyó Blair, "pensamos que, al final, la política que representamos vencerá al crimen y al terrorismo, no sólo nosotros como líderes del G8, sino millones de personas fuera de esta cumbre que creen en el progreso, mediante la democracia y la cooperación pacífica entre seres humanos civilizados".
Palestina
El G8 también dio ayer su respaldo a una contribución financiera anual de hasta 3.000 millones de dólares (2.520 millones de euros) durante los próximos tres años destinada a la Autoridad Nacional Palestina, en respuesta a una petición concreta de James Wolfensohn, ex presidente del Banco Mundial y actual enviado especial del Cuarteto, formado por la ONU, EEUU, UE y Rusia, para la retirada israelí de la franja de Gaza.
El G8 hizo al mismo tiempo una invitación a los Estados Arabes y a los miembros de la Conferencia Islámica para que aporten también medios financieros adicionales.
Fuentes comunitarias advirtieron, sin embargo, de los eventuales problemas para la absorción de esa ayuda adicional, que debería estar bien gestionada y destinada a objetivos adecuados.
El comunicado, además, hizo un llamamiento a Israel para que cumpla sus compromisos sobre los asentamientos judíos, según la "Hoja de Ruta", y flexibilice las restricciones de movimientos que impiden la recuperación económica palestina, aun garantizando las necesidades de seguridad de ese Estado.
Esta recuperación exige también "reformas sistemáticas impulsadas por la Autoridad Palestina, que debe restablecer la ley y el orden internos y tomar medidas efectivas contra el terrorismo", señalaron los Ocho.
Compromiso con el clima
Por lo que se refiere a la lucha contra el calentamiento del planeta, Blair explicó que sin involucrar en el proceso a EEUU jamás se conseguiría que los países emergentes, que "pronto consumirán más energía que ninguna otra parte del mundo", se sumen al necesario diálogo internacional para atajar el grave problema.
El político británico reconoció que le habría gustado compromisos más concretos en ese asunto, como los logrados en relación con la ayuda a África, pero descartó que se vaya a negociar el tratado de Kioto, que los George Bush se ha negado empecinadamente a ratificar.
Para Blair, lo importante es haber preparado el camino hacia un "nuevo y genuino consenso" para cuando expire ese tratado en el 2012, y sobre todo haber iniciado un diálogo sobre el tema con el grupo formado por Brasil, México, China, la India y Suráfrica, que continuará y se revisará en las próximas cumbres de San Petersburgo y Tokio.
Organizaciones no gubernamentales y ecologistas como Greenpeace o Amigos de la Tierra criticaron, sin embargo, que Blair no hubiese convencido a Bush para que aceptase las limitaciones de emisiones de CO2 que fija Kioto.
"La búsqueda de consenso ha dado como resultado una floja declaración que no fija objetivos ni calendario alguno", declaró Stephanie Turnerk, de la ONG Oxfam, quien se felicitó, sin embargo, de que a excepción de EEUU el resto del Grupo de los Ocho y los emergentes hubieran coincidido en la necesidad de fijar estrictos límites a esas emisiones.
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