¿Has oído hablar de los alimentos prebióticos?
¿Has oído hablar de los alimentos prebióticos que están ahora tanto de moda?
Aquí nos encontramos ante un grupo de alimentos con fibra prebiótica, es decir, es una fibra que, al fermentar en el intestino producen unos microorganismos que actúan como nutrientes para algunos ácidos que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, principalmente el cáncer de colon.
Todos los días te tomas tu tacita o tacitas de te, porque tienes problemas de retención de líquidos y necesitas algún diurético natural, pero no te gusta su sabor. Estos frutos de color anaranjado, poseen buenos niveles de potasio, oligoelemento que nos puede ayudar como diurético. Con ello, posiblemente no vas a renunciar al te, pero quizás, puedas permitirte tomar menor cantidad, y optar por esta fruta de tan excelente sabor.
Antioxidantes a mordiscos
Llegan las frutas del verano
Están en plena temporada. Su refrescante sabor las hace apetecibles a cualquier paladar y sus muchas cualidades resultan esenciales para mantener una buena salud. Son el melocotón, el albaricoque y el níspero, auténticos cócteles vitamínicos que protegen el corazón y previenen el cáncer
Chus Muñoz - Madrid.-
La llegada de ciertas frutas a los mercados da la bienvenida a la temporada estival. Su olor dulzón, sus formas redondeadas y su textura suave señala la subida de las temperaturas y, con ello, cierto cambio en nuestras apetencias culinarias que convierten a estas frutas en un remedio ideal para saciar la sed de forma saludable y nutritiva. Son el melocotón, el albaricoque, el níspero y los muchos híbridos que se originan a partir de éstos, como las fresquillas o las neftarinas, productos ricos en agua cuyo efecto refrescante supone un alivio inmediato a los estragos veraniegos.
Gran parte de la geografía española es harto generosa en estas frutas, a cuyo cultivo se dedican miles de hectáreas en todo el país. De calidad inmejorable, suculento sabor y apetecible estampa, su presencia en todos los hogares desde el comienzo del mes de junio hasta pasado septiembre sustituye a los cítricos invernales como fuente principal de vitaminas en nuestros postres, además de ser un ingrediente de lo más socorrido en macedonias, mermeladas y diversos dulces. Pero si existe una característica común que comparten estas frutas veraniegas es el color amarillo anaranjado de su pulpa, debido a su abundancia en betacaroteno o provitamina A. Para Carmen Vidal Carou, Catedrática de Bromatología y Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, el efecto de esta sustancia en el organismo es clave para la prevención de ciertas dolencias muy acordes con nuestros tiempos, «ya que contrarrestan el estrés oxidativo que da lugar a muchos tipos de cáncer y alteraciones cardiovasculares». En efecto, el betacaroteno o provitamina A es una sustancia de acción antioxidante que, además de ayudar a prevenir dichas enfermedades, juega un papel esencial para la buena visión, el correcto estado de la piel, el cabello, las mucosas y para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Especialmente importante es el hecho de que la acción antioxidante del betacaroteno contribuya a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. «Estas enfermedades llamadas "de la civilización» -señala Carmen Vidal Carou- se producen por un estrés oxidativo que ciertas vitaminas pueden frenar, como es el caso del betacaroteno, que el organismo convierte en vitamina A a medida que lo va necesitando». Dicha sustancia se encuentra en una gran variedad de frutas, cereales y verduras, aunque en muy pocas en tan alta cantidad como en los melocotones y albaricoques. «Además -continúa Vidal- es importante señalar que siempre conviene tomar productos de temporada, como ahora lo están éstos, porque se encuentran en su esplendor tanto desde un punto de vista sensorial como nutricional, y además al ser frutas que se consumen en fresco, sin necesidad de cocerlas como ocurre con algunas verduras, el betacarotono presente en ellas se mantiene intacto, sin sufrir las inevitables pérdidas que se producen siempre que el alimento ha pasado por un proceso de cocción».
Y por si estas razones no fueran suficientes para sumarse a ciegas al consumo de estas frutas ricas en betacaroteno, hay que añadir otro efecto positivo de esta pro vitamina. Según la doctora Vidal, «el betacaroteno actúa como precursor de la melanina, el pigmento natural gracias al cual podemos lucir una piel morena. La zanahoria es popularmente muy conocida porque su consumo acelera un bronceado seguro, pero también estas frutas producen dicho efecto sobre nuestra piel. Si en verano tomamos regularmente melocotones, albaricoques o nísperos, estamos en cierto modo protegiendo la piel de los efectos nocivos de los rayos solares».
Frutas dulces, pero no calóricas
Aunque el sabor dulzón de melocotones y albaricoques y algo menos en el caso de los nísperos puede hacer pensar que su contenido en azúcares sea demasiado alto, nada más lejos de la realidad. Bien al contrario, en comparación con otras frutas su aporte energético es bastante bajo a causa de su alto contenido en agua y su aporte modesto de hidratos de carbono, por lo que su consumo no debe restringirse en ninguna edad ni situación, incluyendo aquellas personas que puedan seguir una dieta hipocalórica para controlar su peso o quienes padezcan diabetes. «También hay que tener en cuenta que al ser frutas muy ricas en fibra -indica Vidal Carou-, esta circunstancia hace que su azúcar sea absorbido por el organismo de forma más lenta, sin producirse subidas acusadas de glucosa en la sangre».
Especialmente ricos en fibra son los albaricoques que se consumen secos, conocidos como «orejones», aunque en este caso hay que tener en cuenta que muchas empresas de alimentación utilizan dióxido de azufre para conservar su color antes de que se sequen, lo que puede causar reacciones asmáticas en personas que presenten propensión a estas alteraciones respitarorias.
Otro dato importante en lo que también respecta a la fibra contenida en estas frutas es su capacidad para ayudar a prevenir ciertas enfermedades. «En efecto, este tipo de fibra, llamada prebiótica, se distingue porque al fermentar a nivel intestinal produce unos microorganismos que actúan como nutrientes para algunos ácidos que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, como se ha comprobado a través de varios estudios en el caso del cáncer de colon», apunta la especialista en Nutrición. «Además, la población española -continúa Vidal- consume muy poca fibra, algo que se puede remediar aumentando la ingesta de estas sabrosas frutas de temporada. Porque, aparte de su efecto prebiótico, la fibra tiene propiedades laxantes y ayuda a reducir la tasa de colesterol en sangre».
Fuente de Potasio y magnesio
Otro de los beneficios nutricionales que se pueden atribuir a este grupo de frutas es su alto contenido en oligolementos tan importantes como el potasio y el magnesio, presentes en mayor medida en los melocotones. El potasio tiene un efecto diurético y es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de ayudar a mantener la correcta elasticidad de nuestras arterias. Todas estas razones, unidas a la ausencia de sodio en la composición de esta fruta veraniega, hace que el consumo de melocotones esté muy recomendado en personas que padecen hipertensión arterial o afecciones leves de origen cardiovascular, aunque por contra hay que advertir que se debe restringir su ingesta siempre que se haya diagnosticado insuficiencia renal, ya que en estos casos siempre se tiene que seguir una dieta de control de potasio prescrita por el especialista.
Respecto al magnesio, ayuda al corazón previniendo los espasmos de arterias coronarias y reduciendo la presión sanguínea. También se ha mostrado muy eficaz para la prevención y mejora de la diabetes ya que su falta nos vuelve más vulnerables a la resistencia de la insulina.
Por último, y no por evidente menos importante, este grupo de frutas cuyo cultivo está muy extendido por toda nuestra geografía -en España existen varias Denominaciones de Origen que avalan la producción y la calidad tanto de melocotones como de albaricoques y nísperos- es una fuente inestimable de un elemento esencial para la vida: el agua. «Durante la temporada estival el organismo pierde gran cantidad de agua a través de la transpiración, una cantidad que debe ser respuesta si no queremos sufrir alteraciones graves», señala la doctora Vidal Carou. «Por eso es una buena idea consumir estas frutas siempre que apetezcan, como postre o entre horas -continúa-, ya que su riqueza en agua garantiza una reposición correcta de este elemento. Mejor un refrescante melocotón para contrarrestar la sed que un refresco industrial. Ésos sí que tienen azúcar y engordan».)
Aquí nos encontramos ante un grupo de alimentos con fibra prebiótica, es decir, es una fibra que, al fermentar en el intestino producen unos microorganismos que actúan como nutrientes para algunos ácidos que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, principalmente el cáncer de colon.
Todos los días te tomas tu tacita o tacitas de te, porque tienes problemas de retención de líquidos y necesitas algún diurético natural, pero no te gusta su sabor. Estos frutos de color anaranjado, poseen buenos niveles de potasio, oligoelemento que nos puede ayudar como diurético. Con ello, posiblemente no vas a renunciar al te, pero quizás, puedas permitirte tomar menor cantidad, y optar por esta fruta de tan excelente sabor.
Antioxidantes a mordiscos
Llegan las frutas del verano
Están en plena temporada. Su refrescante sabor las hace apetecibles a cualquier paladar y sus muchas cualidades resultan esenciales para mantener una buena salud. Son el melocotón, el albaricoque y el níspero, auténticos cócteles vitamínicos que protegen el corazón y previenen el cáncer
Chus Muñoz - Madrid.-
La llegada de ciertas frutas a los mercados da la bienvenida a la temporada estival. Su olor dulzón, sus formas redondeadas y su textura suave señala la subida de las temperaturas y, con ello, cierto cambio en nuestras apetencias culinarias que convierten a estas frutas en un remedio ideal para saciar la sed de forma saludable y nutritiva. Son el melocotón, el albaricoque, el níspero y los muchos híbridos que se originan a partir de éstos, como las fresquillas o las neftarinas, productos ricos en agua cuyo efecto refrescante supone un alivio inmediato a los estragos veraniegos.
Gran parte de la geografía española es harto generosa en estas frutas, a cuyo cultivo se dedican miles de hectáreas en todo el país. De calidad inmejorable, suculento sabor y apetecible estampa, su presencia en todos los hogares desde el comienzo del mes de junio hasta pasado septiembre sustituye a los cítricos invernales como fuente principal de vitaminas en nuestros postres, además de ser un ingrediente de lo más socorrido en macedonias, mermeladas y diversos dulces. Pero si existe una característica común que comparten estas frutas veraniegas es el color amarillo anaranjado de su pulpa, debido a su abundancia en betacaroteno o provitamina A. Para Carmen Vidal Carou, Catedrática de Bromatología y Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, el efecto de esta sustancia en el organismo es clave para la prevención de ciertas dolencias muy acordes con nuestros tiempos, «ya que contrarrestan el estrés oxidativo que da lugar a muchos tipos de cáncer y alteraciones cardiovasculares». En efecto, el betacaroteno o provitamina A es una sustancia de acción antioxidante que, además de ayudar a prevenir dichas enfermedades, juega un papel esencial para la buena visión, el correcto estado de la piel, el cabello, las mucosas y para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Especialmente importante es el hecho de que la acción antioxidante del betacaroteno contribuya a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. «Estas enfermedades llamadas "de la civilización» -señala Carmen Vidal Carou- se producen por un estrés oxidativo que ciertas vitaminas pueden frenar, como es el caso del betacaroteno, que el organismo convierte en vitamina A a medida que lo va necesitando». Dicha sustancia se encuentra en una gran variedad de frutas, cereales y verduras, aunque en muy pocas en tan alta cantidad como en los melocotones y albaricoques. «Además -continúa Vidal- es importante señalar que siempre conviene tomar productos de temporada, como ahora lo están éstos, porque se encuentran en su esplendor tanto desde un punto de vista sensorial como nutricional, y además al ser frutas que se consumen en fresco, sin necesidad de cocerlas como ocurre con algunas verduras, el betacarotono presente en ellas se mantiene intacto, sin sufrir las inevitables pérdidas que se producen siempre que el alimento ha pasado por un proceso de cocción».
Y por si estas razones no fueran suficientes para sumarse a ciegas al consumo de estas frutas ricas en betacaroteno, hay que añadir otro efecto positivo de esta pro vitamina. Según la doctora Vidal, «el betacaroteno actúa como precursor de la melanina, el pigmento natural gracias al cual podemos lucir una piel morena. La zanahoria es popularmente muy conocida porque su consumo acelera un bronceado seguro, pero también estas frutas producen dicho efecto sobre nuestra piel. Si en verano tomamos regularmente melocotones, albaricoques o nísperos, estamos en cierto modo protegiendo la piel de los efectos nocivos de los rayos solares».
Frutas dulces, pero no calóricas
Aunque el sabor dulzón de melocotones y albaricoques y algo menos en el caso de los nísperos puede hacer pensar que su contenido en azúcares sea demasiado alto, nada más lejos de la realidad. Bien al contrario, en comparación con otras frutas su aporte energético es bastante bajo a causa de su alto contenido en agua y su aporte modesto de hidratos de carbono, por lo que su consumo no debe restringirse en ninguna edad ni situación, incluyendo aquellas personas que puedan seguir una dieta hipocalórica para controlar su peso o quienes padezcan diabetes. «También hay que tener en cuenta que al ser frutas muy ricas en fibra -indica Vidal Carou-, esta circunstancia hace que su azúcar sea absorbido por el organismo de forma más lenta, sin producirse subidas acusadas de glucosa en la sangre».
Especialmente ricos en fibra son los albaricoques que se consumen secos, conocidos como «orejones», aunque en este caso hay que tener en cuenta que muchas empresas de alimentación utilizan dióxido de azufre para conservar su color antes de que se sequen, lo que puede causar reacciones asmáticas en personas que presenten propensión a estas alteraciones respitarorias.
Otro dato importante en lo que también respecta a la fibra contenida en estas frutas es su capacidad para ayudar a prevenir ciertas enfermedades. «En efecto, este tipo de fibra, llamada prebiótica, se distingue porque al fermentar a nivel intestinal produce unos microorganismos que actúan como nutrientes para algunos ácidos que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, como se ha comprobado a través de varios estudios en el caso del cáncer de colon», apunta la especialista en Nutrición. «Además, la población española -continúa Vidal- consume muy poca fibra, algo que se puede remediar aumentando la ingesta de estas sabrosas frutas de temporada. Porque, aparte de su efecto prebiótico, la fibra tiene propiedades laxantes y ayuda a reducir la tasa de colesterol en sangre».
Fuente de Potasio y magnesio
Otro de los beneficios nutricionales que se pueden atribuir a este grupo de frutas es su alto contenido en oligolementos tan importantes como el potasio y el magnesio, presentes en mayor medida en los melocotones. El potasio tiene un efecto diurético y es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de ayudar a mantener la correcta elasticidad de nuestras arterias. Todas estas razones, unidas a la ausencia de sodio en la composición de esta fruta veraniega, hace que el consumo de melocotones esté muy recomendado en personas que padecen hipertensión arterial o afecciones leves de origen cardiovascular, aunque por contra hay que advertir que se debe restringir su ingesta siempre que se haya diagnosticado insuficiencia renal, ya que en estos casos siempre se tiene que seguir una dieta de control de potasio prescrita por el especialista.
Respecto al magnesio, ayuda al corazón previniendo los espasmos de arterias coronarias y reduciendo la presión sanguínea. También se ha mostrado muy eficaz para la prevención y mejora de la diabetes ya que su falta nos vuelve más vulnerables a la resistencia de la insulina.
Por último, y no por evidente menos importante, este grupo de frutas cuyo cultivo está muy extendido por toda nuestra geografía -en España existen varias Denominaciones de Origen que avalan la producción y la calidad tanto de melocotones como de albaricoques y nísperos- es una fuente inestimable de un elemento esencial para la vida: el agua. «Durante la temporada estival el organismo pierde gran cantidad de agua a través de la transpiración, una cantidad que debe ser respuesta si no queremos sufrir alteraciones graves», señala la doctora Vidal Carou. «Por eso es una buena idea consumir estas frutas siempre que apetezcan, como postre o entre horas -continúa-, ya que su riqueza en agua garantiza una reposición correcta de este elemento. Mejor un refrescante melocotón para contrarrestar la sed que un refresco industrial. Ésos sí que tienen azúcar y engordan».)
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Francisco -